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1
5 de julio de 2016
5 de julio de 2016
131 de 171 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para los que no tengan tiempo de leer todo: es la peor película que he visto jamás. Los que quieran leer más, sírvanse.
Empecemos por el principio: ya sé que es una película de ciencia ficción, pero es que no hay ciencia, y sí mucha ficción. Vamos a ver: ¿desde cuándo los americanos han estado veinte años sin montar una guerra? Es que ya en el minuto dos de la película nos dicen una frase que es para llorar. Y encima han conseguido, gracias a la tecnología alienígena, construir una base en la Luna (vale, compro), pero ¿otra en Saturno? No es problema de que esté muy lejos, es que es gaseoso. Traducido en pocas palabras: si ponemos algo con más densidad que el agua, se hunde. Por no comentar que en el vacío del espacio no se oyen ruidos. Pero dejemos la ciencia y vayamos al argumento (por decir algo).
Está bien que, en el mundo real (en el que todos, menos los guionistas de esta película vivimos), haya multitud de científicos investigando posibles asteroides que vayan hacia la Tierra, porque si la nave mide 5000 kilómetros de diámetro, y no la han visto, tienen un problema, Houston.
Con lo bonito que había quedado el láser ese de la primera película, que era hasta creíble. Ahora resulta que para destruir una ciudad hace falta succionar otra. En serio, ¿es que no había otra forma? Una bola gigante como la de Indiana Jones daría un toque de más clase, y habría sacado más risas. Ah, bueno, y por supuesto, Londres, que la madre de la protagonista vive allí; si fuera una ciudad de África, no importaría, claro.
Y hablando de risas: si el enfermero muere, ¿quién regará las orquídeas? Eso es tener claro las prioridades. Que quede claro: si no está Will Smith, no puede haber chistes. Si acaso, el señor Goldblum, quien, por cierto, hace unos años tuvo que desmentir un rumor que circulaba acerca de su supuesta muerte. ¿Que decías que no estabas muerto? Pues ya lo estás, al menos cinematográficamente, como todos aquellos que aparecen en esta aberración. Ya no te salva ni cargarte a un tiranosaurio a collejas en la próxima de Jurassic World (o Park, o como quieran llamarla).
Otro puntazo: vamos a poner a las 17 personas más importantes del gobierno juntas. Así, si llegan los malos, pues les ponemos las cosas más fáciles. Eso es organización, y no la de los Hermanos Marx.
Vamos a ir terminando: el tamaño de la reina. Godzilla. Ahí lo dejo. Y se dedica básicamente a perseguir un autobús escolar por el desierto. ¿Es que no tiene algún siervo que se dedique a eso? Aunque sólo sea del tamaño de King Kong. Al señor Emmerich no le importa hacer autoguiños de sus películas. ¡Y encima quiere hacer una tercera parte! En esa, claramente, yo iría con los alienígenas, porque si seguimos pagando por ver estas cosas, merecemos la extinción.
Podría seguir, hablando, por ejemplo, de lo lúcido que está el científico tras 20 años en coma, o de lo bien que anda sin rehabilitación ni nada, o de que lo más importante cuando te persigue la reina es salvar a un perro. Pero termino esta crítica haciendo una referencia al anuncio de la Casera de hace unos años: si no hay reina, nos vamos. Así, totalmente lógico.
Resumiendo: no la veáis; me agradeceréis el consejo. No cometáis el mismo error que yo.
Empecemos por el principio: ya sé que es una película de ciencia ficción, pero es que no hay ciencia, y sí mucha ficción. Vamos a ver: ¿desde cuándo los americanos han estado veinte años sin montar una guerra? Es que ya en el minuto dos de la película nos dicen una frase que es para llorar. Y encima han conseguido, gracias a la tecnología alienígena, construir una base en la Luna (vale, compro), pero ¿otra en Saturno? No es problema de que esté muy lejos, es que es gaseoso. Traducido en pocas palabras: si ponemos algo con más densidad que el agua, se hunde. Por no comentar que en el vacío del espacio no se oyen ruidos. Pero dejemos la ciencia y vayamos al argumento (por decir algo).
Está bien que, en el mundo real (en el que todos, menos los guionistas de esta película vivimos), haya multitud de científicos investigando posibles asteroides que vayan hacia la Tierra, porque si la nave mide 5000 kilómetros de diámetro, y no la han visto, tienen un problema, Houston.
Con lo bonito que había quedado el láser ese de la primera película, que era hasta creíble. Ahora resulta que para destruir una ciudad hace falta succionar otra. En serio, ¿es que no había otra forma? Una bola gigante como la de Indiana Jones daría un toque de más clase, y habría sacado más risas. Ah, bueno, y por supuesto, Londres, que la madre de la protagonista vive allí; si fuera una ciudad de África, no importaría, claro.
Y hablando de risas: si el enfermero muere, ¿quién regará las orquídeas? Eso es tener claro las prioridades. Que quede claro: si no está Will Smith, no puede haber chistes. Si acaso, el señor Goldblum, quien, por cierto, hace unos años tuvo que desmentir un rumor que circulaba acerca de su supuesta muerte. ¿Que decías que no estabas muerto? Pues ya lo estás, al menos cinematográficamente, como todos aquellos que aparecen en esta aberración. Ya no te salva ni cargarte a un tiranosaurio a collejas en la próxima de Jurassic World (o Park, o como quieran llamarla).
Otro puntazo: vamos a poner a las 17 personas más importantes del gobierno juntas. Así, si llegan los malos, pues les ponemos las cosas más fáciles. Eso es organización, y no la de los Hermanos Marx.
Vamos a ir terminando: el tamaño de la reina. Godzilla. Ahí lo dejo. Y se dedica básicamente a perseguir un autobús escolar por el desierto. ¿Es que no tiene algún siervo que se dedique a eso? Aunque sólo sea del tamaño de King Kong. Al señor Emmerich no le importa hacer autoguiños de sus películas. ¡Y encima quiere hacer una tercera parte! En esa, claramente, yo iría con los alienígenas, porque si seguimos pagando por ver estas cosas, merecemos la extinción.
Podría seguir, hablando, por ejemplo, de lo lúcido que está el científico tras 20 años en coma, o de lo bien que anda sin rehabilitación ni nada, o de que lo más importante cuando te persigue la reina es salvar a un perro. Pero termino esta crítica haciendo una referencia al anuncio de la Casera de hace unos años: si no hay reina, nos vamos. Así, totalmente lógico.
Resumiendo: no la veáis; me agradeceréis el consejo. No cometáis el mismo error que yo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Qué hacéis aquí? Si no tiene argumento, no puede haber un spoiler.

8,3
47.085
10
1 de septiembre de 2016
1 de septiembre de 2016
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay dos clases de personas: los que prefieren Una noche en la ópera y los que son más de Sopa de Ganso. Todas la películas de los hermanos Marx están bien, incluso muy bien, pero esas dos son de otro mundo. Yo soy más de esta, y expongo mis motivos, en orden en que van apareciendo.
Ya en la primera escena vemos un clásico: Groucho insultando a Margaret Dumont, de una forma original y para nada soez. Porque es muy fácil insultar, pero hacerlo con tanta clase está al alcance de muy pocos.
Poco después, al aparecer Chico, con su verborrea típica, suena un elemento fundamental en esta y en casi todas las películas de los Marx, pero esta vez se trata de óperas. Al final, en la parte del spoiler, aunque no lo sea realmente, contaré una anécdota sobre la música, para quien le interese.
Primera escena cumbre: el contrato. Aparecida en la televisión en multitud de ocasiones como ejemplo de documento que no dice nada y que además no se entiende. Como la mayoría de los contratos.
Y poco después, el camarote, la escena más famosa de la película, de la filmografía de los Marx y una de las más famosas de la historia del cine. Sobran las palabras.
Tras una parte con canciones de diversa índole, pero para nada aburrida, tenemos otro momento: el discurso de Chico y el no-discurso de Harpo, que enlaza con la escena de las camas, típica situación que veríamos, sustituyendo las camas por ropa en Una noche en Casablanca, más de diez años después.
Por supuesto me voy saltando escenas, chistes y comentarios diversos, pero perderían gracia por escrito. Hay que verlos.
Obligatoria. La cólera de los Dioses caerá sobre todos aquellos que no la vean con la pobre excusa de que es en blanco y negro.
Ya en la primera escena vemos un clásico: Groucho insultando a Margaret Dumont, de una forma original y para nada soez. Porque es muy fácil insultar, pero hacerlo con tanta clase está al alcance de muy pocos.
Poco después, al aparecer Chico, con su verborrea típica, suena un elemento fundamental en esta y en casi todas las películas de los Marx, pero esta vez se trata de óperas. Al final, en la parte del spoiler, aunque no lo sea realmente, contaré una anécdota sobre la música, para quien le interese.
Primera escena cumbre: el contrato. Aparecida en la televisión en multitud de ocasiones como ejemplo de documento que no dice nada y que además no se entiende. Como la mayoría de los contratos.
Y poco después, el camarote, la escena más famosa de la película, de la filmografía de los Marx y una de las más famosas de la historia del cine. Sobran las palabras.
Tras una parte con canciones de diversa índole, pero para nada aburrida, tenemos otro momento: el discurso de Chico y el no-discurso de Harpo, que enlaza con la escena de las camas, típica situación que veríamos, sustituyendo las camas por ropa en Una noche en Casablanca, más de diez años después.
Por supuesto me voy saltando escenas, chistes y comentarios diversos, pero perderían gracia por escrito. Hay que verlos.
Obligatoria. La cólera de los Dioses caerá sobre todos aquellos que no la vean con la pobre excusa de que es en blanco y negro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Anécdota musical que es para nota, y denota un cierto frikismo: cuando aparece Harpo, comienza a sonar una música (lógico, porque están en la ópera). Tal canción se vuelve a escuchar al final de la película, cuando están en Nueva York, y es la obertura de Il Trovatore, la ópera del final. ¿Y por qué suena también al principio? Pues resulta que al comienzo la ópera que se representa es Pagliacci (Payasos), como se ve en el cartel de la puerta. Una obra conocida, aunque no tanto. Al hacer el doblaje al castellano, no tenían un vinilo de esta ópera, y pusieron la del final. Pero lo gracioso es justo después, cuando suena Rigoletto (la de La Donna E Mobile, aunque no es esa canción la que suena) mientras el tenor canta vestido de payaso, y claro, lo que suena no se corresponde con sus movimientos de labios.
Las películas de los hermanos Marx nunca han destacado por los doblajes al castellano. Dejo al lector que investigue en el doblaje al castellano de qué película se hace referencia a la barba de Fidel Castro, que por la época apenas tenía diez años.
Las películas de los hermanos Marx nunca han destacado por los doblajes al castellano. Dejo al lector que investigue en el doblaje al castellano de qué película se hace referencia a la barba de Fidel Castro, que por la época apenas tenía diez años.
10
28 de diciembre de 2015
28 de diciembre de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es posible que me caigan votos negativos, pero debo decir que estoy muy sorprendido por las notas que han dado otros usuarios a esta maravilla de serie. Desde luego, es mucho mejor que las dos series de la época por las que pugnaba en popularidad: los amigos que no hacían cosas precisamente de amigos (Friends), y el pijismo infinito de doctor Frasier Crane y su hermano, el doctor Niles Crane (que me parecía mejor serie que Friends, pero tal vez cinco Emmys seguidos sean demasiados).
¿Por qué no llega al 9 de media, que es (como mínimo) lo que se merece? La razón fundamental es que no le han dado el bombo que a otras, ya que creo que la han puesto en la televisión en España, dos o a lo mejor tres veces, mientras que los Simpsons, Friends, o Aquí no hay quien viva las repiten a todas horas.
¿Y por qué es la mejor serie? Además de la originalidad de tratar de…nada, es una serie sobre gente que no comparte el lugar de trabajo, ni pertenece a la misma familia, que tiene unos guiones magistrales, porque la idea original es de cómicos profesionales. Los actores lo bordan, tanto los principales como los secundarios, y aparece el mejor personaje jamás creado en una sitcom: George Constanza. Describirlo es fácil: piense en todos los defectos posibles en una persona, y júntenlos. Es egoísta, rastrero, miserable, machista,… pero hace reír.
Y eso es lo importante en una sitcom (comedia de situación). Hacer reír. Si veo una sitcom, quiero reír, no llorar. No emocionarme. No sufrir. Para eso está la vida. Pero veinte minutos a la semana (así era, había que esperar una semana para ver otro capítulo), uno se olvida de todo. Nos gusta ver situaciones cotidianas, cosas que les pueden pasar a todo el mundo, y ver cómo se desarrollan los hechos.
En resumen: obligatoria. Y por supuesto, si se tiene la oportunidad, en inglés (en castellasno, algunos chistes pierden). A partir de la temporada 3 cada capítulo es una obra de arte. La perfección existe, aunque la gente no lo vea.
¿Por qué no llega al 9 de media, que es (como mínimo) lo que se merece? La razón fundamental es que no le han dado el bombo que a otras, ya que creo que la han puesto en la televisión en España, dos o a lo mejor tres veces, mientras que los Simpsons, Friends, o Aquí no hay quien viva las repiten a todas horas.
¿Y por qué es la mejor serie? Además de la originalidad de tratar de…nada, es una serie sobre gente que no comparte el lugar de trabajo, ni pertenece a la misma familia, que tiene unos guiones magistrales, porque la idea original es de cómicos profesionales. Los actores lo bordan, tanto los principales como los secundarios, y aparece el mejor personaje jamás creado en una sitcom: George Constanza. Describirlo es fácil: piense en todos los defectos posibles en una persona, y júntenlos. Es egoísta, rastrero, miserable, machista,… pero hace reír.
Y eso es lo importante en una sitcom (comedia de situación). Hacer reír. Si veo una sitcom, quiero reír, no llorar. No emocionarme. No sufrir. Para eso está la vida. Pero veinte minutos a la semana (así era, había que esperar una semana para ver otro capítulo), uno se olvida de todo. Nos gusta ver situaciones cotidianas, cosas que les pueden pasar a todo el mundo, y ver cómo se desarrollan los hechos.
En resumen: obligatoria. Y por supuesto, si se tiene la oportunidad, en inglés (en castellasno, algunos chistes pierden). A partir de la temporada 3 cada capítulo es una obra de arte. La perfección existe, aunque la gente no lo vea.

5,6
22.836
2
2 de septiembre de 2016
2 de septiembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo tuve la suerte de ver esta versión antes que la europea de los años 70. Así, la decepción fue menor. Porque hay que ver cómo gusta al otro lado del Atlántico versionar buenas películas del viejo continente, adaptarlas a los nuevos tiempos, poner una cara guapa y añadir más tiros y explosiones.
La versión original está basada en un libro, es creíble y es una única historia: unos terroristas quieren matar al presidente de Francia. Ésta, en cambio, además del intento de asesinato (obviamente a una personalidad americana), tenemos una doble historia de amor con Richard Gere de protagonista. Obviamente hay que poner a un guaperas, que si no, no vende.
Pero el resto de la historia es igual al 99%. Cambia, eso sí, el arma a utilizar, que parece que cuanto más grande mejor, y no, señores. El que vea la original no se puede imaginar cómo es en esa ocasión.
Poco más se puede decir de esta película. En mi opinión no puede considerarse un remake, porque, de verdad, no mejora en ningún aspecto a la original. Destrozo es una palabra más apropiada.
Y fíjense, no le pongo un uno porque la música le da una cierta intriga.
En resumen: vean la de 1973. Ésta no.
La versión original está basada en un libro, es creíble y es una única historia: unos terroristas quieren matar al presidente de Francia. Ésta, en cambio, además del intento de asesinato (obviamente a una personalidad americana), tenemos una doble historia de amor con Richard Gere de protagonista. Obviamente hay que poner a un guaperas, que si no, no vende.
Pero el resto de la historia es igual al 99%. Cambia, eso sí, el arma a utilizar, que parece que cuanto más grande mejor, y no, señores. El que vea la original no se puede imaginar cómo es en esa ocasión.
Poco más se puede decir de esta película. En mi opinión no puede considerarse un remake, porque, de verdad, no mejora en ningún aspecto a la original. Destrozo es una palabra más apropiada.
Y fíjense, no le pongo un uno porque la música le da una cierta intriga.
En resumen: vean la de 1973. Ésta no.

7,9
138.755
8
28 de diciembre de 2015
28 de diciembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de La Guerra de las Galaxias (dejemos lo de una nueva esperanza para otras películas), los efectos especiales eran… bueno, no hay más que ver Gorgo, Godzilla, King Kong o Jasón y los argonautas (dejo al lector que las busque y compare). Después de La Guerra de las Galaxias, los efectos especiales son Indiana Jones, Matrix, Terminator 2 y Avatar. Obviamente la tecnología avanzó mucho entre 1933 (King Kong) y 2009 (Avatar), pero el punto de inflexión tiene un año: 1977. Seguimos en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y es que, a pesar de sus fallos de guion, ya que Lucas no tenía pulidos los detalles de las precuelas, es una película casi perfecta. Fallos como que R2, cuya mente no había sido borrada, no cuente nada de lo ocurrido veinte años antes, o que Obi-Wan no recuerde a los androides. Cosas como que en veinte años, los tíos de Luke envejezcan cuarenta, o que un soldado imperial se dé un cabezazo contra una puerta sin que nadie se dé cuenta.
En esta película conocemos lo que todo el mundo piensa cuando piensa en Star Wars: Darth Vader, Luke, Leia, Han, Chewbacca, el Halcón Milenario, los droides, la Estrella de la muerte, y la música de John Williams. Bueno, falta Yoda.
Y por supuesto, es la primera que se tiene que ver. A continuación, el episodio V y el VI. Luego, el I, II y III. La maldición caerá sobre todos aquellos que las vean en orden cronológico por primera vez.
El ocho es tuyo.
Como anécdota, comentar que la visión de Lucas es más que la meramente cinematográfica. Un par de años después de filmarse la película, la sonda Voyager I envió imágenes de un satélite de Saturno llamado Mimas. Invito a buscar imágenes de este satélite y a encontrar el parecido con algún elemento de la trama.
En esta película conocemos lo que todo el mundo piensa cuando piensa en Star Wars: Darth Vader, Luke, Leia, Han, Chewbacca, el Halcón Milenario, los droides, la Estrella de la muerte, y la música de John Williams. Bueno, falta Yoda.
Y por supuesto, es la primera que se tiene que ver. A continuación, el episodio V y el VI. Luego, el I, II y III. La maldición caerá sobre todos aquellos que las vean en orden cronológico por primera vez.
El ocho es tuyo.
Como anécdota, comentar que la visión de Lucas es más que la meramente cinematográfica. Un par de años después de filmarse la película, la sonda Voyager I envió imágenes de un satélite de Saturno llamado Mimas. Invito a buscar imágenes de este satélite y a encontrar el parecido con algún elemento de la trama.
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