La primera de esta saga era entretenida, pero de nada sirve alargar lo inevitable. En esta entrega apenas hay historia, da igual la cantidad y calidad de las persecuciones, asesinatos, peleas o intrigas. Básicamente es un capítulo de dos horas de la serie 24, se pasan la mitad de la pelicula en una "situation room". Todas las escenas son cámara en mano, o lo que es lo mismo, un mareo de persecución continua donde no se ve la mitad de la acción. Recomendable solamente para quien tenga mucho interés en conocer el origen de Bourne. Mediocre.

Un ejercicio de género, sin un ápice de interés más allá de entretener una hora y media. No busquéis bajo la capa superficial de violencia simplona, no hay nada. Heredera fiel del género que tanta pegada tuvo en las salas americana en la última década, cumple su función sin más.

Independientemente del tema que trata, interesante desde mi punto de vista, el documental deja bastante que desear. Según avanza, los creadores intercalan "sketches" de videoarte sin ningún sentido en la cinta, como mera decoración, y deja un tufillo a "mama yo quiero ser artista". La forma en que esta narrado roza a menudo lo dulzamplón y se recrea gratuitamente en planos estéticos que no aportan nada al documental, más bien distraen del tema. Después investigando un poco he visto que los creadores fueron videoartistas en los 90, y el ramalazo se nota, aunque no debería.

No suelo fiarme de las películas en las que el mismo tipo es guionista, productor, director y editor. Hay excepciones, pero esta no es una de ellas. 8 o 9 cortos sobre tópicos de pareja, rupturas, bodas y ligues, que se enganchan sin ningún sentido para poder llegar al tiempo que consideramos largometraje. Un par de ellos están bien, el de la prostituta y el del restaurante chino, el resto mediocres.

Primero lo bueno: durante el docu se disfruta mucho de las imágenes y del ecosistema que montan casi desde cero. La intención es buena, unos planos chulos y es inspirador, pero falla en lo básico: la autenticidad. No es una narración sincera, montan falsos problemas que evidentemente sabían solucionar desde el principio, pero falsean para darle ritmo al documental. Las plagas de caracoles se quitan con patos, hay que vallar el camino al estanque para evitar ataques... son las cosas básicas que estan en todos los manuales de permacultura, y ellos evidentemente conocían, pero fingen descubrir gracias únicamente a su experiencia durante el proceso. Para mi gusto el tono general adolece de ese estilo de falsa realidad de "Empeños a lo bestia" y demás programas de poca calidad. No es un documental sincero, sino sensacionalista. A cambio, imágenes fantásticas y es imposible que no transmita motivación.