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Críticas ordenadas por utilidad
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6,4
19.702
5
21 de enero de 2024
21 de enero de 2024
299 de 354 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veo esta película y me queda una molesta sensación de pesadez en el cuerpo, a pesar de que la idea que cuenta y el punto de vista que muestra me parecen interesantes. Viene a aportar su granito de arena a la temática de los campos de concentración y exterminio de la Alemania nazi, pero tiene dos problemas:
- Uno de ellos es que las anteriores películas que pudiésemos haber visto referentes a esta temática fueron mejores que la presente. Se me vienen a la cabeza títulos como "La Vida es bella", "La Lista de Schindler", "El pianista", "El niño con el pijama de rayas" o "El hundimiento". Digamos que las comparaciones en este caso no favorecen al producto que ha dirigido Glazer.
- Su otro gran problema es ella misma, pues además del ritmo extremadamente lento durante toda la cinta, me da la sensación de que la historia muere a los pocos minutos de empezar porque ya nos ha mostrado todo lo que tenía que mostrar, así que te pasas toda la película esperando que llegue algo más que nunca llega. Peca en exceso de regurgitar la misma idea una y otra vez y rumiarla de derecha a izquierda, del derecho y del revés, del revés y del derecho, de delante hacia atrás y de atrás hacia delante, para tragarla y volver a escupirla de nuevo al suelo para recogerla y metérsela otra vez en la boca y regresar sobre sus anteriores pasos. Así de simple y así de asqueroso.
Porque esta película es tan aburrida en las formas como asquerosa en el fondo, y despierta una sensación de odio y aversión hacia esa gente que vive en la mansión con la misma magnitud que te mata de aburrimiento. Y aunque la historia está ambientada en esos campos de concentración, bien podría pertenecer a cualquier otra temática porque en el fondo no quiere hablarnos del nazismo en general ni de los campos de exterminio en particular. Esto es una excusa para adentrarse en la miseria moral del ser humano en forma de egoísmo, narcisismo estúpido e insolidaridad patológica. Se muestra sin tapujos y de una manera tan insultante y soez que dan ganas de pasar directamente a la agresión física de quienes se miran y remiran el ombligo sin importarles una mierda lo que suceda alrededor (continuaré en spoilers respecto a todos esto para no chafar a nadie).
Es en definitiva una película con buenas intenciones de guion y visualmente muy sugerente donde lo que se muestra en el horizonte es constantemente más importante que lo que tenemos en primer plano y donde lo que escuchamos de fondo tiene mucho más peso que lo que se escucha delante de nosotros, pero que se cae en su discurso narrativo por un ritmo perezoso que invita al bostezo. Es una pena porque podría haber sido un buen drama acerca de la amoralidad y el individualismo y que incluso hubiera podido funcionar como cinta de terror pero que se queda en algo simplemente aceptable.
LO MEJOR:
- Puede presumir de una idea bastante original.
- La fuerza que cobra lo que se sugiere que ocurre más allá de lo evidente.
- El buen retrato que se hace del egoísmo y la miseria humana.
LO PEOR:
- Es terriblemente lenta.
- Acaba devorada por las propias expectativas que crea y que no llegan.
- No quiere darte ni la mitad de lo que podría haberte dado.
- Uno de ellos es que las anteriores películas que pudiésemos haber visto referentes a esta temática fueron mejores que la presente. Se me vienen a la cabeza títulos como "La Vida es bella", "La Lista de Schindler", "El pianista", "El niño con el pijama de rayas" o "El hundimiento". Digamos que las comparaciones en este caso no favorecen al producto que ha dirigido Glazer.
- Su otro gran problema es ella misma, pues además del ritmo extremadamente lento durante toda la cinta, me da la sensación de que la historia muere a los pocos minutos de empezar porque ya nos ha mostrado todo lo que tenía que mostrar, así que te pasas toda la película esperando que llegue algo más que nunca llega. Peca en exceso de regurgitar la misma idea una y otra vez y rumiarla de derecha a izquierda, del derecho y del revés, del revés y del derecho, de delante hacia atrás y de atrás hacia delante, para tragarla y volver a escupirla de nuevo al suelo para recogerla y metérsela otra vez en la boca y regresar sobre sus anteriores pasos. Así de simple y así de asqueroso.
Porque esta película es tan aburrida en las formas como asquerosa en el fondo, y despierta una sensación de odio y aversión hacia esa gente que vive en la mansión con la misma magnitud que te mata de aburrimiento. Y aunque la historia está ambientada en esos campos de concentración, bien podría pertenecer a cualquier otra temática porque en el fondo no quiere hablarnos del nazismo en general ni de los campos de exterminio en particular. Esto es una excusa para adentrarse en la miseria moral del ser humano en forma de egoísmo, narcisismo estúpido e insolidaridad patológica. Se muestra sin tapujos y de una manera tan insultante y soez que dan ganas de pasar directamente a la agresión física de quienes se miran y remiran el ombligo sin importarles una mierda lo que suceda alrededor (continuaré en spoilers respecto a todos esto para no chafar a nadie).
Es en definitiva una película con buenas intenciones de guion y visualmente muy sugerente donde lo que se muestra en el horizonte es constantemente más importante que lo que tenemos en primer plano y donde lo que escuchamos de fondo tiene mucho más peso que lo que se escucha delante de nosotros, pero que se cae en su discurso narrativo por un ritmo perezoso que invita al bostezo. Es una pena porque podría haber sido un buen drama acerca de la amoralidad y el individualismo y que incluso hubiera podido funcionar como cinta de terror pero que se queda en algo simplemente aceptable.
LO MEJOR:
- Puede presumir de una idea bastante original.
- La fuerza que cobra lo que se sugiere que ocurre más allá de lo evidente.
- El buen retrato que se hace del egoísmo y la miseria humana.
LO PEOR:
- Es terriblemente lenta.
- Acaba devorada por las propias expectativas que crea y que no llegan.
- No quiere darte ni la mitad de lo que podría haberte dado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo que mejor hace "La zona de interés" y lo explota hasta la extenuación es convertir lo que vemos en un tupido velo que parece querer obligarnos todo el rato a levantar la cabeza para ver lo que hay detrás del primer plano. Una sábana blanca y recién lavada y tendida que juega a esconderte el horror, unos muros que medio te impiden presenciar la barbarie, una distancia que difumina unos gritos y unos tiros en el horizonte y en definitiva una barrera llena de crueldad que nubla las mentes y tergiversa las conciencias de los habitantes de una mansión que representa un microclima de idiotez en medio del infierno y que hace bueno aquello de "Ojos que no ven, corazón que no siente".
Sandra Hüller me conquistó en "Anatomía de una caída", pero aquí consigue resultar tan asquerosamente creíble que despierta mis instintos más malvados. Porque ella interpreta aquí a la maldad en primerísima persona. Solo se preocupará por mantener su repugnante nicho de mierda, por persistir en su afán de no ser apartada de su microclima de conformismo y de su auténtica zona de interés. Capaz de negarle a sus hijos el conocimiento de la verdad, sobreprotegiéndoles de la realidad aunque ello les debilite e idiotice y apartándose de su propio marido ante la posibilidad de ser apartada mínimamente de su ridícula zona de confort. Una oda a la vagancia, al egoísmo y al conformismo más abyecto.
Y ahí en medio tenemos al comandante Höss, interpretado por Christian Friedel, sabedor del asqueroso mundo en el que se encuentra, viviéndolo con absoluta apatía e indiferencia. Y para muestra de ello el final de la película, en la que desciende progresivamente por unas escaleras cada vez más y más oscuras que le conducen de regreso al fantasmagórico mundo que representa su mansión. Por un momento se para, mira a su derecha e izquierda pero no ve luz en ninguno de sus posibles caminos, así que decide seguir escaleras abajo mientras las náuseas le recuerdan lo podrida que está su vida por dentro. Director de un campo de exterminio con matanzas diarias a granel y primer responsable del buen funcionamiento de los hornos y las cámaras de gas que rodean a una mansión en la que sus jardines, sus flores, su piscina y sus lujos no son más que una fantasía siempre lúgubre, triste e irreal en la que él, su mujer y sus hijos no dejan de ser unos monstruos víctimas obligadas de la infelicidad y el egoismo.
Sandra Hüller me conquistó en "Anatomía de una caída", pero aquí consigue resultar tan asquerosamente creíble que despierta mis instintos más malvados. Porque ella interpreta aquí a la maldad en primerísima persona. Solo se preocupará por mantener su repugnante nicho de mierda, por persistir en su afán de no ser apartada de su microclima de conformismo y de su auténtica zona de interés. Capaz de negarle a sus hijos el conocimiento de la verdad, sobreprotegiéndoles de la realidad aunque ello les debilite e idiotice y apartándose de su propio marido ante la posibilidad de ser apartada mínimamente de su ridícula zona de confort. Una oda a la vagancia, al egoísmo y al conformismo más abyecto.
Y ahí en medio tenemos al comandante Höss, interpretado por Christian Friedel, sabedor del asqueroso mundo en el que se encuentra, viviéndolo con absoluta apatía e indiferencia. Y para muestra de ello el final de la película, en la que desciende progresivamente por unas escaleras cada vez más y más oscuras que le conducen de regreso al fantasmagórico mundo que representa su mansión. Por un momento se para, mira a su derecha e izquierda pero no ve luz en ninguno de sus posibles caminos, así que decide seguir escaleras abajo mientras las náuseas le recuerdan lo podrida que está su vida por dentro. Director de un campo de exterminio con matanzas diarias a granel y primer responsable del buen funcionamiento de los hornos y las cámaras de gas que rodean a una mansión en la que sus jardines, sus flores, su piscina y sus lujos no son más que una fantasía siempre lúgubre, triste e irreal en la que él, su mujer y sus hijos no dejan de ser unos monstruos víctimas obligadas de la infelicidad y el egoismo.

6,0
13.736
4
7 de septiembre de 2024
7 de septiembre de 2024
151 de 180 usuarios han encontrado esta crítica útil
Salgo del cine y tengo una pelea interior con esta película, que me lleva a la conclusión de que la secuela, en este caso, ha empeorado sustancialmente a la historia original. Bebe demasiado de las aguas de su precuela para construir algo que no nos brinda nada realmente nuevo bajo el sol y que a pesar de su deslumbrante aportación visual en tramos concretos de la historia, me huele a cierta indiferencia y me sabe a película algo blandengue, desdibujada y un tanto desordenada. No es que el Bitelchús de los años 80 fuese la quintaesencia de los guiones cinematográficos, pero dentro de su anarquía burtoniana global se intuía un orden vital con unas ideas no sé si más claras, pero al menos sí que mejor plasmadas.
Me ha costado esta vez hallar la frescura y el sencillo encanto de la película original, todo me ha resultado más tedioso y descafeinado y la historia me ha ido liando entre subtramas con poco empaque llevadas y resueltas con cierta liviandad, que no han servido sino para difuminar un conjunto que no me ha terminado de convencer. En efecto, si uno va avanzando en el visionado de "Bitelchús, Bitelchús", va sintiendo que le sobran personajes y situaciones y que le faltan ideas nuevas y poderosas que dejan en evidencia que Tim Burton se ha basado demasiado en su propio pasado para parir esta película. ¿El resultado? Casi un plagio de sí mismo, que goza del característico toque visual fantástico y surrealistamente gótico del director, pero sospechosamente carente del alma hipnotizante que nos brindaron pelis como "Eduardo Manostijeras" o "Batman". Es algo así como si al Tesla negro que nos chuta en los morros el bueno de Burton (¡¡macho, un Tesla aquí no pega ni con cola!!) se le presupusiese el alma del batmóvil original. Ambos son negros, estamos de acuerdo, pero a la hora de hacer una película de Tim Burton, no pueden ser la misma cosa ni aunque me peguen cien latigazos para que diga lo contrario. Así que en este juego que nos vuelven a proponer de mezclar vida y muerte y de reírnos en vida de los muertos y en muerte de los vivos, todo se percibe menos gracioso, menos musculoso, menos auténtico, menos original y demasiado redundante.
Punto a favor el hecho de volver a contar con Winona Ryder y Catherine O´Hara para darle más aire de verdadera secuela y de ceder protagonismo a una Jenna Ortega que es casi la viva reencarnación de la Winona de 1988. Trío de actrices que aciertan en su interpretación intergeneracional y que se ve reconfortantemente avinagrado por la aparición en pantalla de un Michael Keaton que sin duda vuelve a ser lo mejor de la peli y para el que parece que casi 40 años no han pasado en absoluto. Mismo punto fuerte que en 1988 y mismo punto débil que por entonces (hasta en esto no han sabido ser originales), pues al torbellino de Keaton, al igual que en el Bitelchús original, le faltan minutos en pantalla. No han aprendido de aquel error del pasado en el que se echaba de menos más presencia del actor (pues era ahí donde la historia de hacía fuerte de verdad) y uno vuelve a sentir que a Keaton le falta chupar más cámara.
De hecho, la película da la impresión de funcionar a trompicones, ya que la atmósfera cobra fuerza y se acelera cuando Bitelchús aparece por medio y cuando Burton decide volverse loco con sus efectos visuales, pero pierde todo fuelle entre medias, no sabiendo crear una argamasa que ofrezca una continuidad tensional global y tendiendo a despistarse con esas subtramas que decía antes y a las que se les da demasiado metraje para no llegar a nada realmente trascendente.
Es en definitiva bajo mi punto de vista una película inferior a la original, cargada de una estética que ya vimos por entonces y que seguramente por ello gustará a los muy fans del director californiano, pero que si nos volvemos asépticos a la debilidad de la nostalgia para juzgarla, veremos que luce unas cuantas lagunas de por medio, que unidas a la excesiva repetición de conceptos ya manidos en 1988, la convierte en una película reincidente, poco original y hasta incluso probablemente innecesaria. Entretiene a ratos, no divierte demasiado y es un petardo por momentos.
LO MEJOR:
- La parte visual, que aún no siendo novedosa, no deja de ser impactante.
- Michael Keaton.
LO PEOR:
- Se pierde un tanto entre subtramas.
- No aporta nada al mito de Bitelchús.
- Le cuesta arrancar.
- Me duele decirlo, pero tiene algún momento de bostezo.
Me ha costado esta vez hallar la frescura y el sencillo encanto de la película original, todo me ha resultado más tedioso y descafeinado y la historia me ha ido liando entre subtramas con poco empaque llevadas y resueltas con cierta liviandad, que no han servido sino para difuminar un conjunto que no me ha terminado de convencer. En efecto, si uno va avanzando en el visionado de "Bitelchús, Bitelchús", va sintiendo que le sobran personajes y situaciones y que le faltan ideas nuevas y poderosas que dejan en evidencia que Tim Burton se ha basado demasiado en su propio pasado para parir esta película. ¿El resultado? Casi un plagio de sí mismo, que goza del característico toque visual fantástico y surrealistamente gótico del director, pero sospechosamente carente del alma hipnotizante que nos brindaron pelis como "Eduardo Manostijeras" o "Batman". Es algo así como si al Tesla negro que nos chuta en los morros el bueno de Burton (¡¡macho, un Tesla aquí no pega ni con cola!!) se le presupusiese el alma del batmóvil original. Ambos son negros, estamos de acuerdo, pero a la hora de hacer una película de Tim Burton, no pueden ser la misma cosa ni aunque me peguen cien latigazos para que diga lo contrario. Así que en este juego que nos vuelven a proponer de mezclar vida y muerte y de reírnos en vida de los muertos y en muerte de los vivos, todo se percibe menos gracioso, menos musculoso, menos auténtico, menos original y demasiado redundante.
Punto a favor el hecho de volver a contar con Winona Ryder y Catherine O´Hara para darle más aire de verdadera secuela y de ceder protagonismo a una Jenna Ortega que es casi la viva reencarnación de la Winona de 1988. Trío de actrices que aciertan en su interpretación intergeneracional y que se ve reconfortantemente avinagrado por la aparición en pantalla de un Michael Keaton que sin duda vuelve a ser lo mejor de la peli y para el que parece que casi 40 años no han pasado en absoluto. Mismo punto fuerte que en 1988 y mismo punto débil que por entonces (hasta en esto no han sabido ser originales), pues al torbellino de Keaton, al igual que en el Bitelchús original, le faltan minutos en pantalla. No han aprendido de aquel error del pasado en el que se echaba de menos más presencia del actor (pues era ahí donde la historia de hacía fuerte de verdad) y uno vuelve a sentir que a Keaton le falta chupar más cámara.
De hecho, la película da la impresión de funcionar a trompicones, ya que la atmósfera cobra fuerza y se acelera cuando Bitelchús aparece por medio y cuando Burton decide volverse loco con sus efectos visuales, pero pierde todo fuelle entre medias, no sabiendo crear una argamasa que ofrezca una continuidad tensional global y tendiendo a despistarse con esas subtramas que decía antes y a las que se les da demasiado metraje para no llegar a nada realmente trascendente.
Es en definitiva bajo mi punto de vista una película inferior a la original, cargada de una estética que ya vimos por entonces y que seguramente por ello gustará a los muy fans del director californiano, pero que si nos volvemos asépticos a la debilidad de la nostalgia para juzgarla, veremos que luce unas cuantas lagunas de por medio, que unidas a la excesiva repetición de conceptos ya manidos en 1988, la convierte en una película reincidente, poco original y hasta incluso probablemente innecesaria. Entretiene a ratos, no divierte demasiado y es un petardo por momentos.
LO MEJOR:
- La parte visual, que aún no siendo novedosa, no deja de ser impactante.
- Michael Keaton.
LO PEOR:
- Se pierde un tanto entre subtramas.
- No aporta nada al mito de Bitelchús.
- Le cuesta arrancar.
- Me duele decirlo, pero tiene algún momento de bostezo.

6,2
5.790
4
22 de diciembre de 2024
22 de diciembre de 2024
82 de 105 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo miedo. Se avecina un 2025 plagado de remakes de famosas películas de animación pero en formato carne y hueso con sus buenas dosis de ordenador y CGI de por medio ("Blancanieves", "Lilo & Stitch", "Cómo entrenar a tu dragón" y quién sabe si alguna más por ahí en medio). Y tengo miedo porque me temo que sean como este "Mufasa", que ha llegado para que Disney nos obsequie por Navidad con un buen Bluf. Y es que esta película de Barry Jenkins se aproxima mucho más al remake de "El rey león" del 2019 que a la magia de la película original de Disney de 1994, y no solo por el evidente tipo de animación utilizada, sino por esa esencia carente de verdadera alma que en último término respira.
"Mufasa" viene a ser un ejemplo más que confirma la regla general de que los remakes, precuelas, secuelas y demás productos que a Disney le ha dado por hacer desde hace ya algunos años de famosos títulos para estirar el chicle del recuerdo y de la nostalgia y de paso recaudar unos cuantos eurillos extra, es algo que no funciona. Lo hemos visto con "El libro de la selva", "La bella y la bestia", el propio Rey león, "La Sirenita", "La Cenicienta" y vaya usted a saber con qué más títulos, y en todos ellos o se ha mancillado la verdadera magia de la película original o se ha ha hecho una cosa plasticosa, siliconada, muy resultona visualmente pero con menos sal que la sopa de hospital. "Mufasa" está dentro de ese grupo de productos prescindibles.
Vuelve a cometer el mismo pecado capital de siempre. Basa todo su poderío en fachada, en envoltorio, en imagen. Así lo vemos aquí. Paisajes grandiosos, leones cuidados hasta el último pelo de su melena y hasta la última mancha del iris de sus ojos, por cuanto nos llega a hacer dudar si aquello que estamos viendo son animales de verdad extraídos de un documental y amaestrados por el mejor de los domadores de circo o si en efecto la tecnología digital y la inteligencia artificial están avanzando tanto como para hacernos confundir ficción con realidad. Pero como Ángel Cristo ya desapareció y aquello de los animales en los circos hace tiempo que está mal visto, uno se ha de decantar más bien por lo segundo, lo cual preocupa porque convierte a este tipo de pelis en productos pensados para regalarnos los ojos y olvidar nuestros corazones. En otras palabras, que la peli llega a ser un coñazo por momentos. Los leones y demás personajes no felinos están perfectamente diseñados pero no me dicen nada, no me llegan, no me emocionan y no me importan, con lo que me acabo preguntando qué puñetas me aporta la historia de Mufasa al mito del Rey León, más allá de ubicar las piezas correctamente situadas en el tablero para poder darnos el pegote de saber por qué Scar es el cabrón que es o de dónde sale el pedrusco desde donde el mandril Rafiki presenta en sociedad al futuro heredero al trono. Pues vale, ya lo sabemos. ¿Y?
Desde luego, si esperas que aquí el viaje de los protagonistas buscando el dichoso Milele sea el viaje de crecimiento personal de Simba en 1994 a lo buddy movie junto a Pumba y Simón con aquellos aires de western crepuscular que mezclaban tan bien lo mejor del cine de animación en 2D con el cine de John Ford y la magia de las mejores músicas que ha parido Disney (las originales melodías de "El rey León" son algo inigualable), ya te puedes ir cortando las venas con el cartón de tu bol de palomitas o meterte en su defecto en otra sala de cine porque de todo eso en "Mufasa" hay bien poco. Mucha fachada pero dentro de una narrativa que respira miseria, repetitiva y vacía y que camina torpemente con pies de barro por una trama pobretona y desdibujada que parece más preocupada en alcanzar el punto al que quiere llegar para justificar la existencia de esta precuela que no el cómo alcanzar ese punto. Una BSO que olvidarás nada más salir por la puerta, groseros flashbacks de la película original metidos aquí con calzador y una transformación de algún que otro personaje que se siente forzada y no demasiado creíble.
A mí no me ha convencido. Pienso que le hace un flaco favor al mito de 1994. Sobra.
LO MEJOR:
- Su parte visual, hiperrealista hasta el último pelo de cada bicho.
- Es fácilmente olvidable. Mañana ya no te acordarás de ella.
LO PEOR:
- Tan hiperrealista que la peli te ahoga con primeros planos y primerísimos primeros planos de los bigotes de los leones.
- Hay leones que se parecen tanto entre sí que no sabes si estás ante la madre, la novia o la hija.
- Tan preocupados por el diseño de los personajes que se han olvidado de darle fuerza a la trama.
- Carece del alma de la película original de 1994.
- Sus canciones están a años luz de lo mejor de Disney.
- La indiferencia y el sopor que por momentos siento en mis carnes durante ese interminable viaje a Milele.
"Mufasa" viene a ser un ejemplo más que confirma la regla general de que los remakes, precuelas, secuelas y demás productos que a Disney le ha dado por hacer desde hace ya algunos años de famosos títulos para estirar el chicle del recuerdo y de la nostalgia y de paso recaudar unos cuantos eurillos extra, es algo que no funciona. Lo hemos visto con "El libro de la selva", "La bella y la bestia", el propio Rey león, "La Sirenita", "La Cenicienta" y vaya usted a saber con qué más títulos, y en todos ellos o se ha mancillado la verdadera magia de la película original o se ha ha hecho una cosa plasticosa, siliconada, muy resultona visualmente pero con menos sal que la sopa de hospital. "Mufasa" está dentro de ese grupo de productos prescindibles.
Vuelve a cometer el mismo pecado capital de siempre. Basa todo su poderío en fachada, en envoltorio, en imagen. Así lo vemos aquí. Paisajes grandiosos, leones cuidados hasta el último pelo de su melena y hasta la última mancha del iris de sus ojos, por cuanto nos llega a hacer dudar si aquello que estamos viendo son animales de verdad extraídos de un documental y amaestrados por el mejor de los domadores de circo o si en efecto la tecnología digital y la inteligencia artificial están avanzando tanto como para hacernos confundir ficción con realidad. Pero como Ángel Cristo ya desapareció y aquello de los animales en los circos hace tiempo que está mal visto, uno se ha de decantar más bien por lo segundo, lo cual preocupa porque convierte a este tipo de pelis en productos pensados para regalarnos los ojos y olvidar nuestros corazones. En otras palabras, que la peli llega a ser un coñazo por momentos. Los leones y demás personajes no felinos están perfectamente diseñados pero no me dicen nada, no me llegan, no me emocionan y no me importan, con lo que me acabo preguntando qué puñetas me aporta la historia de Mufasa al mito del Rey León, más allá de ubicar las piezas correctamente situadas en el tablero para poder darnos el pegote de saber por qué Scar es el cabrón que es o de dónde sale el pedrusco desde donde el mandril Rafiki presenta en sociedad al futuro heredero al trono. Pues vale, ya lo sabemos. ¿Y?
Desde luego, si esperas que aquí el viaje de los protagonistas buscando el dichoso Milele sea el viaje de crecimiento personal de Simba en 1994 a lo buddy movie junto a Pumba y Simón con aquellos aires de western crepuscular que mezclaban tan bien lo mejor del cine de animación en 2D con el cine de John Ford y la magia de las mejores músicas que ha parido Disney (las originales melodías de "El rey León" son algo inigualable), ya te puedes ir cortando las venas con el cartón de tu bol de palomitas o meterte en su defecto en otra sala de cine porque de todo eso en "Mufasa" hay bien poco. Mucha fachada pero dentro de una narrativa que respira miseria, repetitiva y vacía y que camina torpemente con pies de barro por una trama pobretona y desdibujada que parece más preocupada en alcanzar el punto al que quiere llegar para justificar la existencia de esta precuela que no el cómo alcanzar ese punto. Una BSO que olvidarás nada más salir por la puerta, groseros flashbacks de la película original metidos aquí con calzador y una transformación de algún que otro personaje que se siente forzada y no demasiado creíble.
A mí no me ha convencido. Pienso que le hace un flaco favor al mito de 1994. Sobra.
LO MEJOR:
- Su parte visual, hiperrealista hasta el último pelo de cada bicho.
- Es fácilmente olvidable. Mañana ya no te acordarás de ella.
LO PEOR:
- Tan hiperrealista que la peli te ahoga con primeros planos y primerísimos primeros planos de los bigotes de los leones.
- Hay leones que se parecen tanto entre sí que no sabes si estás ante la madre, la novia o la hija.
- Tan preocupados por el diseño de los personajes que se han olvidado de darle fuerza a la trama.
- Carece del alma de la película original de 1994.
- Sus canciones están a años luz de lo mejor de Disney.
- La indiferencia y el sopor que por momentos siento en mis carnes durante ese interminable viaje a Milele.

6,7
6.790
6
6 de febrero de 2024
6 de febrero de 2024
34 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Alguna vez te has arrepentido de no haberte parado a pensar bien las cosas antes de hacerlas o sentir que te has precipitado demasiado en tu forma de actuar sin haber pensado bien en las posibles consecuencias? ¿Cuántas veces has deseado haber podido ser capaz de dar marcha atrás en el tiempo y haber tenido la oportunidad de afrontar un problema de una manera diferente? Pues de eso va esta película, de cómo las bolas de nieve pueden llegar a adquirir dimensiones descomunales a base de ir pisando mierda y más mierda en un contexto de decisiones precipitadas tomadas un tanto a la ligera en las que nadie ha sabido echar el freno a tiempo. Así que a la hora de poner el ventilador en marcha y empezar a esparcir porquería por doquier, la película rinde de manera muy eficaz y es capaz de crear una atmósfera realmente asfixiante, de las que turban la mente, aceleran el pulso y transmiten impotencia al espectador. En medio quedan las figuras de varios personajes haciendo lo que pueden por escapar de una aspiradora que sin comerlo ni beberlo se los está tragando a casi todos.
Es una película que recuerda bastante a "La Caza" que protagonizó Mads Mikkelsen y aunque en mi opinión queda algo por debajo de ella en términos generales, sí que hace bueno aquello de las acusaciones sin fundamento realmente sólido y del daño y el horror que de ellas se pueden derivar. Torturas psicológicas, buitres con forma de humano que asoman al olor de la carnaza en descomposición y el hambre de chivos expiatorios por real decreto se citan aquí para crear una bomba de relojería que tiene pinta de explotar en cualquier momento. Pero "La Caza" era más nítida, más clara y más directa. Sabía lo que tenía que taladrar y no se anduvo por las ramas, mientras que esta "Sala de profesores" presenta pequeñas fugas de aire por querer tocar algunas teclas de más que, aunque no desvían ni mucho menos la atención del foco principal, sí que se perciben durante la peli y hacen que la historia resulte algo menos musculosa. El racismo, los prejuicios, el poder destructivo de la tecnología y de la prensa o la crueldad infantil están presentes todas a la vez de la misma manera que aquí no hay un solo Mads Mikkelsen sobre el que descargar todas las iras de la jauría humana, de modo que me estremezco con lo que veo pero no me enamoro, por su tendencia a querer abarcar más de lo que la historia demanda de verdad. Se despista un poco ella sola y en los metros finales se percibe cierta claudicación muscular, con un final que sugiere la idea de que el guion no supo cómo rematar el desenlace, cayendo en la típica trampa de "fabríqueselo usted al gusto, señor espectador". Vean, interpreten lo que les dé la gana y ofrezcan su propia visión de la jugada, que a nosotros ya no nos da para más.
En cualquier caso la película da para hablar y discutir largo y tendido con los demás, porque plantea muchas situaciones en las que la ética y la moral de cada cual hará que estén bien o mal vistas. Ese es su punto fuerte. Imposible salir del cine y olvidar. Sentirás la necesidad de hablar de lo qué ha ocurrido, de quién te parece el más sensato, el más hijoputa, el más perjudicado o el más vulnerable. Hasta dónde llega el derecho a la intimidad, hasta dónde el derecho a autoprotegerse de los demás, hasta qué punto hay que poner en la balanza los pros y los contras a la hora de entrar al trapo y hasta qué punto te puede llegar a resultar nauseabundo que a unos padres les preocupe más el chismorreo y el salseo que la evolución académica de sus hijos. Hasta dónde llega la autoridad de un profesor en el mundo actual y en qué momento de la historia se giró la tortilla para que los maestros la perdiesen en pos de un alumnado con derecho a creerse juez y parte de responsabilidades que tiempo atrás hubieran sido inconcebibles dentro de un colegio. Pues eso, pasen, vean y disfruten de la película, sufran con ella y háganse preguntas, muchas preguntas.
LO MEJOR:
- Su habilidad para acorralarte con situaciones tan trascendentes como absurdas.
- Leonie Benesch.
- Es una historia para darle vueltas al coco.
LO PEOR:
- Que sea inevitable compararla con "La Caza".
- Sientes que te han quitado el postre y los cafés al final.
Es una película que recuerda bastante a "La Caza" que protagonizó Mads Mikkelsen y aunque en mi opinión queda algo por debajo de ella en términos generales, sí que hace bueno aquello de las acusaciones sin fundamento realmente sólido y del daño y el horror que de ellas se pueden derivar. Torturas psicológicas, buitres con forma de humano que asoman al olor de la carnaza en descomposición y el hambre de chivos expiatorios por real decreto se citan aquí para crear una bomba de relojería que tiene pinta de explotar en cualquier momento. Pero "La Caza" era más nítida, más clara y más directa. Sabía lo que tenía que taladrar y no se anduvo por las ramas, mientras que esta "Sala de profesores" presenta pequeñas fugas de aire por querer tocar algunas teclas de más que, aunque no desvían ni mucho menos la atención del foco principal, sí que se perciben durante la peli y hacen que la historia resulte algo menos musculosa. El racismo, los prejuicios, el poder destructivo de la tecnología y de la prensa o la crueldad infantil están presentes todas a la vez de la misma manera que aquí no hay un solo Mads Mikkelsen sobre el que descargar todas las iras de la jauría humana, de modo que me estremezco con lo que veo pero no me enamoro, por su tendencia a querer abarcar más de lo que la historia demanda de verdad. Se despista un poco ella sola y en los metros finales se percibe cierta claudicación muscular, con un final que sugiere la idea de que el guion no supo cómo rematar el desenlace, cayendo en la típica trampa de "fabríqueselo usted al gusto, señor espectador". Vean, interpreten lo que les dé la gana y ofrezcan su propia visión de la jugada, que a nosotros ya no nos da para más.
En cualquier caso la película da para hablar y discutir largo y tendido con los demás, porque plantea muchas situaciones en las que la ética y la moral de cada cual hará que estén bien o mal vistas. Ese es su punto fuerte. Imposible salir del cine y olvidar. Sentirás la necesidad de hablar de lo qué ha ocurrido, de quién te parece el más sensato, el más hijoputa, el más perjudicado o el más vulnerable. Hasta dónde llega el derecho a la intimidad, hasta dónde el derecho a autoprotegerse de los demás, hasta qué punto hay que poner en la balanza los pros y los contras a la hora de entrar al trapo y hasta qué punto te puede llegar a resultar nauseabundo que a unos padres les preocupe más el chismorreo y el salseo que la evolución académica de sus hijos. Hasta dónde llega la autoridad de un profesor en el mundo actual y en qué momento de la historia se giró la tortilla para que los maestros la perdiesen en pos de un alumnado con derecho a creerse juez y parte de responsabilidades que tiempo atrás hubieran sido inconcebibles dentro de un colegio. Pues eso, pasen, vean y disfruten de la película, sufran con ella y háganse preguntas, muchas preguntas.
LO MEJOR:
- Su habilidad para acorralarte con situaciones tan trascendentes como absurdas.
- Leonie Benesch.
- Es una historia para darle vueltas al coco.
LO PEOR:
- Que sea inevitable compararla con "La Caza".
- Sientes que te han quitado el postre y los cafés al final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La imagen final del crío saliendo del colegio a lomos de la policía cual torero después de haber cortado las dos orejas y el rabo después de haber resuelto el cubo de Rubik en medio segundo delante de las narices de su profesora no sé si tomarlo como una idiotez o como una metáfora de que los niños siempre tienen la razón y que para encontrar soluciones a conflictos tan importantes pero con causa tan nimia al final ellos son los más sensatos de todos. ¿Tú que opinas?
20 de enero de 2024
20 de enero de 2024
34 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo bueno que tiene Statham es que te ofrece lo que de él esperas. Así que si has optado por ir al cine a ver "Beekeper" es porque necesitas encandilarte con sus clásicas somantas de ostias y porque quieres ver una peli de violencia y acción. Digamos que no has pagado tu entrada para ir a ver "Hamlet" ni "Lo que el viento se llevó" y eso Jason lo sabe tan bien como David Ayer, de modo que ellos se encargan de encender el molino de las leches y mamporros para que tú intentes evadirte de la realidad y pasar un rato entretenido. Desde luego que aquí lo que es pegar, Statham pega de lo lindo y la sangre y los trozos de cuerpos vuelan ante los ojos del respetable para júbilo de las masas, pero veo un problema en esta peli, y es que no me ha conseguido enganchar como otras del mismo género. Porque he sentido que todo se me ha servido muy rápido, sin tiempo para el calentamiento y sin una chicha que valga la pena entre escena de lucha y escena de mamporro. Todo es un mero disfraz para que esta peli no sea exactamente igual que las anteriores de Statham, así que aquí al bueno de nuestro héroe se le ha asignado el papel de apicultor como se le podría haber asignado un papel de camarero, de bombero o de vendedor de libros en medio de la Plaza Mayor de Madrid, porque detrás de ello siempre hay un ex-combatiente de algo o un megaexperto retirado de algo pero que ha decidido regresar para darse el gustazo de servirse una última ración de gambas a propósito de alguna venganza o algún tema personal. Y con eso y un bizcocho ya tenemos las leches justificadas para que Jason encienda el piloto automático y se ponga a repartir canela fina.
Lo que provoca placer aquí es comprobar los destinatarios de la ira del protagonista. Basura inmoral de la que hay por ahí amenazando por las redes y los teléfonos móviles, gentuza dispuesta a levantarte la pasta, estafarte y joderte la vida y la de los que te rodean para sacarse ellos un sucio dinero sin haber dado un palo al agua en sus miserables vidas. Y como la Ley suele pasar bastante del tema o si llega suele ser tarde y mal, pues ahí está un tío con huevos de verdad para poner en práctica aquello de "Aquí es donde acaba la Ley y empiezo yo" que tanto proclamaba a los cuatro vientos el bueno de Marion Cobretti. Algo que desearíamos que estuviese más extendido en el mundo real para que la colmena mantuviera más el orden y las formas. Porque al menos en el mundo de las abejas, al zángano que no hace nada se le aparta del grupo para que no joda a los demás. Y eso es a lo que Jason se dedica aquí, a pelar zánganos para que no jodan. El problema es que al final las ramificaciones de sus ostias son tan grandes y hay tanta gente que recibe colateralmente solo porque pasaban por allí que el resultado es un tanto grosero. Y repito, lo que hay en medio de ostia y ostia ni me convence ni me divierte. Ya sé que no voy a ver una obra filosófica en esta peli (tampoco voy buscando eso) pero me hubiera gustado que la argamasa que une los ladrillos tuviera algo más de empaque como ocurrió por ejemplo en "Despierta la Furia", dotada de no menos soplamocos pero sí de más peso en el desarrollo.
En resumen, peli servida para ver las clásicas patadas y puñetazos de Statham y nada más.
LO MEJOR:
- El apicultor ciscándose en todo cristo con pinta de estafador y malversador.
- Que hayan dejado el tema en menos de dos horas.
LO PEOR:
- Que ya sabes lo que va a pasar antes de que pase.
- Que Statham ha estado en pelis mejores que esta.
- Que Jeremy Irons quede como una mierda de secundario de tercera (¡¡Con lo buen villano que fue en "La jungla de cristal 3"!!)
- Que en el fondo es una estupidez como la copa de un pino.
Lo que provoca placer aquí es comprobar los destinatarios de la ira del protagonista. Basura inmoral de la que hay por ahí amenazando por las redes y los teléfonos móviles, gentuza dispuesta a levantarte la pasta, estafarte y joderte la vida y la de los que te rodean para sacarse ellos un sucio dinero sin haber dado un palo al agua en sus miserables vidas. Y como la Ley suele pasar bastante del tema o si llega suele ser tarde y mal, pues ahí está un tío con huevos de verdad para poner en práctica aquello de "Aquí es donde acaba la Ley y empiezo yo" que tanto proclamaba a los cuatro vientos el bueno de Marion Cobretti. Algo que desearíamos que estuviese más extendido en el mundo real para que la colmena mantuviera más el orden y las formas. Porque al menos en el mundo de las abejas, al zángano que no hace nada se le aparta del grupo para que no joda a los demás. Y eso es a lo que Jason se dedica aquí, a pelar zánganos para que no jodan. El problema es que al final las ramificaciones de sus ostias son tan grandes y hay tanta gente que recibe colateralmente solo porque pasaban por allí que el resultado es un tanto grosero. Y repito, lo que hay en medio de ostia y ostia ni me convence ni me divierte. Ya sé que no voy a ver una obra filosófica en esta peli (tampoco voy buscando eso) pero me hubiera gustado que la argamasa que une los ladrillos tuviera algo más de empaque como ocurrió por ejemplo en "Despierta la Furia", dotada de no menos soplamocos pero sí de más peso en el desarrollo.
En resumen, peli servida para ver las clásicas patadas y puñetazos de Statham y nada más.
LO MEJOR:
- El apicultor ciscándose en todo cristo con pinta de estafador y malversador.
- Que hayan dejado el tema en menos de dos horas.
LO PEOR:
- Que ya sabes lo que va a pasar antes de que pase.
- Que Statham ha estado en pelis mejores que esta.
- Que Jeremy Irons quede como una mierda de secundario de tercera (¡¡Con lo buen villano que fue en "La jungla de cristal 3"!!)
- Que en el fondo es una estupidez como la copa de un pino.
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