El relato de una "mujer perversa" dirigida por Paul Verhoeven, que, a diferencia de otros films, no tiene como objetivo la morbosidad gratuita. La película es lenta, aburrida, quizás se alarga demasiado, pero también es posible que te podría apetecer verla de nuevo para captar la cantidad de detalles y secretos que pasan desapercibidos o son ocultados a propósito.

Película extraña y compleja. Una familia fascinante compuesta por abuelo, abuela, hija y nieto. El auténtico protagonista es el abuelo, un monstruo que apenas aparece en la pantalla. Un abuelo omnipresente en la trama que está incrustado en toda su descendencia; en cada cual a su manera, pero quien más lo sufre es la hija. Una hija, (Isabelle Huppert) a quien nadie comprende. La cualificación moral es: "Mujer perversa", pero ¿esta cualificación es correcta?, ¿realmente estamos ante una historia que degrada a la mujer?

Isabelle Huppert, tan magistral como en "La Pianista" de Michael Haneke. Es el misma personaje, torturado por la madre en La pianista y torturado en Ella por el padre y por la complicidad y desamparo de la madre. Todos los personajes viven en la permanente contradicción de una sociedad sin rumbo. Quizás, el guión podría haber optado por convertir a la protagonista en una heroína, rebosante de dignidad y valentía, que planta cara a sus agresores. En este caso la película sería de una vulgaridad monumental. No, la lucha es contra sí misma... y esta lucha no es dura, es extenuante. Es Ella.