No llega a la de 2019 pero mantiene el tipo a remolque de la primera.
Acaba en un gran plato de mermelada donde los “sirvientes son estrellas y los jefes unos sufridores.
Gran bicho este pedazo mayordomo retirado que no se acaba de jubilar. Papelón, parece el padre de todos.
Un saludo.
La servidumbre está un poco floja tanto actuando como trabajando , muy lejos de la de la primera en Abbey.

Es curioso el regalazo que hace el francés por unos días de compañía, más que un marqués parece un Rey. Este punto no se cree y tiene muchísimo peso en una película que va de realista.
El film es cine dentro de cine y una agencia de colocación.

Muy entretenida con bastante flojera en actores secundarios.

Entretenida , a veces divertida pero algo violentilla.
Estamos ante un nuevo tipo de españolada al estilo Santiago Segura. Lo cutre sobre cutre se hace evidente y constante . Un problema lleva a otro y así sucesivamente hasta que cuando la bola está demasiado incubada, el autor lo resuelve de un plumazo dándole la lotería a los patanes que en la vida van de pelotazo.

Hacen estas películas de broma porque les tiembla la cabeza si osan hacerlas en serio y no llegan. Película de niñato que da pataditas debajo de la mesa en las espinillas y se cree gracioso.

Aporta la música de Rosendo y demás. Un puntazo.

He pasado el rato enganchado. No se me ha hecho larga como alguna obra maestra jijijí.

O bien por hechos de ese día o por la película misma se me instaló humedad en los ojos al ver la película. Arranca desde la dureza de dejar tus raíces, bien amarradas a tú ser o ir a buscar el esplendor casi en pelota picada a otro sitio, bien lejos, bien lejos.
Se intenta cambiar la lenta, cruda y segura realidad por un esplendor tal vez de melanina.

Muy simple, poderosa y Serena esta película que trata con mucha sensibilidad y sentimentalidad la dureza de la emigración y dejar atrás a los tuyos y a lo tuyo. Todo por echarte algo a la boca. La madre tira para aquí, el novio para allá y la cabeza no sabe que hacer.
Dos opciones y sólo una resolución. Tú decides, y serán las dos bien fastidiadas. ¿Quién pierde?.

Una película que va todo el rato al mismo ritmo, sin grandes altibajos.

Es bonita, un poco lenta y la luz toscana no acaba de entrar por la ventana.
Un cocinero cabezudo que llega tarde y trata de sprintar y sprintar. Sólo el alcohol y la mala leche lo consuelan.
Al final se abre la última oportunidad.

No está mal para el que le guste el cine fantástico, con buenísimos efectos especiales y diría fotografía, pero inventan un argumento que casi hay que ser superdotado y tomar notas para seguirlo. En este sentido no valen para nada, optan por confundir al espectador para meter trama y lo que meten es una bolingada.

Si te gusta el cine fantástico está bien. Muñequitos de metal.

No necesitaba liarse tanto en un guión que no va a algún lado.