Cuando vi que la estrenaban en Netflix no dudé ni un segundo que la vería. Dos días después del estreno, muy dispuesta me puse a ello. Me reí UNA vez. Puede ser porque me esperaba mucho con esos actores y me decepcioné. Para entretenerte un rato sí, pasa el tiempo rapido. Si buscas un no parar de reírte busca otra.

Lo más interesante de la película es las ampollas que está levantando al público en general masculino, cierto que muchas escenas de la película a mi parecer es bastante "fumada" , tiene un buen mensaje que por las reacciones eran muy que muy necesarias. Igualmente el mensaje se hubiera transmitido en veinte minutos. Película necesaria pero mucha paja.
Me esperaba bastante más.

Me atrapó desde el primer minuto sin necesidad de grandes inversiones decorativas ni escenas de acción, un escenario estático, literalmente un atasco. Es una prueba de que, a veces, todo lo que necesitas para contar es historias y un elenco que tenga química, carisma y, sobre todo, talento. Para que luego digan que en España no se hacen cosas dignas.
Todo lo que lleve el sello español ya tiene mala nota de entrada!

Hacks es una serie imprescindible. Me conquistó con su retrato honesto y mordaz de dos mujeres que desafían estereotipos generacionales y luchan por su lugar en un mundo patriarcal. Jean Smart está brillante como Deborah Vance, una comediante cuya complejidad y vulnerabilidad rompen cualquier cliché, mientras que Hannah Einbinder aporta frescura y una química brutal con ella.

Es una comedia que no solo te hace reír, sino que te golpea con reflexiones sobre el legado, la reinvención y la sororidad.

Una de esas series que prometen mucho más de lo que acaban ofreciendo. Con una premisa que podría haber dado lugar a un thriller interesante, la ejecución se queda a medio camino entre el cliché y el desconcierto, arrastrando al espectador más por inercia que por interés genuino.

Eduardo Noriega, ofrece una interpretación sorprendentemente plana. Cuesta entender por qué se le sigue considerando uno de los grandes nombres del cine español, cuando en esta producción parece estar leyendo el guión más que interpretándolo. Su falta de naturalidad y expresividad no solo desconecta, sino que termina por romper cualquier intento de inmersión en la trama.

Por suerte, Carla Frejeiro logra sostener —al menos en parte— el desmoronamiento general. Su personaje tiene más matices, y ella demuestra oficio en cada escena, aunque el guión no siempre esté a la altura. Es una pena que el peso de la serie recaiga en una estructura tan débil, donde el desarrollo de personajes es pobre y los diálogos a veces rozan lo inverosímil.

En resumen: Homicidios es una serie que quiere ser seria, profunda e intrigante, pero acaba siendo un desfile de tópicos con actuaciones desiguales. Mala... mala, pero al menos sirve para recordar que el nombre de un actor no siempre garantiza calidad.