Se buscan agentes experimentados
Esta no es otra película de espías, aunque algo falta ritmo sobre todo hasta más o menos la mitad de la cinta, no necesita de grandes escenarios, ni actores jóvenes y sensuales; sin ningún otro adorno ni artificio que su envolvente trama le bastan para situarse entre los más destacados e interesantes thriller de su género, describiendo una terrorífica realidad, por lo que de verdad se te antoja como espectador que hay en ella. Recuerdo que cuando vi los Tres días del Cóndor, pensé que era una película que seguramente se acercaba a mí idea de cómo debe ser el mundo real del espionaje internacional, esos seres oscuros que con sus sucias artimañas retuercen y empañan el apacible mundo de los sueños de personas con vidas “sencillas” y atolondradas como las nuetras. Pero a ver el Topo, he "creido" de nuevo, he rehecho mi propias creencias y fantasías sobre esos ambiguos y esquivos hombres, los espías. Ya no quiero ser el súper inteligente, capaz y hermoso agente como Robert Redford, si no un apacible, flemático y sabio espía jubilado.