El primer episodio resulta más o menos interesante, aunque la trama contiene elementos mil veces vistos: espía retirado al que su ex-jefe obliga a volver al servicio, enviándolo a Oriente Medio para solucionar un asuntillo y, de paso, vengarse. Pretende parecerse a Homeland, pero, ¡ay!, en el segundo episodio el guión va cuesta abajo sin frenos, así como la dirección, con una intriga facilona. Se salva Mark Strong, buen actor que, imagino, aceptó porque debe pagar facturas como todo el mundo. Muy simple todo lo demás, aunque quiera dar el pego.

A Woody Allen le apeteció escribir un guión al estilo de Eugene O'Neill y eso es "Wonder Wheel". Buena dirección de actores, preciosa fotografía de Storaro (como no podía ser menos), buena ambientación con un estilo teatral muy marcado (la estructura de las escenas, los monólogos...), un trabajo muy correcto, la verdad. Tampoco faltan las gotas de tragedia griega y de impresionismo chejoviano. Lo malo (o lo bueno) es que las historias de Eugene O'Neill están llenas de conflitos familiares, discusiones y sinsabores. A quien le guste "Largo viaje hacia la noche" o "El deseo bajo los olmos", disfrutará. En mi caso, prefiero al Woody optimista de "Midnight in Paris", que me emociona y me hace sonreír.