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Críticas ordenadas por utilidad
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7
10 de agosto de 2013
10 de agosto de 2013
34 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un documental es por lo general un resumen introductorio a una cuestión monográfica. En este caso, la desmembración de Yugoslavia. Iniciar esta tarea sin introducir un contexto y unos antecedentes es un atropello. Inteligentemente, con ese barniz que la cultura posmoderna tilda de objetividad, 'La muerte de Yugoslavia' omite datos importantes en torno al Socialismo y el resurgimiento de los nacionalismos excluyentes, la estructura política yugoslava, el contexto internacional, etc. Sin esos ingredientes es imposible elaborar un juicio completo de la desaparición de Yugoslavia.
El documental aborda una visión eminentemente política, lo cual también induce a un error intencionado. Los guionistas de este documental, al manipular las directrices del documento a su gusto, revelan la intencionalidad maniquea de exculpar las provocaciones exógenas del conflicto y buscar responsabilidades dentro (ignorando las presiones internacionales, las pasividades de la ONU, los atropellos de la OTAN...).
A nivel cinematográfico le otorgaría un notable, pero al lastrar estas connotaciones evidentemente políticas, lo rebajo a un 7, porque no deja de ser un documento directo para el conocimiento de la primera fase del conflicto yugoslavo.
El documental aborda una visión eminentemente política, lo cual también induce a un error intencionado. Los guionistas de este documental, al manipular las directrices del documento a su gusto, revelan la intencionalidad maniquea de exculpar las provocaciones exógenas del conflicto y buscar responsabilidades dentro (ignorando las presiones internacionales, las pasividades de la ONU, los atropellos de la OTAN...).
A nivel cinematográfico le otorgaría un notable, pero al lastrar estas connotaciones evidentemente políticas, lo rebajo a un 7, porque no deja de ser un documento directo para el conocimiento de la primera fase del conflicto yugoslavo.
El poder de las pesadillas: El auge de la política del miedo
El poder de las pesadillas: El auge de la política del miedo
MiniserieDocumental

7,8
294
Documental
8
10 de agosto de 2013
10 de agosto de 2013
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un documental terriblemente valioso por su alumbramiento crítico. Realmente difícil de encontrar y algo denso por su extensión y su ritmo. Sin embargo, estos inconvenientes se ven de veras recompensados por los hechos que desentraña, cuidadosa y detalladamente: Al Qaeda fue una creación norteamericana. El 'enemigo gris' que buscaban para legitimar su Imperio al haber perdido al 'enemigo rojo' (el comunismo).
Una pieza indispensable para todo activista político.
Una pieza indispensable para todo activista político.
4
8 de septiembre de 2022
8 de septiembre de 2022
53 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es realmente difícil hacer una crítica de la serie sin hacer ningún spoiler, pero vamos a intentarlo.
Amazon Studios compró los derechos de los Apéndices de El Señor de los Anillos (ESDLA en adelante) por 250 millones de dólares con la esperanza de atraer al público de Games of Thrones y detonar el próximo furor televisivo de la década. Todos los ingredientes estaban en la olla: la producción más cara de la Historia (1000 millones), la marca ESDLA, un universo de fantasía incomparable a su disposición, y un "lobby" compuesto por millones de fans que se mundializó con las producciones de Peter Jackson y que, tras un patinazo de este en El Hobbit, esperaban ver una adaptación elogiosa a la obra de Tolkien en esta nueva apuesta de Amazon.
Para rematar el menú se invitaron a actores con proyección pero poca experiencia y a unos guionistas prácticamente desconocidos. Probablemente no era la mejor de las decisiones, pero demostraba valentía.
No quería hacer esta crítica a la ligera, por lo que primero he visto los dos primeros episodios tres veces cada uno. Con una puesta en escena alucinante, es lógico que aquellos aficionados que no hayan leído la obra de Tolkien se sientan atraídos por tan espectacular despliegue de medios, pero para los lectores de Tolkien la sensación que la serie deja no puede ir más allá de la decepción. Me explico:
- La cronología es despreciada constantemente, así como la geografía de la Tierra Media. Incluso en los momentos de mayor rigor (la introducción de unos 8 minutos) hay una gran divergencia entre libros y serie. Uno podría pensar que una adaptación necesita ciertas licencias para poder hacer accesible el argumento al gran público. Pero no es así en este caso. La única coincidencia entre la obra de Tolkien y la serie de Amazon son los nombres. No solo todas las tramas secundarias y el argumento principal son inventadas o distorsionadas, sino que la propia estructura de los personajes se ve deformada hasta hacerlos irreconocibles.
Podría continuar desgranando cada una de estas distorsiones y deformaciones, pero cometería numerosos spoilers. Lo dejaremos para otro día. Al margen de su (in)fidelidad a la obra escrita, la banda sonora es espectacular, la producción gigantesca y las actuaciones aceptables. Sin embargo, el guion es el gran punto débil de la serie: un argumento dividido en cuatro tramas (algunas de ellas innecesarias en un momento tan temprano de la serie) que se desarrollan precipitadamente provocando sopor en el espectador, con un estilo tópico y predecible, acudiendo a recursos comunes de las grandes series (un molde que Game of Thrones rompió).
Uno no puede dejar de comparar esta serie con la reciente House of the Dragon, estrenada casi a la par, donde con una producción menor se han contratado actores confiables y convincentes, una producción notable y un argumento perfectamente adaptado y sincronizado con las necesidades de la pequeña pantalla. Una lección que Amazon Studios probablemente aprenderá por las malas.
Amazon Studios compró los derechos de los Apéndices de El Señor de los Anillos (ESDLA en adelante) por 250 millones de dólares con la esperanza de atraer al público de Games of Thrones y detonar el próximo furor televisivo de la década. Todos los ingredientes estaban en la olla: la producción más cara de la Historia (1000 millones), la marca ESDLA, un universo de fantasía incomparable a su disposición, y un "lobby" compuesto por millones de fans que se mundializó con las producciones de Peter Jackson y que, tras un patinazo de este en El Hobbit, esperaban ver una adaptación elogiosa a la obra de Tolkien en esta nueva apuesta de Amazon.
Para rematar el menú se invitaron a actores con proyección pero poca experiencia y a unos guionistas prácticamente desconocidos. Probablemente no era la mejor de las decisiones, pero demostraba valentía.
No quería hacer esta crítica a la ligera, por lo que primero he visto los dos primeros episodios tres veces cada uno. Con una puesta en escena alucinante, es lógico que aquellos aficionados que no hayan leído la obra de Tolkien se sientan atraídos por tan espectacular despliegue de medios, pero para los lectores de Tolkien la sensación que la serie deja no puede ir más allá de la decepción. Me explico:
- La cronología es despreciada constantemente, así como la geografía de la Tierra Media. Incluso en los momentos de mayor rigor (la introducción de unos 8 minutos) hay una gran divergencia entre libros y serie. Uno podría pensar que una adaptación necesita ciertas licencias para poder hacer accesible el argumento al gran público. Pero no es así en este caso. La única coincidencia entre la obra de Tolkien y la serie de Amazon son los nombres. No solo todas las tramas secundarias y el argumento principal son inventadas o distorsionadas, sino que la propia estructura de los personajes se ve deformada hasta hacerlos irreconocibles.
Podría continuar desgranando cada una de estas distorsiones y deformaciones, pero cometería numerosos spoilers. Lo dejaremos para otro día. Al margen de su (in)fidelidad a la obra escrita, la banda sonora es espectacular, la producción gigantesca y las actuaciones aceptables. Sin embargo, el guion es el gran punto débil de la serie: un argumento dividido en cuatro tramas (algunas de ellas innecesarias en un momento tan temprano de la serie) que se desarrollan precipitadamente provocando sopor en el espectador, con un estilo tópico y predecible, acudiendo a recursos comunes de las grandes series (un molde que Game of Thrones rompió).
Uno no puede dejar de comparar esta serie con la reciente House of the Dragon, estrenada casi a la par, donde con una producción menor se han contratado actores confiables y convincentes, una producción notable y un argumento perfectamente adaptado y sincronizado con las necesidades de la pequeña pantalla. Una lección que Amazon Studios probablemente aprenderá por las malas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los spoilers podrían llenar un libro. Empecemos de más a menos:
1) Demasiadas tramas en un momento temprano de la serie: el arco de los Pelosos y el de Arondir son totalmente prescindibles. Sabemos que Sauron se instaló en Mordor en el año 1000 SE y la forja de los Anillos comenzó en torno al 1500 SE. Todo esto es ignorado y se pretende incluir a un elfo silvano que (aún no sabemos cómo ni por qué) pertenece a un reino Noldor, reino cuyos límites reales se circunscriben a Lindon pero que en la serie abarca toda la Tierra Media. Se pretende incluir a Arondir, como digo, como vehículo para representar el resurgimiento de Sauron, inventando además una historia de amor interracial prohibida que no viene a cuento. Además, no sabemos por qué los orcos, en lugar de matar a un enemigo mortal, lo atrapan y lo dejarán escapar...
2) El personaje de Galadriel y Elrond están totalmente deformados. Se pretende vender a uno de los elfos (y seres) más poderosos de la Tierra Media como una pseudo-adolescente rebelde que es constantemente reprendida por su sobrino (o sobrino-nieto) y por un elfo 900 años más joven. Por otra parte, se trata de aumentar la importancia de Elrond a través de una labor diplomática que lleva al espectador a aborrecer el minutaje de Durin. Eregion, al parecer, se fundó tan cerca de Moria, según los guionistas, pues por qué sí. Y a pesar de haber compartido el amor por la artesanía, tuvieron que esperar la llegada de Elrond para que unos supiesen de los otros. Sorprendente cuando menos...
3) La representación de Valinor está totalmente fuera de lugar. Me refiero a la llegada a Valinor, no a la recreación de Tirion sobre Tuna. Hasta el hundimiento de Númenor Valinor estaba a la vista de todo el mundo, aunque solo los elfos pudieran navegar libremente hasta allí. La representación de Bayona, aunque muy espectacular, no tiene sentido. Como tampoco que Gil-galad recompense a los elfos de esta manera cuando los elfos permanecían en la Tierra Media por propia voluntad, según Tolkien, por su voluntad de conservar el mundo tal y como era.
En resumen, viendo la serie con mi hermano (que no es lector de Tolkien), no fui capaz de señalarle ningún elemento canónico en el segundo episodio. Ninguno. Y además, a él le aburrió sobremanera a pesar de ser seguidor de la primera trilogía de Peter Jackson. En fin, una decepción que espero no se prolongue demasiado.
1) Demasiadas tramas en un momento temprano de la serie: el arco de los Pelosos y el de Arondir son totalmente prescindibles. Sabemos que Sauron se instaló en Mordor en el año 1000 SE y la forja de los Anillos comenzó en torno al 1500 SE. Todo esto es ignorado y se pretende incluir a un elfo silvano que (aún no sabemos cómo ni por qué) pertenece a un reino Noldor, reino cuyos límites reales se circunscriben a Lindon pero que en la serie abarca toda la Tierra Media. Se pretende incluir a Arondir, como digo, como vehículo para representar el resurgimiento de Sauron, inventando además una historia de amor interracial prohibida que no viene a cuento. Además, no sabemos por qué los orcos, en lugar de matar a un enemigo mortal, lo atrapan y lo dejarán escapar...
2) El personaje de Galadriel y Elrond están totalmente deformados. Se pretende vender a uno de los elfos (y seres) más poderosos de la Tierra Media como una pseudo-adolescente rebelde que es constantemente reprendida por su sobrino (o sobrino-nieto) y por un elfo 900 años más joven. Por otra parte, se trata de aumentar la importancia de Elrond a través de una labor diplomática que lleva al espectador a aborrecer el minutaje de Durin. Eregion, al parecer, se fundó tan cerca de Moria, según los guionistas, pues por qué sí. Y a pesar de haber compartido el amor por la artesanía, tuvieron que esperar la llegada de Elrond para que unos supiesen de los otros. Sorprendente cuando menos...
3) La representación de Valinor está totalmente fuera de lugar. Me refiero a la llegada a Valinor, no a la recreación de Tirion sobre Tuna. Hasta el hundimiento de Númenor Valinor estaba a la vista de todo el mundo, aunque solo los elfos pudieran navegar libremente hasta allí. La representación de Bayona, aunque muy espectacular, no tiene sentido. Como tampoco que Gil-galad recompense a los elfos de esta manera cuando los elfos permanecían en la Tierra Media por propia voluntad, según Tolkien, por su voluntad de conservar el mundo tal y como era.
En resumen, viendo la serie con mi hermano (que no es lector de Tolkien), no fui capaz de señalarle ningún elemento canónico en el segundo episodio. Ninguno. Y además, a él le aburrió sobremanera a pesar de ser seguidor de la primera trilogía de Peter Jackson. En fin, una decepción que espero no se prolongue demasiado.
Miniserie

6,9
3.913
8
10 de agosto de 2013
10 de agosto de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay una palabra que defina a esta miniserie, esa es "fiel". Desgraciadamente y a pesar de su fidelidad, el estilo de Víctor Hugo se pierde, perdiendo gran parte de su valor la narración. Pero el guión, la participación de Depardieu y Malkovich, la banda sonora y -repito- su gran fidelidad a la obra escrita permite a esta adaptación alzarse sobre las demás.
Documental

6,8
263
Documental
6
3 de enero de 2014
3 de enero de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este documental se reconstruye, pobremente, la memoria de la expedición de 1924 en la que desaparecieron Irvine y Mallory. Conrad Anker te guía como un fanático a través del mito por excelencia de los escaladores: ¿llegó a coronar el Everest George Mallory?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Omiten muchas aportaciones que se han realizado en la investigación sobre si pudo llegar Mallory o no, apoyándose en las únicas y débiles pruebas en las que puede aventurarse tal hipótesis. Aunque hay más argumentos en contra y la única fuerza que autoriza esa versión es la fe en alimentar la leyenda de los escaladores de 1924, el documental afirma vehementemente que lo consiguieron, ya que Anker pudo superar (eso sí, con equipo moderno y sin 15 kg de oxígeno a la espalda) el segundo escalón sin dificultades.
La reconstrucción es tendenciosa; imitan durante breves períodos a los expedicionarios de 1924, más para vivir la experiencia que para probar las dificultades de los alpinistas de la época. Se trata de un documental, además, que trata de cargar de emotividad al relato a través de una historia paralela de la vida personal de Mallory y Anker que no termina de cuajar (y que un aficionado se pregunta, ¿por qué llenáis de paja estos valiosos minutos de mi vida?).
En definitiva, el documental asombra por sus imágenes, por la fuerza que imprime la historia yaciente de Mallory e Irvine, por la pregunta siempre incontestada de si se completó o no la hazaña, y por la calidad de su grabación (no se puede esperar menos de un documental de 2010). Pero solo es otro documental comercial más que nada aporta al aficionado, pero sí al neófito.
La reconstrucción es tendenciosa; imitan durante breves períodos a los expedicionarios de 1924, más para vivir la experiencia que para probar las dificultades de los alpinistas de la época. Se trata de un documental, además, que trata de cargar de emotividad al relato a través de una historia paralela de la vida personal de Mallory y Anker que no termina de cuajar (y que un aficionado se pregunta, ¿por qué llenáis de paja estos valiosos minutos de mi vida?).
En definitiva, el documental asombra por sus imágenes, por la fuerza que imprime la historia yaciente de Mallory e Irvine, por la pregunta siempre incontestada de si se completó o no la hazaña, y por la calidad de su grabación (no se puede esperar menos de un documental de 2010). Pero solo es otro documental comercial más que nada aporta al aficionado, pero sí al neófito.
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