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Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
5
27 de marzo de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
A alguien se le está yendo la pelota. En todos los sentidos habidos y por haber que puede tener una película, "El cisne negro" es una auténtica paranoia. No voy a hablar del guión ni de la realización ni de la actuación, porque ya lo he dicho: paranoia. ¡No la veais fumados por dios que os da!
No hay nada de malo en hacer cosas chungas efectistas sin relleno -huecas-, siempre y cuando el planteamiento estético aporte algo novedos o diferente, como ya lo hizo con "Pi" o "Requiem". Pero no es el caso. El tema está bastante trillado, la resolución narrativa también, los personajes no son originales... Darren, ¿qué te está pasando? ¿Por qué estás haciendo superproducciones que ocultan un planteamientos de práctica estudiantil? ,
Os lo digo, algo muy malo debe estar cocinándose en su vida. Desde la decepción que sufrió con "La Fuente", las extrañas amistades que contrajo por entonces, hay algo que le está afectando de lleno en su manera de entender el mundo. Le falta sentido del humor. Alegría. Se está aproximando a Lars Von Trier, y eso... no es bueno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Aronofsky se deja arrastrar de nuevo por el misticismo superficial que vagamente justifica un despliegue de imagenes espectaculares y preciosistas. Tal como le pasó con "La Fuente", el efectismo tenebroso parece ser su única manera de entender la vida y de ver lo humano; no ofrece descanso, las películas de Aronofsky se están convirtiendo en una angustia lineal gratuita. Llanto, automutilaciones, sangre, tortura, desolación... ¡No se entiende a qué viene tanto sufrimiento!... Repasemos:

1· Nina (Natalie), no se toca, es la perfecta Cisne Blanco.
2· Nina es empujada al descubrimeinto sexual por su profesor y mentor, se resiste. Sufre.
3· Profesor seduce a Nina, ya no quiere resistirse pero él la rechaza. No es capaz de convertirse en el cisne negro.
4· Nina conoce a Mila Kunis, antagonista y quien la arrastra a tener experiencias sexuales. No se resiste. La desea.
5· Nina siente celos de Mila (o del profesor?). Enloquece.
6· A coste de su propia cordura, Nina por fín se convierte entre asesinatos imaginarios en el Cisne Negro, En "Princesita" del profesor. Es decir, en el deseo del hombre.

Es evidente que el argumento de esta película es "confuso". ¿Acaso es que Darren entiende la sexualidad -femenina- como algo que debe permanecer reprimido y contenido para evitar el infierno, la locura, la muerte? ¿O que la autosuperación de la mujer pasa necesariamente por un proceso de descubriemiento sexual autodestructivo que está contenido en el deseo del hombre? ¿Algo así como que la mujer está destinada a sufrir a muerte haga lo que haga por su "naturaleza"?

Incluso con tan limítrofe argumento, al film le falta aire, pero sobre todo, sentido del humor.
15 de marzo de 2010 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ejercicio de precisión humana excelente, estructura narrativa correspondiente a la tradición de la tragedia griega, sorprendente, irremediable... Como mínimo una invitación a la reflexión sobre la sexualidad, la mirada, la pareja, el amor, el autoestima, la familia, el individuo, el sexo... Arévalo promete, apunta a ser la "tercera A".
7 de abril de 2011
8 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
De cuando los valores tradicionales caen por su propio peso, los miedos toman el control de la situación y generan un estado que llamamos “descontrol”.

Ayer me vi el capítulo de REDES sobre el estrés (La mente enferma). Lo más curioso del capítulo es la analogía que hace de la reacción psicofísica de nuestro organismo ante una llamada de teléfono y de la persecución del mamut en la prehistoria. En ambos casos, el cerebro reacciona igualmente: genera sudor, el corazón bombea tres veces más rápido, dilatan nuestras pupilas, los músculos se tensan para la batalla, los riñones y el estómago dejan de trabajar, los pulmones oxigenan, cortisol por un tuvo para huir o luchar. Nuestro cerebro reacciona igual que hace 20000 años.

Solo que en nuestra época no hay mamuts.

Esto es el estres contemporáneo. Encontrar como riesgo vital una llamada telefónica, sufrir ansiedad ante la incertidumbre de lo desordenado.

Un enamoramiento enfrentado al orden social.

Aunque el estrés está ahí para salvarnos de las amenazas, el “superorden” hace excesivamente reactivos a sus miembros que padecen esa ansiedad. El contexto social de “Muerte de un Ciclista” de 1955 no es otro que el franquismo, y sus protagonistas padecen claramente una obsesión generada por una situación de estrés que parte de una muerte accidental y convierte al mismo entorno es una amenaza paranoica y constante, impidiéndoles pensar en otra cosa.

El planteamiento visual con referencia a Klee y Magritte reafirma esta visión. Berlanga intuía la enfermedad de su sociedad que retrata con una fotografía muy cuidada.

En “Muerte de un ciclista” asistimos al desmoronamiento personal de los personajes ante una situación que no controlan ni saben cómo hacerlo. Un retrato de la modernidad.
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