En los últimos, gracias a Quentin Tarantino, se están desenterrando joyas que estaban olvidadas, y no solo canciones. Seguramente, hace veinte años, ni siquiera la mitad de la ente que ahora conocía a Sergio Corbucci. La historia tiende a recordar tan solo a un director dentro del "spaguetti western", al gran Sergio Leone, indiscutiblemente, el rey del género, y uno de los directores más influyentes de la historia. Ahora, analicemos "El gran silencio", la mejor película de Sergio Corbucci.

LO BUENO: Su estética, es su mayor virtud. Corbucci se atreve a rodar un western en la nieve, cosa que nunca se había hecho. Dicha decisión, le aporta un estilo más frío y tétrico, que imitó Tarantino en "Los odiosos ocho".
Y, como de costumbre, el gran Ennio Morricone nos brinda una espectacular banda sonora, acompañando genial las imágenes.
Su final, por sorprendente y por atípico, consigue distanciarse de los clichés del género.

LO MALO: Como de costumbre, los westerns mediterráneos no brillan por grandes guiones, pues Corbucci es un director más visual que argumental.

LA CONCLUSIÓN: Sergio Corbucci nos brinda su mejor y más atípico western, una obra de obligado visionado, tanto para los amantes del género, como para los fans de Tarantino.

Mi nota: 7,0

Aquí nos hayamos ante una "buddy film". Es un subgénero que, para el que no lo sepa, consiste en una historia protagonizada por dos personajes que, por lo general, suele situarse dentro de la comedia. Ejemplos los hay (y de muy buena calidad), como "Dos hombres y un destino", "El golpe", o la más reciente "Érase una vez en... Hollywood".
En este caso, "El otro guardaespaldas" nos presenta al mejor guardaespaldas del mundo teniendo que proteger a un sicario, con el que tuvo problemas en el pasado. La pareja dispone de tan solo veinticuatro horas para llegar a La Haya, Holanda, y acabar con un despiadado dictador de Europa del Este, al que escolta su peligrosa guardia personal.
Ahora, el análisis:

LO BUENO: El dúo formado por Ryan Reynolds y Samuel L. Jackson funciona bien. Especialmente el bueno de Sam, que realiza su trabajo como solo él podría hacer, llegando a hacer reír al público en alguna ocasión, aunque solo en pocas.

LO MALO: Quien sea avispado, verá que tan solo he dedicado poco más de dos líneas a lo positivos, y es que, la película, tiene más sombras que luces.
La primera, es la falta de originalidad del guion, que, en ningún momento, consigue hacer reír al espectador más de un segundo. Pecado capital en el aspecto argumental, son también sus diálogos, simples y con cero por ciento de originalidad.
La segunda, su dirección. En las escenas de acción, sus cambios incesantes de plano acaban mareando al espectador, haciendo que se pierda. Patrick Hughes (su director) debería haber visionado en más de una ocasión "Kill Bill", película en la que se pueden disfrutar algunas de las mejores escenas de acción de la historia del cine.
Lo tercero, Salma Hayek. En ningún momento, la actriz mejicana consigue convencerme ni hacerme conectar con su personaje. Patética.
Lo cuarto, el villano. Creo que ya va siendo que se dejen de lado a los dictadores de Europa del este. Tanto acento ruso ya cansa.

LA CONCLUSIÓN: Película palomitera, que no consigue sorprender, a pesar de su buen elenco y su gran dúo protagonista, que no consigue salvar la cinta. Pese a todo esto, la productora estará contenta, pues, gastó 30 millones en su producción, y se embolsó 176. Exitazo, aunque solo en taquilla.

Mi nota: 4,5

Cuando ves una película de terror y te ríes más de lo que te asustas, algo falla. Y es que "It: Capítulo 2" es, sobre todo, una burla a la primera.

LO BUENO: Unos primeros cuarenta minutos entretenidos. Cabe destacar el momento en el que "El club de los perdedores" se reúne veintisiete años después. También que Jay Ryan te hace reír bastante. Chastain y McAvoy, sin rendir a su mejor nivel, están bastante bien. La escena de la atracción de feria es, visualmente, genial. La escena en la que Beverly está en la casa de la anciana, da miedo. También es interesante el hecho de ver a los protagonistas en edad adulta.

LO FEO: Lo que era bueno al comienzo de la película, se torna en cansancio y desesperación. Y lo que es peor, chulería. La fórmula se repite constantemente. Un protagonista llega a un sitio que le marcó en su infancia, para luego, toparse con un monstruo variopinto. Y la cosa no hace más que empeorar. Muschietti intenta demostrar su talento con todo tipo de planos y efectos, pero acaba ahogándose.

LA MALO: Javier Botet debió de quedar agotado (para el que no sepa quién es, Javier Botet es un actor español que da vida avarios monstruos de los que se ven en la película. A trabajado en otras cintas de terror como "Expediente Warren: El caso Enfield", "Alien: Covenant" y "Mamá), pues le toca dar vida a un gran número de monstruos. Tanto FX acabar por saturar el espectador, hasta tal punto que lo que antes daba miedo, acaba haciéndote reír.

LA CONCLUSIÓN: Su predecesora, sin ser una genialidad, asustaba más. Tanta duración acaba quitándole magia. Gary Dauberman, su guionista, Viene de realizar "Annabelle vuelve a casa" que, siendo sincero, supera a esta adaptación de Stephen King. Y lo hace gracias a su gran ritmo, y a que no satura al espectador con un exceso de sustos. Esperemos que tanto él como Muschietti, mejoren en sus respectivos proyectos futuros.

Mi nota: 5,4

Hay películas de las que se podría hablar horas y horas, que dan de que hablar. Me refiero a grandes cintas como "Pulp Fiction", "Doce hombres sin piedad" o "Seven", entre otras. Pero, cuando una película no te sube ni te baja ni un solo grado la temperatura del cuerpo, significa que es mala. Esta basura, es mala. Lo mejor, (o lo único bueno) es que es corta, y que resulta ser tan mala que hasta te ríes. Te ríes de esos efectos especiales que un mono analfabeto habría hecho mejor. Te ríes de esos asquerosos actores. Te ríes de los diálogos insustanciales. De su dirección. De su banda sonora. De todas las decisiones de los guionistas. Pero no es una risa agradable, sino una risa malévola, del que se ríe con maldad de un grupo de incompetentes que, ante tus ojos, crean mierda a partir de cero.

Mi nota: tan mala qué no se que poner, así que le pongo un: 1,4.

Quien sabe que sería hoy en día de Tarantino sin un hombre: Terry Gilliam. Este fue el único que apoyo al futuro genio del cine. Después de aquel corto amateur, Tarantino se aventuró, de la mano de Lawrence Bender, en el proyecto de Reservoir Dogs. Esto es una prueba de que en Hollywood, el dólar no es tan importante. Como un chaval que trabajaba en un videoclub ha cambiado el cine. Como ha marcado a millones de personas (entre las que me encuentro). El valor artístico no es muuy destacable. No tiene el sello de QT. Su valor radica en su historia.