Una obra emocionalmente transgresora por su falta de sentido y tacto a la homosexualidad. Capaz de representar lo peor de una infancia, Don Chaffey no tiene reparo en aniquilar la imagen infantil dragonil, el sentido de la amistad infanto-reptil y la homosexualidad; y lo consigue ¡vaya si lo consigue!
A puertas de una década nefasta (los 80´s), esta película parece ser un adelantado a su tiempo mostrándonos lo peor de lo que esta por llegar: guiones baratos, vestuarios putativos, cortes de pelo "drac queenianos", diseños creativos propios de un chimpancé... 106 min en los lo que Chaffey se regodea y cubre de estiércol cinematográfico en los que parece relamerse y que espero que marcaran su carrera.
Buen transgresor de su época y apologista de la homosexualidad. Recordada siempre por su B.S.O. excepcional que jamas olvidare tututuruu tututururu

Cada minuto de esta cinta son una vergüenza a la inteligencia humana y el mero hecho de que una criatura viviente haya vomitado este guion manifiesta una falta de escrúpulos, critica, gusto, moralidad, decencia y vergüenza por el mundo de cine y mas extensamente la humanidad.

De forma positiva este film ha logrado despertar sentimientos que no tenia presente como: sed de sangre Powder, temer a los rayos, animadversión por los calvos y miedo a la evolución.

He de reconocer que cada calvo tísico e imberbe con en el que me cruzo me hace recordar esta película y a su protagonista; y me desea de alguna forma, que una lluvia de rayos acabe con mi vida.

Les recomiendo encarecidamente que no la vean.