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Críticas ordenadas por utilidad
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7,4
69.459
9
19 de noviembre de 2016
19 de noviembre de 2016
2057 de 2281 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arrival es una película sumamente compleja incluso para los entendidos en la ciencia ficción, y merece ser explicada. Por lo tanto, aquí va la sinopsis de principio a fin. Recomiendo que sólo la lean quienes ya la hayan visto y no hayan entendido nada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En primer lugar, Arrival es un palíndromo temporal. ¿Qué significa ésto? Un palíndromo es una palabra que se lee igual empezando de izquierda a derecha y viceversa. El nombre de la hija de la protagonista, Hannah, es un palíndromo, y no por casualidad. Es una pista clarísima que implica algo muy novedoso en el género: la película no es un flashback continuo ni un flashforward. La secuencia de la película es, LITERALMENTE (ojo) no lineal.
¿Por qué?
El objeto de fondo de Arrival es explicar un concepto muy complícado de la física y de la filosofía: el tiempo como dimensión física. Los humanos somos incapaces de participar de la dimensión tiempo. Nuestras dimensiones son las tres físicas que conocemos (ancho, profundidad y altura), pero del tiempo sólo podemos percibir el presente. Nuestra realidad es así. Y a veces nos preguntamos qué pasaría con nuestra existencia, o cómo sería nuestro pensamiento si pudiéramos percibir la dimensión temporal en su conjunto.
Los seres extraterrestres (heptápodos) son seres capaces de percibir esa dimensión de manera física. Para ellos, el tiempo carece de significado, o tiene un significado demasiado diferente al que tiene para nosotros. Ellos saben, por su percepción, que dentro de 3.000 años necesitarán a los humanos y a la Tierra. No se nos explica nada más al respecto, esto es así y punto. Su presencia actual en el mundo es benévola, a pesar del tremendismo de los gobiernos, a pesar de casi desatar una guerra mundial, su interés es claramente benévolo. Si quisieran matarnos no nos habríamos enterado (aquí hay quizás un pequeño error de coherencia, pero es nimio). Como nos necesitan en el futuro, vienen a darnos un "regalo" en el presente. Un regalo que los gobiernos malinterpretan como un arma pero que no es ni más ni menos que esa capacidad de percibir la dimensión temporal de manera física. ¿Cómo? A través de un lenguaje extremadamente complejo, un lenguaje que no sigue reglas lineales de pensamiento. Se menciona en la película en cierto momento la teoría de que, sumergirte completamente en un idioma altera tu forma de ver las cosas. Las estructuras de cada idioma predefinen el carácter, por así decirlo.
Cuando los acontecimientos empiezan a precipitarse (de una manera que para mi gusto le resta el único punto), la lingüista comprende todo, comprende que ella es la única que ha conseguido la capacidad de percibir el tiempo, y usa ésto para obligar al comandante chino a colaborar, yendo hacia el futuro de varios meses, pidiéndole su número privado y las palabras que su esposa fallecida le dijo al morir, lo cual surte efecto y evita la guerra mundial contra los heptápodos.
Todo lo anterior es difícil de entender hasta el último momento: es cuando nos damos cuenta de que la hija aún no ha nacido. La hija nacerá bastante tiempo después de los sucesos con los heptápodos. Ella ya lo sabe todo, sabe quién es el padre (es bastante fácil adivinarlo desde antes), sabe que su hija va a morir, sabe que él la va a abandonar, pero le da igual. Quiere vivirlo. Esta es la explicación que nos da del resto del argumento.
Una historia extremadamente compleja pero muy bien desarrollada. La fotografía es excepcional, y la banda sonora es perfecta, adecuada y estridente sólo en los momentos en los que uno necesita un sonido bien agudo. Amy Adams borda el papel, a ratos pertinaz, brillante, todo el tiempo discreta, fuerte. El resto del reparto no se luce porque no es necesario.
Lo que más me ha gustado, aparte de contar una historia muy compleja de la única forma posible que se puede contar, es el dilema filosófico que encierra: si puedes conocer tu futuro de antemano, ¿intentarías cambiarlo?
Arrival, 9/10.
¿Por qué?
El objeto de fondo de Arrival es explicar un concepto muy complícado de la física y de la filosofía: el tiempo como dimensión física. Los humanos somos incapaces de participar de la dimensión tiempo. Nuestras dimensiones son las tres físicas que conocemos (ancho, profundidad y altura), pero del tiempo sólo podemos percibir el presente. Nuestra realidad es así. Y a veces nos preguntamos qué pasaría con nuestra existencia, o cómo sería nuestro pensamiento si pudiéramos percibir la dimensión temporal en su conjunto.
Los seres extraterrestres (heptápodos) son seres capaces de percibir esa dimensión de manera física. Para ellos, el tiempo carece de significado, o tiene un significado demasiado diferente al que tiene para nosotros. Ellos saben, por su percepción, que dentro de 3.000 años necesitarán a los humanos y a la Tierra. No se nos explica nada más al respecto, esto es así y punto. Su presencia actual en el mundo es benévola, a pesar del tremendismo de los gobiernos, a pesar de casi desatar una guerra mundial, su interés es claramente benévolo. Si quisieran matarnos no nos habríamos enterado (aquí hay quizás un pequeño error de coherencia, pero es nimio). Como nos necesitan en el futuro, vienen a darnos un "regalo" en el presente. Un regalo que los gobiernos malinterpretan como un arma pero que no es ni más ni menos que esa capacidad de percibir la dimensión temporal de manera física. ¿Cómo? A través de un lenguaje extremadamente complejo, un lenguaje que no sigue reglas lineales de pensamiento. Se menciona en la película en cierto momento la teoría de que, sumergirte completamente en un idioma altera tu forma de ver las cosas. Las estructuras de cada idioma predefinen el carácter, por así decirlo.
Cuando los acontecimientos empiezan a precipitarse (de una manera que para mi gusto le resta el único punto), la lingüista comprende todo, comprende que ella es la única que ha conseguido la capacidad de percibir el tiempo, y usa ésto para obligar al comandante chino a colaborar, yendo hacia el futuro de varios meses, pidiéndole su número privado y las palabras que su esposa fallecida le dijo al morir, lo cual surte efecto y evita la guerra mundial contra los heptápodos.
Todo lo anterior es difícil de entender hasta el último momento: es cuando nos damos cuenta de que la hija aún no ha nacido. La hija nacerá bastante tiempo después de los sucesos con los heptápodos. Ella ya lo sabe todo, sabe quién es el padre (es bastante fácil adivinarlo desde antes), sabe que su hija va a morir, sabe que él la va a abandonar, pero le da igual. Quiere vivirlo. Esta es la explicación que nos da del resto del argumento.
Una historia extremadamente compleja pero muy bien desarrollada. La fotografía es excepcional, y la banda sonora es perfecta, adecuada y estridente sólo en los momentos en los que uno necesita un sonido bien agudo. Amy Adams borda el papel, a ratos pertinaz, brillante, todo el tiempo discreta, fuerte. El resto del reparto no se luce porque no es necesario.
Lo que más me ha gustado, aparte de contar una historia muy compleja de la única forma posible que se puede contar, es el dilema filosófico que encierra: si puedes conocer tu futuro de antemano, ¿intentarías cambiarlo?
Arrival, 9/10.

4,6
3.675
8
29 de septiembre de 2024
29 de septiembre de 2024
97 de 137 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que oí comentar sobre el último salto al vacío de F. Ford Coppola es que nos encontrábamos ante el patito feo de mode en Hollywood; ningún estudio quiso producirla, nadie quería distribuirla, y su director se embarcó en una verdadera cruzada personal para sacar adelante un proyecto que, por misteriosos motivos, no hacía ni p*ñetera gracia en la ciudad de las estrellas.
¡Ya tenía toda mi atención! Siempre me han gustado los imposibles, las ideas que llevan la contraria, que cuestionan el status quo, que incomodan y remueven lo mediocre. Ante tan divergente campaña publicitaria, investigué un poco más y descubrí un elenco de nombres muy reputados, en el que por supuesto destaca Adam Driver; un actor que llegó de la nada (dígase "la nada" como el último reboot de Star Wars), a protagonizar verdaderas maravillas, como "Historias de un matrimonio".
Así que meses ha, tenía muy claro que iba a ir a verla. No obstante, quise ver el tráiler en cuanto estuvo disponible. Tras verlo, y a pocos meses de su estreno, tuve también claro que "Megalópolis" iba a ser... ¿cómo diríamos...? RARITA. Mi emoción aumentó hasta el punto de marcar en la agenda del móvil el día del estreno. Y allá que fui, embargado de cautela y sospecha, con mi Coca Cola y mis palomitas, a una sala donde éramos 12 personas; sí, las conté. Yo ya me esperaba la falta de gente, puesto que apenas se le había dado publicidad digital al filme, aunque confieso que no me molestó en absoluto.
Y de hecho, después de verla, no puedo considerarla una obra maestra. Pienso -creo firmemente, de hecho-, que un día será considerada una obra de culto, pero sin duda no es una película convencional, no está dirigida a todos los públicos, y su argumento es de muy difícil digestión hasta para el más osado cinéfilo. Una señora que estaba en la sala sacó el móvil a los 15 minutos de empezar, y en cuanto aparecieron los títulos de crédito salió despavorida de su asiento, como creo que le habrá ocurrido a tantos otros.
Con todo lo dicho, lo primero que hay que explicar es que estamos ante una FÁBULA de realismo mágico, y no de ciencia ficción.
La palabra "fábula" está fuertemente desprestigiada en nuestra época. Ya no se escriben, ni se leen, fábulas, ni siquiera/mucho menos, a los niños. Hoy en día, las fábulas están muy cerca, conceptualmente hablando, tanto de los dogmas (por sus moralejas), como de lo que ha venido a llamarse la desinformación (por sus sesgos); y en una época donde caminamos de la mano hacia el ministerio de la Verdad más orwelliano posible, las fábulas tienen nula cabida salvo que se ajusten a un canon bien sencillo dictado por minorías supuestamente "ofendibles".
Por su lado, el realismo mágico es un movimiento y un género literario que surge a principios del siglo XX, definido por su preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. Lo anterior lo he copiado de Wikipedia y sugiero al lector interesado que le eche un vistazo al artículo original; no voy a copiar aquí las características del realismo mágico, basta con tener muy presente que Megalópolis NO es ciencia ficción; no hay robots, ni IAs asesinas, ni marcianitos, no es una película sobre futuros distópicos; no es una película sobre tecnologías peligrosas, ni sobre catástrofes provocadas por el hombre...
Bueno, en realidad sí que es una película sobre catástrofes provocadas por el hombre. Es más, Megalópolis se centra en LA mayor catástrofe provocada por el hombre (y por la mujer, no soslayemos la igualdad); es decir, LA CIVILIZACIÓN.
Aquí empiezan los problemas para el espectador, ya que los artistas que señalan con más o menos acidez (y con más o menos acierto) las puñaladas que nos damos a nosotros mismos como sociedad tienden a ganarse el escarnio de la audiencia. Coppola, que es un hombre brillante, quiere contarnos una historia muy cruel, pero muy realista, y no va a ponerlo nada fácil porque (deduzco), si se va a ganar el escarnio de un modo u otro, a ser posible quiere ganárselo merecidamente, y sólo de quien consiga entender de qué habla en su obra más personal. En síntesis, Megalópolis no es una historia sencilla contada de un modo convencional, sino una monstruosa crítica social a través de mensajes ocultos.
Y entonces nos encontramos con un trampantojo, un batiburrillo de escenas grabadas en diferentes formatos; una mezcla de estilos artísticos, una sucesión caótica de diálogos aparentemente vacíos e inconexos. El resultado final es como una caja enorme de juguetes bonitos. Puedes ir sacando uno por uno, y cada uno de ellos tiene su propio significado, su propia funcionalidad ociosa. Sin embargo, cuando intentas ordenarlos todos, y extraer una valoración global del conjunto, tal cosa parece imposible.
Y entonces los críticos montan en cólera -con razón-, porque, "¿cómo se atreve el señor Coppola a insultar así nuestra inteligencia? ¡Nosotros, que a estas alturas hemos visto 14 películas de Marvel, toda clase de bodrios infumables del netflix, y los experimentos sociales del Disney moderno? Un respeto, por favor, seguimos aquí después de todo eso, y usted, ¿no tenía otra forma de contar sus pensamientos más íntimos?".
¡Ya tenía toda mi atención! Siempre me han gustado los imposibles, las ideas que llevan la contraria, que cuestionan el status quo, que incomodan y remueven lo mediocre. Ante tan divergente campaña publicitaria, investigué un poco más y descubrí un elenco de nombres muy reputados, en el que por supuesto destaca Adam Driver; un actor que llegó de la nada (dígase "la nada" como el último reboot de Star Wars), a protagonizar verdaderas maravillas, como "Historias de un matrimonio".
Así que meses ha, tenía muy claro que iba a ir a verla. No obstante, quise ver el tráiler en cuanto estuvo disponible. Tras verlo, y a pocos meses de su estreno, tuve también claro que "Megalópolis" iba a ser... ¿cómo diríamos...? RARITA. Mi emoción aumentó hasta el punto de marcar en la agenda del móvil el día del estreno. Y allá que fui, embargado de cautela y sospecha, con mi Coca Cola y mis palomitas, a una sala donde éramos 12 personas; sí, las conté. Yo ya me esperaba la falta de gente, puesto que apenas se le había dado publicidad digital al filme, aunque confieso que no me molestó en absoluto.
Y de hecho, después de verla, no puedo considerarla una obra maestra. Pienso -creo firmemente, de hecho-, que un día será considerada una obra de culto, pero sin duda no es una película convencional, no está dirigida a todos los públicos, y su argumento es de muy difícil digestión hasta para el más osado cinéfilo. Una señora que estaba en la sala sacó el móvil a los 15 minutos de empezar, y en cuanto aparecieron los títulos de crédito salió despavorida de su asiento, como creo que le habrá ocurrido a tantos otros.
Con todo lo dicho, lo primero que hay que explicar es que estamos ante una FÁBULA de realismo mágico, y no de ciencia ficción.
La palabra "fábula" está fuertemente desprestigiada en nuestra época. Ya no se escriben, ni se leen, fábulas, ni siquiera/mucho menos, a los niños. Hoy en día, las fábulas están muy cerca, conceptualmente hablando, tanto de los dogmas (por sus moralejas), como de lo que ha venido a llamarse la desinformación (por sus sesgos); y en una época donde caminamos de la mano hacia el ministerio de la Verdad más orwelliano posible, las fábulas tienen nula cabida salvo que se ajusten a un canon bien sencillo dictado por minorías supuestamente "ofendibles".
Por su lado, el realismo mágico es un movimiento y un género literario que surge a principios del siglo XX, definido por su preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. Lo anterior lo he copiado de Wikipedia y sugiero al lector interesado que le eche un vistazo al artículo original; no voy a copiar aquí las características del realismo mágico, basta con tener muy presente que Megalópolis NO es ciencia ficción; no hay robots, ni IAs asesinas, ni marcianitos, no es una película sobre futuros distópicos; no es una película sobre tecnologías peligrosas, ni sobre catástrofes provocadas por el hombre...
Bueno, en realidad sí que es una película sobre catástrofes provocadas por el hombre. Es más, Megalópolis se centra en LA mayor catástrofe provocada por el hombre (y por la mujer, no soslayemos la igualdad); es decir, LA CIVILIZACIÓN.
Aquí empiezan los problemas para el espectador, ya que los artistas que señalan con más o menos acidez (y con más o menos acierto) las puñaladas que nos damos a nosotros mismos como sociedad tienden a ganarse el escarnio de la audiencia. Coppola, que es un hombre brillante, quiere contarnos una historia muy cruel, pero muy realista, y no va a ponerlo nada fácil porque (deduzco), si se va a ganar el escarnio de un modo u otro, a ser posible quiere ganárselo merecidamente, y sólo de quien consiga entender de qué habla en su obra más personal. En síntesis, Megalópolis no es una historia sencilla contada de un modo convencional, sino una monstruosa crítica social a través de mensajes ocultos.
Y entonces nos encontramos con un trampantojo, un batiburrillo de escenas grabadas en diferentes formatos; una mezcla de estilos artísticos, una sucesión caótica de diálogos aparentemente vacíos e inconexos. El resultado final es como una caja enorme de juguetes bonitos. Puedes ir sacando uno por uno, y cada uno de ellos tiene su propio significado, su propia funcionalidad ociosa. Sin embargo, cuando intentas ordenarlos todos, y extraer una valoración global del conjunto, tal cosa parece imposible.
Y entonces los críticos montan en cólera -con razón-, porque, "¿cómo se atreve el señor Coppola a insultar así nuestra inteligencia? ¡Nosotros, que a estas alturas hemos visto 14 películas de Marvel, toda clase de bodrios infumables del netflix, y los experimentos sociales del Disney moderno? Un respeto, por favor, seguimos aquí después de todo eso, y usted, ¿no tenía otra forma de contar sus pensamientos más íntimos?".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En fin. Vamos a calmar un poco las aguas. A uno podrá disgustarle más o menos el resultado final y estar más o menos de acuerdo. A un servidor le ha encantado, aunque también me deja cierto sabor agridulce, pero no me parece justo visionar una obra de esta magnitud, y tirarla a la papelera del olvido sólo porque "es demasiado rara".
1. Megalópolis se desarrolla en Nueva Roma, es decir, en Nueva York, antaño conocida como la capital del mundo, y hoy capital de Occidente (según los yankis, que para la cartografía son unos máquinas, sobre todo para cambiarla...). Nueva Roma es una ciudad viciosa, opulenta, decadente, desquiciada, y muy poderosa; encarna y protagoniza el mundialismo, es un referente artístico, político y económico, y en sus bajos fondos los cimientos reposan en lodos resbaladizos y detritus efervescentes.
2. Los protagonistas son el alcalde de Nueva Roma (un emperador cualquiera), un banquero (el verdadero emperador), el sobrino del banquero (un drogadicto idealista y genial), la hija del alcalde (la Virtud personificada), y una mujer fatal que quiere desbancar a todo el que se le ponga de por medio. Podrían llamarse de cualquier forma, pero como estamos en Nueva Roma y ésto es una fábula, tienen nombres de obras clásicas de la literatura y la historia romanas. No llevan nombres así por casualidad; repasemos, por ejemplo, quién era Catilina*.
3. El escenario APARENTA una trifulca política, una pugna de intereses y favores, entre estos personajes surgida con motivo de los delirios del sobrino del banquero. Éste, científico galardonado con el premio Nobel por sus más recientes descubrimientos en ciencias de materiales, está impulsando un proyecto "de cambio" de Nueva Roma. Su nueva-Nueva Roma es propuesta como una ciudad más ecológica, más bonita, más amable con sus ciudadanos; sin embargo, se enfrenta a poderosos enemigos, quienes le acusan de estar dispuesto a destrozarlo todo con tal de sacar adelante tan ambiciosa utopía. Éste les reprocha inmovilismo testarudo, conservadurismo interesado y sus propios fallos como gestores... y la pugna se complica del todo y para todos cuando surge EL AMOR entre Catilina y Julia.
4. En tan complejo escenario, la trama da saltos mortales, marea al espectador con toda clase de guiños hacia otras obras, y otras épocas, y llega a resultar apabullante. La última escena muestra al nuevo emperador, victorioso sobre todos sus enemigos, con Nueva Roma llena de júbilo por su ascenso y por haber prometido un heredero virtuoso. El espectador sale de la sala, pensativo (en el mejor de los casos), hastiado (en la mayoría).
Pero porque todo lo anterior es pura apariencia, porque -insisto-, estamos ante una fábula. Las fábulas son relatos un tanto grotescos que pretenden dejar una moraleja. ¿Y cuál es la moraleja de Megalópolis? Voy a intentar resumirla:
- La masa, el ciudadano común, no tiene ni idea de cómo son los que manejan los hilos; la sociedad está manejada por personas, y los que intentan llegar arriba lo hacen a costa de ciudadanos que se suben al carro del "cambio" sin saber que quien lo pregona está al borde la demencia paranoide; la gente idolatra a drogadictos, a depresivos crónicos traumatizados con el pasado, sin tener ni la menor idea... pero SÓLO hasta que alguien perverso y con medios les haga cambiar de opinión por sus propios intereses ocultos. Entre medias, suceden accidentes e infortunios, mucha gente sufre, y las explicaciones que la masa recibe siempre cumplirán el propósito de que el poderoso siga siendo poderoso, o que el aspirante a poderoso se salga con la suya. El resultado siempre es el mismo; los de abajo tragarán con los cambios impuestos, y lo aceptarán de buen grado, pero no tendrán ni idea de a qué respondía realmente tal cambio; se les dirá que al interés de la masa, pero bien podría ser a los delirios de un idealista, o a una traición mal consumada, o a la mera oportunidad de ponerlo en marcha.
Vista así, se entiende mejor.
1. Megalópolis se desarrolla en Nueva Roma, es decir, en Nueva York, antaño conocida como la capital del mundo, y hoy capital de Occidente (según los yankis, que para la cartografía son unos máquinas, sobre todo para cambiarla...). Nueva Roma es una ciudad viciosa, opulenta, decadente, desquiciada, y muy poderosa; encarna y protagoniza el mundialismo, es un referente artístico, político y económico, y en sus bajos fondos los cimientos reposan en lodos resbaladizos y detritus efervescentes.
2. Los protagonistas son el alcalde de Nueva Roma (un emperador cualquiera), un banquero (el verdadero emperador), el sobrino del banquero (un drogadicto idealista y genial), la hija del alcalde (la Virtud personificada), y una mujer fatal que quiere desbancar a todo el que se le ponga de por medio. Podrían llamarse de cualquier forma, pero como estamos en Nueva Roma y ésto es una fábula, tienen nombres de obras clásicas de la literatura y la historia romanas. No llevan nombres así por casualidad; repasemos, por ejemplo, quién era Catilina*.
3. El escenario APARENTA una trifulca política, una pugna de intereses y favores, entre estos personajes surgida con motivo de los delirios del sobrino del banquero. Éste, científico galardonado con el premio Nobel por sus más recientes descubrimientos en ciencias de materiales, está impulsando un proyecto "de cambio" de Nueva Roma. Su nueva-Nueva Roma es propuesta como una ciudad más ecológica, más bonita, más amable con sus ciudadanos; sin embargo, se enfrenta a poderosos enemigos, quienes le acusan de estar dispuesto a destrozarlo todo con tal de sacar adelante tan ambiciosa utopía. Éste les reprocha inmovilismo testarudo, conservadurismo interesado y sus propios fallos como gestores... y la pugna se complica del todo y para todos cuando surge EL AMOR entre Catilina y Julia.
4. En tan complejo escenario, la trama da saltos mortales, marea al espectador con toda clase de guiños hacia otras obras, y otras épocas, y llega a resultar apabullante. La última escena muestra al nuevo emperador, victorioso sobre todos sus enemigos, con Nueva Roma llena de júbilo por su ascenso y por haber prometido un heredero virtuoso. El espectador sale de la sala, pensativo (en el mejor de los casos), hastiado (en la mayoría).
Pero porque todo lo anterior es pura apariencia, porque -insisto-, estamos ante una fábula. Las fábulas son relatos un tanto grotescos que pretenden dejar una moraleja. ¿Y cuál es la moraleja de Megalópolis? Voy a intentar resumirla:
- La masa, el ciudadano común, no tiene ni idea de cómo son los que manejan los hilos; la sociedad está manejada por personas, y los que intentan llegar arriba lo hacen a costa de ciudadanos que se suben al carro del "cambio" sin saber que quien lo pregona está al borde la demencia paranoide; la gente idolatra a drogadictos, a depresivos crónicos traumatizados con el pasado, sin tener ni la menor idea... pero SÓLO hasta que alguien perverso y con medios les haga cambiar de opinión por sus propios intereses ocultos. Entre medias, suceden accidentes e infortunios, mucha gente sufre, y las explicaciones que la masa recibe siempre cumplirán el propósito de que el poderoso siga siendo poderoso, o que el aspirante a poderoso se salga con la suya. El resultado siempre es el mismo; los de abajo tragarán con los cambios impuestos, y lo aceptarán de buen grado, pero no tendrán ni idea de a qué respondía realmente tal cambio; se les dirá que al interés de la masa, pero bien podría ser a los delirios de un idealista, o a una traición mal consumada, o a la mera oportunidad de ponerlo en marcha.
Vista así, se entiende mejor.
10
29 de diciembre de 2018
29 de diciembre de 2018
44 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando te dicen que el creador de "Dos hombres y Medio", "Mom", "The Big Bang Theory" o incluso una basura pura y dura como "Descolocados" ha venido a Netflix para hacer algo SERIO, tu cara debe quedarse como algo parecido al Ecce Homo de Borja, y no sin justificación. Si bien sus series han tenido un grandioso éxito de audiencia, y han conseguido muchísimos Emmys, lo cierto es que ninguno de sus productos anteriores pretendía pasar a la historia del arte audiovisual.
Pero he aquí al genio desatado.
Déjale hacer algo como quiera. Déjale que pase de estupideces y de correcciones políticas. Permítele hacer humor con la vida de dos viejos amigos de forma realista, sin forzar nada. Observa como convierte la frustración de toda una aspiración vital en un chiste patético y aleccionador al mismo tiempo. Ríete de un cáncer de próstata, y de una hija drogadicta, y de divorciadas y viudos, ¿qué más da? Mira como exprime las emociones de dos bestias del mundo artístico, como Arkin y Douglas. ¿Que tienen que saltarse el primer, el segundo y hasta el tercer "muro"? Mejor que mejor.
Maravillosa, sencillamente maravillosa. Enhorabuena a todos los que la habéis hecho posible.
Pero he aquí al genio desatado.
Déjale hacer algo como quiera. Déjale que pase de estupideces y de correcciones políticas. Permítele hacer humor con la vida de dos viejos amigos de forma realista, sin forzar nada. Observa como convierte la frustración de toda una aspiración vital en un chiste patético y aleccionador al mismo tiempo. Ríete de un cáncer de próstata, y de una hija drogadicta, y de divorciadas y viudos, ¿qué más da? Mira como exprime las emociones de dos bestias del mundo artístico, como Arkin y Douglas. ¿Que tienen que saltarse el primer, el segundo y hasta el tercer "muro"? Mejor que mejor.
Maravillosa, sencillamente maravillosa. Enhorabuena a todos los que la habéis hecho posible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena en la que se recrean ambos protagonistas a lo Thelma y Louise es magistral, ¡casi me ahogo de la risa, malditos...!
8
24 de marzo de 2024
24 de marzo de 2024
28 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta adaptación de Netflix de una buena trilogía literaria, un grupito de héroes chalados, con motivaciones diversas e interpretados por actores muy convincentes, se enfrentan a un arco literario muy amplio y muy rico y profundo.
Hablando de la adaptación, me ha gustado mucho la estética, muy realista y un tanto oscura. También destaca el elenco de caras conocidas; cualquier fan de lo hype encontrará sutiles guiños a personajes de otras obras.
El guion es raro y la narrativa se desarrolla a saltos ocasionalmente. La historia, o la forma de narrarla, a veces peca de ingenua.
Varias fotografías excelsas. Varias escenas, sobre todo diálogos, desternillantes, o por lo menos me han resultado de un humor muy sano y espontáneo. Y la BSO incluye a Lana del Rey.
Pues oye, un más que merecido 8 para lo que es la ciencia ficción contemporánea. Espero una segunda temporada.
Hablando de la adaptación, me ha gustado mucho la estética, muy realista y un tanto oscura. También destaca el elenco de caras conocidas; cualquier fan de lo hype encontrará sutiles guiños a personajes de otras obras.
El guion es raro y la narrativa se desarrolla a saltos ocasionalmente. La historia, o la forma de narrarla, a veces peca de ingenua.
Varias fotografías excelsas. Varias escenas, sobre todo diálogos, desternillantes, o por lo menos me han resultado de un humor muy sano y espontáneo. Y la BSO incluye a Lana del Rey.
Pues oye, un más que merecido 8 para lo que es la ciencia ficción contemporánea. Espero una segunda temporada.
Documental

6,8
8.953
9
13 de septiembre de 2020
13 de septiembre de 2020
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una momento en "El dilema de las redes" que resume algo sobre lo que llevo reflexionando años, y es cuando explica que la tecnología es como la magia, y que jugar con una magia que no comprendes y para la que no estás preparado puede terminar hechizándote a ti mismo.
Es un muy buen documental. Uno muy necesario, y me ha sorprendido muchísimo que lo estrenara Netflix, ya que no estoy acostumbrado a poner notas superiores al 5 en cualquiera de los estrenos de esta productora. Su única pega es el sesgo: el documental es claramente alarmista (y con motivos), pero no da más versiones aparte de las agoreras. Se comenta muy sutilmente que "los malos" (aunque nadie quiere llamarlos así) están planeando entrenar/condicionar a una generación entera mediante los móviles con la idea de construir una mente colmena. Habría estado muy bien oír algo más al respecto.
No me ha gustado el doblaje. Aparte de lo ya mencionado, creo que todos deberíamos verlo, y que cada cual juzgue.
Es un muy buen documental. Uno muy necesario, y me ha sorprendido muchísimo que lo estrenara Netflix, ya que no estoy acostumbrado a poner notas superiores al 5 en cualquiera de los estrenos de esta productora. Su única pega es el sesgo: el documental es claramente alarmista (y con motivos), pero no da más versiones aparte de las agoreras. Se comenta muy sutilmente que "los malos" (aunque nadie quiere llamarlos así) están planeando entrenar/condicionar a una generación entera mediante los móviles con la idea de construir una mente colmena. Habría estado muy bien oír algo más al respecto.
No me ha gustado el doblaje. Aparte de lo ya mencionado, creo que todos deberíamos verlo, y que cada cual juzgue.
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