La penúltima entrega de la saga quizá no sea la mejor película de la saga, ni la más trepidante, pero sí la más fiel al libro y la más seria. Esto es, tenemos ante nosotros una adaptación casi inmejorable. Quizá para los que no han leído los libros resulte tediosa o aburrida, pero para los fans será entretenida porque está llena de guiños a los libros y nos presenta con elegancia a personajes olvidados incomprensiblemente por los guionistas en los anteriores films (Bill Weasley, Mundungus, Kreacher, un Dobby desaparecido desde la segunda película...).

Sí, la película puede resultar larga y aburrida (aunque tiene sus necesarias inyecciones de acción al principio y final de la película), pero precisamente esta es su carta de presentación. Se llama Parte 1 por algo, porque es el prólogo del apoteósico final que sí nos llenara la pantalla de la acción y rapidez argumental que han faltado en esta. Es una película para dar un merecido final a la saga, poder situarnos argumentalmente antes del último acto, contarnos la historia con lujo de detalles y así entender todo lo que nos vendrá encima en julio.

Hay que reseñar que sigue teniendo el estilo Yates, de película inmersa en la tenebrosidad, con efectos y música tambien lugubres y elegantes, aunque con un acto central un tanto alargado y sobrecargado de escenas superfluas que no aportan nada ni a la película ni a la adaptación.