Comedia rara e inteligente. Aaron Eckhart interpreta al "jefe de prensa de las tabaqueras", un manipulador con gran facilidad de palabra, que al igual que el George Clooney de Up in the air, consigue caernos bien. El sabe que el tabaco mata, entonces, ¿por qué lo hace? porque tiene que pagar la hipoteca. Todos somos un poco él, la hipoteca no perdona.

Dialécticamente todo es defendible, ante una acusación, lo primero negarlo (no hay datos, no hay estudios concluyentes, no hay relación) y después, atacar.
La frase que más me ha gustado el niño cuando convence a la madre "Fue un razonamiento no una negociación".

Tragicomedia zen. Nos muestra el ritual del nokanshi: persona que se dedica a limpiar y vestir ceremonialmente el cuerpo de los fallecidos antes de la cremación. Es una pelicula con argumento sencillo y profundo. Trata la muerte de forma natural, inevitable y como el principio de algo. También hace una crítica sobre los prejuicios.
Idea: La belleza se puede encontrar en cualquier parte. Hay que hacer las cosas sin prisas, con elegancia y bondad.

En esta película, George Clooney interpreta a un ejecutivo que trabaja despidiendo trabajadores. El esta cada día en una ciudad, pero no está estresado, ¿porqué? porque es organizado, viaja solo con lo esencial y, le gusta su trabajo. Eso es lo bueno; lo malo, que no tiene nada en su vida y que persigue algo absurdo "millas de vuelo".
Es un buen profesional, eficiente y firme. Aunque parezca deshumanizado tiene momentos de gran generosidad.
Esta siempre presente la idea de que las cosas importantes se dicen a la cara. También repite la historia de una mochila que llevamos a la espalda y que vamos cargando con cosas, muchas innecesarias, y tanto vamos metiendo que su peso nos hunde y nos impide andar.
Me ha gustado el final, me lleve alguna sorpresa con los personajes.

El domingo en el programa de Eduardo Punset, explicaban por qué se revuelve nuestro interior cuando vemos el sufrimiento de otra persona, y las razón es por las neuronas espejo. Pues está película, en ese sentido es de las te deja un poco mal.
Forrest Whitaker hace el papel de dictador Idi Amin, que gobernó Uganda en la década del 70.
Me ha gustado la interpretación de Whitaker, la fotografía y la ambientación africana y setentera. No me ha gustado, que es demasiado previsible.

Es una película sencilla y muy poética, tanto la historia como visualmente. Le doy mas puntuación de la que objetivamente creo que merece, porque me ha gustado, y me ha hecho sentir bien. Tiene buen rollo, es bonita, buena música y una historia muy humana. La última escena, inolvidable.