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Críticas ordenadas por utilidad
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4,6
3.688
7
27 de septiembre de 2024
27 de septiembre de 2024
182 de 226 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más, los críticos cinematográficos van por un lado y yo por otro. Ni caótica ni excesiva como dicen, la Fábula de Megalópolis con su guion ciertamente metafísico y visualmente extravagante, es un reflejo consciente de nuestra sociedad opulenta, derrochadora, corrompida y obsesiva. “¿Qué es ser rico?: poder asustar a la gente” se dice en un momento de la película. Es tan artísticamente tan monumental y cargada de símbolos que es normal que confunda a los espectadores porque lo arriesga todo: cruza un puente desconocido en su temática (un protagonista visionario que tiene el control del tiempo que nos invita a preguntarnos sobre la naturaleza humana, como lo es Coppola con este filme que trasciende límites), en su puesta en escena tan teatral y operística en su primera parte, y en su forma donde una vez más vuelve a hacer lo que durante toda su vida ha hecho: experimentar cinematográficamente.
Y es que en Megalópolis está su firma y sus temas de siempre, su narrativa épica, las desavenencias y traiciones en el seno familiar, la ambigüedad del bien y del mal difuminadas por el ascenso y la caída de sus personajes, la degradación moral de aquellos que ostentan el poder y son corrompidos, todo en Coppola siempre fue - y sigue siendo en Megalópolis- una absoluta crítica al materialismo, a la cultura del éxito, al vacío espiritual, como también lo hiciera en ¨El Padrino¨ y en ´Apocalypse Now´. Hay también una nueva incorporación notable con respecto a sus películas anteriores, ahora el genial Director no sólo nos habla de lo que somos sino que añade en su narrativa hacia dónde podemos (o debemos) ir, “acabad con la deuda”; nos invita por primera vez a trasladarnos como humanidad hacia un futuro evocador distinto, a que nos alejemos de la violencia física y psicológica de sus otras películas y construyamos entre todos un nuevo mundo, porque este, ya caducó, “no hay nada que temer si creas". dice.
Llegado a este punto, uno se pregunta ¿porqué la crítica ha sido tan descarnada con Megalópolis? (cargándose ya de paso la taquilla y como consecuencia arruinándola). Me atrevo a decir que por ignorancia y pedantería. Los críticos pensarían que con Megalópolis podrían tener algo nuevo, cosa que no lo es, ya Godard puso los cimientos “intelectualoides”.
A pesar que su narrativa tiene subidas y bajadas, que abusa del CGI y que la música está desconectada de lo que vemos en la pantalla, sí es un cine distinto, transgresor, esperpéntico, recargado. ´La parada de los monstruos´ (Tod Browning, 1932) fue un fracaso de crítica y taquilla porque la gente no quería ver a personas con discapacidad en pantalla. Y así con La Regla de juego (Renoir), Ciudadano Kane (Welles), Vértigo (Hitchcock), 2001: Una odisea en el espacio (Kubrick), La noche del cazador (Laughton), Brazil, El gran Lebowski, Crash, El club de la lucha, Réquiem por un sueño…nos podemos encontrar casos y casos de películas inicialmente incomprendidas y criticadas hasta la saciedad. ¿Y dónde están hoy decenas de años después? En el Olimpo del cine.
Han calificado a Megalópolis de “extravagante”, “pretenciosa”, “excéntrica”, “portentosa”, “inclasificable” Lo es, por supuesto que todo eso lo es. Porque la película refleja nuestra sociedad, identifica todos esos adjetivos calificativos que hablan de la película… y... te los devuelve como dagas afiladas. El retrato de Megalópolis se percibe en cada esquina de nuestro sistema, la banca tiene el poder, el populismo se adueñó de la política de tu país, ciudad, pueblo, barrio… De nosotros depende dar un giro a todo esto. Esa es la propuesta de Coppola: “Cuando saltamos a lo desconocido, demostramos que somos libres”.
Jorge Palacios CINEOFF https://x.com/CinePensar
Y es que en Megalópolis está su firma y sus temas de siempre, su narrativa épica, las desavenencias y traiciones en el seno familiar, la ambigüedad del bien y del mal difuminadas por el ascenso y la caída de sus personajes, la degradación moral de aquellos que ostentan el poder y son corrompidos, todo en Coppola siempre fue - y sigue siendo en Megalópolis- una absoluta crítica al materialismo, a la cultura del éxito, al vacío espiritual, como también lo hiciera en ¨El Padrino¨ y en ´Apocalypse Now´. Hay también una nueva incorporación notable con respecto a sus películas anteriores, ahora el genial Director no sólo nos habla de lo que somos sino que añade en su narrativa hacia dónde podemos (o debemos) ir, “acabad con la deuda”; nos invita por primera vez a trasladarnos como humanidad hacia un futuro evocador distinto, a que nos alejemos de la violencia física y psicológica de sus otras películas y construyamos entre todos un nuevo mundo, porque este, ya caducó, “no hay nada que temer si creas". dice.
Llegado a este punto, uno se pregunta ¿porqué la crítica ha sido tan descarnada con Megalópolis? (cargándose ya de paso la taquilla y como consecuencia arruinándola). Me atrevo a decir que por ignorancia y pedantería. Los críticos pensarían que con Megalópolis podrían tener algo nuevo, cosa que no lo es, ya Godard puso los cimientos “intelectualoides”.
A pesar que su narrativa tiene subidas y bajadas, que abusa del CGI y que la música está desconectada de lo que vemos en la pantalla, sí es un cine distinto, transgresor, esperpéntico, recargado. ´La parada de los monstruos´ (Tod Browning, 1932) fue un fracaso de crítica y taquilla porque la gente no quería ver a personas con discapacidad en pantalla. Y así con La Regla de juego (Renoir), Ciudadano Kane (Welles), Vértigo (Hitchcock), 2001: Una odisea en el espacio (Kubrick), La noche del cazador (Laughton), Brazil, El gran Lebowski, Crash, El club de la lucha, Réquiem por un sueño…nos podemos encontrar casos y casos de películas inicialmente incomprendidas y criticadas hasta la saciedad. ¿Y dónde están hoy decenas de años después? En el Olimpo del cine.
Han calificado a Megalópolis de “extravagante”, “pretenciosa”, “excéntrica”, “portentosa”, “inclasificable” Lo es, por supuesto que todo eso lo es. Porque la película refleja nuestra sociedad, identifica todos esos adjetivos calificativos que hablan de la película… y... te los devuelve como dagas afiladas. El retrato de Megalópolis se percibe en cada esquina de nuestro sistema, la banca tiene el poder, el populismo se adueñó de la política de tu país, ciudad, pueblo, barrio… De nosotros depende dar un giro a todo esto. Esa es la propuesta de Coppola: “Cuando saltamos a lo desconocido, demostramos que somos libres”.
Jorge Palacios CINEOFF https://x.com/CinePensar

6,2
790
7
8 de noviembre de 2024
8 de noviembre de 2024
29 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Menudo Equipo ha hecho esta película!: Primer filme dirigido por Rodrigo Prieto (Director de Fotografía de Brokeback mountain, El irlandés, Los asesinos de la luna, Amores Perros, Frida, 21 gramos, Alejandro Magno, Babel, El lobo de Wall Street, Barbie...), en el diseño de producción están Eugenio Caballero (El laberinto del Fauno) y Carlos Y. Jacques (007: Spectre, La sociedad de la nieve), guion del español Mateo Gil ( Mar adentro, Abre los ojos) y música de Gustavo Santaolalla (Brokeback Mountain, Babel) además de unas excelentes interpretaciones en un gran elenco actoral.
De una belleza visual que recuerda al Rodrigo Prieto de Los Asesinos de la luna, Hitchcock siempre exponía lo complicado que es adaptar al cine un libro reconocido por un gran público, llegando hasta a poder sepultar la película. ¿Cómo se adapta algo similar a "la biblia" de la literatura mexicana? (como el Quijote en España o Cien años de soledad en Colombia). ¿Cómo adecuar al universo del celuloide "Pedro Páramo", el hombre que lo tuvo todo y acabó con todo? “me cruzaré de brazos y Comala se morirá de hambre.” Pues en este caso, siguiendo las recomendaciones de Martin Scorsese, el realizador mexicano sigue a pie juntillas la novela original de Juan Rulfo. Esto le honra pero también hace de ella a veces un filme plano y algo monótono. Aun así, transmitir la historia de las ruinas de la hacienda de La Media Luna, que me recuerdan al "Rosebud" de Ciudadano Kane, es un proyecto tan complejo y ambicioso que merece toda mi admiración.
De una belleza visual que recuerda al Rodrigo Prieto de Los Asesinos de la luna, Hitchcock siempre exponía lo complicado que es adaptar al cine un libro reconocido por un gran público, llegando hasta a poder sepultar la película. ¿Cómo se adapta algo similar a "la biblia" de la literatura mexicana? (como el Quijote en España o Cien años de soledad en Colombia). ¿Cómo adecuar al universo del celuloide "Pedro Páramo", el hombre que lo tuvo todo y acabó con todo? “me cruzaré de brazos y Comala se morirá de hambre.” Pues en este caso, siguiendo las recomendaciones de Martin Scorsese, el realizador mexicano sigue a pie juntillas la novela original de Juan Rulfo. Esto le honra pero también hace de ella a veces un filme plano y algo monótono. Aun así, transmitir la historia de las ruinas de la hacienda de La Media Luna, que me recuerdan al "Rosebud" de Ciudadano Kane, es un proyecto tan complejo y ambicioso que merece toda mi admiración.
8
23 de septiembre de 2024
23 de septiembre de 2024
72 de 124 usuarios han encontrado esta crítica útil
★★★★Albert Serra tiene en todas sus películas dos grandes temas: por un lado, la decadencia. Luis XIV, Casanova o el Embajador en la colonia francesa de Pacifiction son personajes esquizofrénicos. Y ahora en "Tardes de soledad" le llegó el turno al torero, como un ser obsesivo y auto complaciente dentro de un espacio surrealista, egocéntrico y tribal en el que está encerrado, mental y físicamente.
El segundo tema de Serra es la muerte. Nada mejor que la lidia para mirar de frente y no darle la espalda al sufrimiento moribundo y a la "posibilidad" de morir (torero) y la certeza de hallarla (toro) en un culto a la sangre. Sangre en la plaza, en la arena, en las carnes del animal, en el traje de luces. Y terror. Terror por enseñarnos el espectáculo cruel con teleobjetivo para sentir el escalofrío al estar tan cerca de la animalidad de uno y otro.
Y es que Albert Serra dice no juzgar con su película. Pero nos muestra la carnicería de las corridas. Lo que quiere que observemos, ¿es poesía? (imágen y sonido que nos acerca al éxtasis por su belleza plástica), ¿es gore? (ha habido personas que salieron de la sala de proyección) es en definitiva, ¿arte? eso que lo evalúe cada uno. Sólo sé que es lo mejor, de lejos, del Festival internacional de Cine de San Sebastián. Porque nos enseña el horror con el que tenemos que terminar de una vez por todas. Porque después de salir del cine, seguirá habiendo corridas de toros.
Jorge Palacios. CineOff https://x.com/CinePensar
El segundo tema de Serra es la muerte. Nada mejor que la lidia para mirar de frente y no darle la espalda al sufrimiento moribundo y a la "posibilidad" de morir (torero) y la certeza de hallarla (toro) en un culto a la sangre. Sangre en la plaza, en la arena, en las carnes del animal, en el traje de luces. Y terror. Terror por enseñarnos el espectáculo cruel con teleobjetivo para sentir el escalofrío al estar tan cerca de la animalidad de uno y otro.
Y es que Albert Serra dice no juzgar con su película. Pero nos muestra la carnicería de las corridas. Lo que quiere que observemos, ¿es poesía? (imágen y sonido que nos acerca al éxtasis por su belleza plástica), ¿es gore? (ha habido personas que salieron de la sala de proyección) es en definitiva, ¿arte? eso que lo evalúe cada uno. Sólo sé que es lo mejor, de lejos, del Festival internacional de Cine de San Sebastián. Porque nos enseña el horror con el que tenemos que terminar de una vez por todas. Porque después de salir del cine, seguirá habiendo corridas de toros.
Jorge Palacios. CineOff https://x.com/CinePensar

7,0
18.495
6
24 de noviembre de 2024
24 de noviembre de 2024
43 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobrio thriller sobre las tribulaciones y confabulaciones durante el cónclave para elegir un nuevo Papa de Roma, donde se transparenta el alma oscura de cada posible elegido junto con los juegos de poder y donde toda aquella información que derroque al oponente se pone encima de la mesa. Durante casi una hora y media de metraje, asistimos a cómo el Cardenal Lawrence (imponente un Ralph Fiennes con dobleces que despista adrede) va desenmarañando esa tupida red de corruptelas, intrigas de pasillo y de pasado nada glorificantes de unos y otros, hasta que llegados al final de la cinta, como si de algo mágico se tratara, quien sabe si el director Edward Berger (Sin novedad en el frente) o el guionista Peter Straughan (Tinker Tailor Soldier Spy, en España El topo) les da en un arrebato de hacer un filme optimista, en cambiar radicalmente el asunto y "glorificar" a la Santa Iglesia romana, llenando de esperanza y redención a cada abochornada butaca del cine, destrozando ya de paso toda la película. Lamentable buscar aire fresco donde no lo hay (al menos durante casi todo el metraje).
Fuera del desastre, junto con Fiennes, Stanley Tucci, John Lithgow, Isabella Rossellini y Sergio Castellito deslumbran enseñándonos sus grietas internas a través de la escenificación de sus miradas, ayudadas por la suspensiva banda sonora de Volker Bertelmann (ganador del oscar por Sin novedad en el frente). Así que se disfruta aunque sabe a mentira. Es una peli, claro... qué ingenuidad la mía... Habemus Papam.
Fuera del desastre, junto con Fiennes, Stanley Tucci, John Lithgow, Isabella Rossellini y Sergio Castellito deslumbran enseñándonos sus grietas internas a través de la escenificación de sus miradas, ayudadas por la suspensiva banda sonora de Volker Bertelmann (ganador del oscar por Sin novedad en el frente). Así que se disfruta aunque sabe a mentira. Es una peli, claro... qué ingenuidad la mía... Habemus Papam.

5,7
1.190
5
24 de noviembre de 2024
24 de noviembre de 2024
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya el título pinta bien cuando te enteras que "Blitz" es la abreviatura del término germano Blitzkrieg (guerra relámpago), una campaña intensiva de bombardeos de la Alemania nazi sobre Londres que tuvo lugar entre 1940 y 1941. Pero cuando termina la película, uno no sabe muy bien lo que ha visto: si es un drama familiar estilo Dickens sobre un hijo que trata de reencontrarse con su madre durante los bombardeos; o un filme anti-bélico bañado de cine musical; o una reivindicación feminista de las mujeres en las fábricas de armamento; o una denuncia sobre la xenofobia en época de guerra; o un mal intento de renovar “Esperanza y gloria” de John Boorman con aportes de "El imperio del sol" de Steven Spielberg.
Sea lo que sea, Steve McQueen ha querido abarcar demasiadas cosas sin contar ninguna en profundidad. Quizás por ello, a pesar de que la carga visual es impresionante, no me he conectado emocionalmente en ningún momento con la cinta: tramas y sub-tramas que parecen episodios que entran y salen y que te llevan a flashbacks y elipsis que te sacan literalmente de la película; perfiles indefinidos de personajes sin fondo, interpretaciones de Saoirse Ronan y el niño hiper-forzadas (y el papel de Harris Dickinson que está de pegote, no pinta nada). Todo en definitiva luce sin gracia, demasiado conservador, buscando desproporcionadamente el efectismo estilístico para provocar en el espectador un "ohhhh..." donde el Director de peliculones como Hunger, Shame o 12 años de esclavitud se deleita con la fotografía, el vestuario, maquillaje y peluquería, que ambientan magistralmente la película...pero falló en todo lo demás. Vamos que ni fu ni fa.
Sea lo que sea, Steve McQueen ha querido abarcar demasiadas cosas sin contar ninguna en profundidad. Quizás por ello, a pesar de que la carga visual es impresionante, no me he conectado emocionalmente en ningún momento con la cinta: tramas y sub-tramas que parecen episodios que entran y salen y que te llevan a flashbacks y elipsis que te sacan literalmente de la película; perfiles indefinidos de personajes sin fondo, interpretaciones de Saoirse Ronan y el niño hiper-forzadas (y el papel de Harris Dickinson que está de pegote, no pinta nada). Todo en definitiva luce sin gracia, demasiado conservador, buscando desproporcionadamente el efectismo estilístico para provocar en el espectador un "ohhhh..." donde el Director de peliculones como Hunger, Shame o 12 años de esclavitud se deleita con la fotografía, el vestuario, maquillaje y peluquería, que ambientan magistralmente la película...pero falló en todo lo demás. Vamos que ni fu ni fa.
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