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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
10
15 de noviembre de 2009
131 de 141 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevo una doble vida, me acuesto en Baltimore y despierto en Bilbao.
Llevo así una temporada, o mejor dicho, unas cinco.
Llevo móvil, pero vuelto a usar las cabinas de teléfono del barrio.
Llevo gente en mi coche, pero no se puede hablar en él.
Llevo deambulando por las mismas calles, pero todas parecen acabar en un callejón sin salida.
Llevo un tiempo disfrutando de the wire y en esto no hay peros.
El único error que se ha cometido con esta serie es presentarla a los Emmy. No ganaron ninguno porque esta creación esta por encima de todo eso, trasciende la pequeña pantalla y compite al nivel más alto, en todas las categorías de los Nóbel.

Nóbel de Literatura: este se lo darían seguro, no necesitan ni el guión, ni que escuchen los diálogos, basta con que lean las citas del comienzo de cada capítulo.
Nóbel de Economía: cómo se lo podrían negar, si esta serie sobre la corrupción a todos los niveles, predijo la crisis global del sistema financiero y el único que parece poder resolverla es Stringer Bell.
Nóbel de Química: si no es suficiente con la que desprenden los actores, no será por falta de investigación de substancias, en laboratorios clandestinos o policiales.
Nóbel de Física: los actores están en forma, pero cuando estudian trayectorias de balas, cuerpos y dinero cumplen con todos los principios de la termodinámica.
Nóbel de la Paz: si las consideradas mejores películas y series antibélicas pertenecen al género bélico, entonces esta serie es la más honesta, pues la guerra que filma no tiene ni principio ni fin, todos tienen sus razones y todos pierden algo, es la vida, día a día, sin tregua.
Nóbel de Medicina: este lo tienen difícil, simplemente por que no han metido la escucha en un hospital. Pero si se puede decir que el mundo está enfermo, esta serie es la mejor radiografía para acertar su diagnóstico.
En cuanto al guión, puesta en escena, ambientación, fotografía, actores…que se puede decir más, si hasta las ratas que aparecen en pantalla están perfectas.
Llevo una doble vida y las dos parecen de verdad, complejas y fascinantes, conectadas por un simple cable de televisión.
Five Dedicated to Ozu
Documental
Irán2003
6,5
234
Documental
9
30 de marzo de 2010
28 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
De vez en cuando, se cuela en el circuito cinematográfico actual, alguna propuesta que reaviva el debate en torno a las cada vez más permeables fronteras entre las distintas formas de expresión audiovisual (ficción, documental, televisión, videojuegos, teatro filmado, video doméstico, animación, video-instalación, etc.), generando un mar de preguntas que cuestionan incluso la propia naturaleza del cine y los confusos límites entre arte e industria.

En ese sentido, “Five” es una de las apuestas más radicales que se han podido ver proyectadas en los últimos tiempos (de hecho no se concibió inicialmente para su exhibición en salas) y es muy probable que no hubiera podido disponer de semejante oportunidad, sino fuera gracias al prestigio internacional ganado anteriormente por su realizador con obras un poco menos arriesgadas.

Kiarostami ya partía en sus inicios de un cine en apariencia sencillo y práctico (que como en “Five”, encerraba ya una compleja propuesta teórica), con pequeñas historias de ficción a las que era capaz de dotar de tensión y realismo con un mínimo de recursos; pero aquí lo lleva al límite, prescindiendo de equipo, actores e historia, despojándose de todo hasta quedarse simplemente con el entorno, observando con paciencia sus cambios casi imperceptibles, seleccionando sus ritmos, a medio camino entre el azar de encontrarlos y la necesidad de buscarlos, los graba y los monta con apenas unos retoques de luz y sonido, en cinco largos planos secuencia que requieren de la misma paciencia y complicidad por parte del espectador.

Se trata de una obra “elemental” en el sentido más amplio y positivo del término, pues a parte de su clara vocación de sencillez, juega con los cuatro elementos clásicos: agua (el mar, el estanque, la lluvia), aire (el cielo, el viento), fuego (la luz del sol, el reflejo de la luna) y la tierra (la arena de la playa, el pavimento del paseo), más un quinto: la vida, que atraviesa con cada una de sus manifestaciones (madera, personas, animales y cantos) a los cuatro anteriores.

Se suma, por tanto, a la teoría de que menos es más y que para captar un cambio mínimo hace falta prolongar el plano cinematográfico un máximo, como en una rampa que cuanta más altura queramos alcanzar con ella, más largo tendrá que ser el plano inclinado y la distancia a recorrer, lo cual requiere un tiempo extra que se verá recompensado al final del esfuerzo.

Sin duda, hemos perdido en gran parte esa capacidad de quedarnos absortos viendo el paso de las nubes, las llamas de una hoguera, el fluir del agua en un río, un cielo estrellado o la caída de las hojas en otoño, debido al ritmo frenético y a la saturación inabarcable de imágenes impactantes que nos impone la vida moderna.

En “Five” se nos invita a una singular sesión de talasoterapia, a una especie de balneario para los sentidos, donde recuperar esa calma en la mirada, necesaria para retener en la retina la huella del paso del tiempo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si bien, pueda desanimar un planteamiento inicial tan escaso en activos, hay que decir que si se acepta el calculado juego que nos propone su autor, nos sorprenderá descubrir no sólo la belleza, sino el suspense, el humor y la tensión que pueden desprenderse de los pequeños acontecimientos que nos rodean y que subyace en las coreografías de la Naturaleza. Acostumbrados a verla en el cine convencional como un personaje más que subraya las emociones de los actores, aquí es la protagonista absoluta, capaz por sí misma de sugerir todos los géneros:

SECUENCIA 1ª.” Titanic”. (Melodrama).
El mar quiebra inesperadamente lo que parecía irrompible y dos fragmentos que antes habían estado unidos como amantes, se separan para siempre, uno queda inerte mientras el otro se aleja flotando en las aguas.

SECUENCIA 2ª. “Los lunes al sol”. (Realismo social).
Gente ociosa cruza sus vidas, con el mar y el cielo como telón de fondo.

SECUENCIA 3ª. “Muerte en Venecia”. (Romántico).
En una playa unos seres se observan incapaces de ocultar su excitación, tras sus indolentes movimientos y bajo una intensa luz solar blanca que funde el plano y confunde sus formas.

SECUENCIA 4ª. “Charlot en la playa”. (Comedia).
Esos andares de pato, esas persecuciones hacia un lado y vuelta para el otro, atropellándose, ese irresistible caos.

SECUENCIA 5ª. “La noche del cazador”. (Suspense musical).
En la noche se desliza el frágil reflejo de la luna en el agua como una barca entre la calma y la tormenta, acompañada de los cantos de las ranas, insectos y aves que habitan sus márgenes, hasta que nace un nuevo amanecer, un viejo final y la misma esperanza de siempre.
15 de diciembre de 2009
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el colegio se aprende que la razón por la cual en las excursiones los profesores nos numeraban, era porque existía el temor de que alguno de nosotros se extraviase en un entorno desconocido. El mismo riesgo, parecen correr en esta película los jóvenes de la numerada 6ª generación de China, no sólo de perderse en nuevos espacios, sino de sentirse perdidos en un tiempo de poderosas transformaciones locales y globales.

Jia Zhangke se erige en un testigo plenamente consciente de lo excepcional de estos cambios y de la necesidad de registrarlos en el mismo momento en que se están produciendo, como capsulas de tiempo, sin mención expresa al proceso histórico del cual proceden (tradición milenaria y revolución comunista), ni al incierto horizonte al cual parecen destinados (modernidad y capitalismo no democrático), aunque las tensiones entre ambos son perfectamente reconocibles y determinen la vida de los personajes.

Son múltiples las encrucijadas que van tejiendo las, en apariencia, simples historias de este universo, donde todo se crea y se destruye a tal velocidad, que a sus habitantes no les da ni tiempo a transformarse, quedando atrapados entre un pasado al cual ya no pertenecen y un futuro al que no saben como acceder.
La fórmula empleada por el autor para conseguir transmitir ese efecto de tiempo suspendido es una sabia elección de escenarios propios del documental, en los que sitúa una no menos acertada ficción de dos jóvenes amigos que por la forma de afrontar ese dilema, personifican y materializan en sus diferencias, los dos extremos del mismo paréntesis temporal:

PASADO (joven TRADICIONAL en la forma de vestir y peinarse, con una madre trabajadora estatal, montando en bici junto a su pareja formal con la que mantiene conversaciones sobre economía y estudios universitarios y una tensa represión sexual en un edificio con habitaciones donde se va a ver la tele …………… frente a la moda occidental, padre inactivo, montando en moto junto a su pareja sexualmente liberada, bailarina de música pop con la que se relaciona en una habitación de hotel convencional, del joven MODERNO) FUTURO.

En medio de ese paréntesis un montón de puntos en común: conflictos con los padres, paro generalizado, delincuencia, televisión omnipresente vomitando conflictos, megafonía estatal que vende el sueño capitalista y canciones que prometen mitos y placeres desconocidos, en un entorno físico de una ambigüedad desoladora, medio destruido, medio a construir y en una atmósfera contaminada donde paradójicamente el humo de los cigarrillos parece simbolizar lo único auténtico a compartir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Asistimos a un film donde la sencillez de las imágenes y de los diálogos no oculta un talento inclasificable para dotarles de significado, revelación, sentido, humor y poesía.
Planos memorables que a pesar del abandono y la decadencia aparentes encierran una gran riqueza humana:
- El del viaje en moto de los amantes hacia ninguna parte, por una autopista gigante en construcción y en medio de la nada que parece no tener ni origen ni destino.
- El del vals de “Deseando amar” que sale de una de las habitaciones del edificio donde se cita la pareja políticamente correcta, subraya sutilmente una frase de la canción favorita de los dos enamorados: “el destino separa a los que se quieren de verdad”.
- EL del trayecto en autobús y uno de los besos más tristes de la historia del cine.
- EL de la referencia a sus dos primeras películas en DVD.
- El de los fuegos de artificio celebrando la designación de la sede de las olimpiadas evoca la frase del prestamista: “el arte crea el marco, la economía actúa en él”.
- El del diálogo desesperanzador con la masajista: "el futuro no existe", "aprender a vivir día a día es lo único que podemos hacer".
- EL del patético atraco final que culmina con la detención o condena a muerte del joven tradicional como metáfora del régimen del pasado y con el joven moderno escapando en una moto de estilo occidental que le deja tirado en medio del camino y es recogido para continuar como símbolo de la huida sin rumbo.

Resuenan los ecos de la humanidad fordiana, del neorrealismo de Rosselini (aunque aquí las ruinas entre las que caminan los personajes no son producto de una guerra contra un enemigo exterior, sino los escombros de una apuesta económica interna), de la habilidad para las críticas veladas del cine de Azcona y Berlanga, de los rebeldes sin causa del cine americano y de la capacidad de observar lo grande en lo pequeño del mejor cine asiático.

Cuando lo viejo no se ha difuminado del todo y lo nuevo no se acaba de manifestar, emerge un momento de indefinición de gran valor dramático y dará igual donde te sientes, siempre tendrás la sensación de vivirlo en primera fila, pues el verdadero milagro chino no es su crecimiento económico, sino el cine de Jia Zhangke.
23 de noviembre de 2009
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La complejidad es lo que hace maravillosa a la naturaleza y la capacidad de expresarla de forma sencilla es lo que hace maravilloso al hombre.

Dersu desde su animismo, Arseniev desde la ciencia y Kurosawa desde su inteligente sensibilidad
son, sin duda, "gente importante".
19 de noviembre de 2009
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
La trayectoria de cualquier proyecto de estudio puede tomar diferentes caminos, que a veces se cruzan, pero que simplificando se podrían resumir en cuatro:
1º DESCENDENTE: que la hipótesis inicial no se vea ni probada, ni superada. Es el caso de tantos directores con óperas primas prometedoras, que en sus posteriores trabajos no confirmaron tales expectativas.
2º ASCENDENTE: que el planteamiento original no sólo sea validado, sino que vea elevadas sus posibilidades en cada paso de la investigación. Hablamos entonces, de aquellos autores que lejos de agotarse, cuestionan sus propios límites con cada nueva película. Sin duda son los más escasos en el panorama cinematográfico actual.
3º DIENTES DE SIERRA: aquellos proyectos con alternancia de éxitos y fracasos que siembran dudas, pero en los que merece la pena seguir invirtiendo. Es como una metáfora de la vida, y por lo tanto, lo más común en la obra de la mayoría de los cineastas.
4º CURVA: la propuesta que partiendo ya de un punto de ambición alto se eleva hasta alcanzar un techo, para luego retornar a los mismos niveles de calidad precedentes. Para mí, este es el caso de la filmografía de Wong Kar-Wai, en la cual sus primeras películas van sujetando y anticipando la que será la piedra clave central del arco, que supone “Deseando amar”, para luego apoyarse íntimamente en sus posteriores realizaciones. Todo esto conlleva, que esa película clímax, pueda parecer compleja y difícil, a pesar de contar una historia extremadamente sencilla: los encuentros y desencuentros de una pareja. Eso si, todo ello bajo la luz de una fotografía alucinada, al ritmo preciso y precioso de un vals encantado, y de una coreografía de gestos insinuados que nacen del corazón mismo del deseo contenido.
Porque, si algo está claro, es que es un cine que emerge desde el interior de la memoria, como un universo mental donde las leyes de la física espacio- temporales convencionales, con sus causas y efectos, han sido sustituidas por las leyes de la física y química emocional con sus afectos y defectos.
En “Deseando amar”, los parámetros de la fórmula: espacio es igual a velocidad por tiempo (e = v x t) quedan alterados. 2046 no será sólo una fecha (tiempo), sino también el número de una habitación (espacio), donde velocidad = vida en un tiempo = tensionado y en un espacio = emocional.
Al aplicar la nueva fórmula a los problemas de la pareja, como en los límites, las soluciones nunca parecen llegar a concretarse, dejando el tiempo suspendido.
Al anular el tiempo, ya sólo queda e = v, la e=moción de la v=ida de los cuerpos latentes, la dimensión poética que sin respuestas, quita o da sentido a las relaciones humanas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para todos aquellos que quieran profundizar en esa complejidad, recomiendo humildemente y asumiendo todos los riesgos, visionar “Días salvajes” (1990), “Deseando Amar” (2000) y 2046 (2004) no como una trilogía lineal, sino como un tríptico lleno de conexiones ocultas y saltos en el tiempo, que hará las delicias de los aficionados al Memory y pondrá de los nervios a los demás.
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