Slumdog Millionaire nos sitúa en la sobrepoblada India, una tierra sin ley en la que día a día miles de personas tienen que luchar por sobrevivir a su propia jungla. Pocos son los afortunados que consiguen cambiar su suerte y convertir las migas de pan que un día encontraron, tras mucho escarbar, en un vertedero, por televisiones de plasma de 48 pulgadas. Jamal Malik es un candidato a entrar dentro de este selecto grupo gracias a la oportunidad que le brinda el famoso programa "¿Quién quiere ser millonario?" pero, ¿Cómo ha conseguido llegar hasta la última pregunta un chico sin estudios criado en un barrio chabolista?:

A) Ha hecho trampas.
B) Es un chico afortunado.
C) Es un genio.
D) Está escrito.

La trama central trata de darnos respuesta a esta pregunta, pero Slumdog Millionaire es mucho mas que eso: es un retrato de la esencia humana, ese "algo" que trasciende a cualquier bandera, raza y adjetivo con el que podemos calificar a un individuo.

A modo de retrospección, conocemos la historia de Jamal y de su hermano Salim, que tras un duro golpe (nunca mejor dicho...) tienen que aprender a valerse por si mismos. En el camino, se encontraran con Latika, una joven de la que Jamal queda totalmente prendado y condicionará el devenir de toda la historia. Otra historia de amor, sí, pero diferente. Diferente porque es en la India y no en otro sitio: la falta de recursos saca a la luz la cara mas mezquina, horrible y ruin del ser humano (brutal la escena de la cuchara).

Al cuidado trabajo de fotografía y la excelente banda sonora que nos transporta a la misma ciudad de Mumbai, se le suman unas actuaciones memorables (los niños, increíbles) y un guión bien trabajado y da como resultado una película increíble, llena de colorido y sensaciones.

Merecidísimo Oscar a Mejor Película.

RECOMENDADÍSIMA.