Es una película que parece transportar al espectador a las tablas de un teatro. El diálogo y la gesticulación tienen mucha importancia y ello implica no despegar los ojos de la pantalla en momento alguno, factor que también, a mi parecer, hace, quizás, dar más relevancia a los actores y su labor (magnífica interpretación por parte de todos) que al argumento en sí.

Aunque el argumento promete, la película está narrada de una forma lenta y algo dispersa. El tema, aunque esté situada la acción en 1914, es muy de actualidad, parece llevarnos ante una película que quizás nos sensibilice aún más sobre el conflicto "judíos-palestinos", sin embargo, el modo tedioso y a veces, la falta de aclaraciones, no logran que las escenas y los sucesos nos impregnen completamente, así como la psicología de los personajes, la cual el director retrata con perfección en los inicios de la película, pero se van retornando poco a poco meras caricaturas, perdiendo profundidad...