Era uno de los que no se creía lo que pasaba con esta película. Uno de los que pensaba que los críticos habían sido comprados o que mies de fans se habían atiborrado a crear cuentas falsas para ponerla a la altura inalcanzable. Cuál fue mi sorpresa cuando pude verla. Una película tremenda, una de mis preferidas, una verdaderamente sobresaliente. Podría llamarlo casi un blockbuster independiente por la manera en la que trata la acción y el ritmo, pero también por cómo cuida a los personajes, sus diálogos y lo que representan. Es algo más que un baile de máscaras adornado. Es algo más que cine de evasión inteligente. Es la capacidad de poder hacer clásicos actuales y brillantes, que te claven en la butaca y que te cuenten algo importante. Antes pensé que era una elaborada conspiración del márketing. Ahora yo creo en El Caballero Oscuro.

Dos películas en una. La primera mitad trata del enamoramiento, de la búsqueda de la identidad y de la estabilidad, de la aceptación y la felicidad. La segunda mitad abarca la soledad, los problemas, el final. Las dos mitades son excelentes, terribles y necesarias. La película no es para nada el típico drama romántico al uso, ni tampoco se hace larga ni ninguna de esas tonterías. Es dulce y erótica, amarga y real. Te introduce en un sueño y luego te despierta de el. Asistimos a errores y aciertos, a recuerdos y grietas. Puede que no sea una película para todos, pero sí puede ser algo que todos hemos fantaseado, visto o experimentado.

Aunque duela. Aunque haya rabiado a muchísima gente. Aunque muchos pidan la cabeza de los guionistas. A mí me ha encantado el final de 24. Me ha aterrado, sorprendido, desencajado la boca y finalmente casi he llorado. Todos estos años pendiente de Jack Bauer... Y al final cómo ha acabado todo. Desde un inicio firme y sólido, la miniserie no se hace de rogar e incluso mejora a pasos agigantados hasta conseguir que un entretenimiento de primera sea una serie de primera. Merece ser vista y reconocida. Los actores están brillantes, la acción es de película, los giros van mejorando de rutinarios a chocantes y el episodio 12 es uno de los mejores que jamás he visto por televisión. Entendedlo: la clave es que está en paz. A partir de ahí, que cada uno decida. Por mí, está mejor que incluso la serie original.

No llega a la maestría de la anterior, ni tampoco a esa fluidez de la primera entrega, pero esta última entrega es puro cine comercial en su vena más espectacular y dramática. El director ambiciona mucho, como en la anterior, y se nota con un desarrollo acelerado pese a su extensa duración y con múltiples personajes. Se le da algo más de peso a la acción y al ritmo, más que al propio cuidado de los personajes, pero eso la hace ganar en entretenimiento y en disfrute. Para ser la tercera entrega pudo haber caído mucho más bajo: ha logrado quedar en una buena altura incluso logra dar alguna que otra sorpresa dentro de ese definitivo cierre semi apocalíptico. El caballero oscuro desapareció tal y como lo conocimos en la película anterior, pero ahora nos queda su director y sus miras puestas en el futuro. Yo creo (también) en Christopher Nolan.

Comienza como una película de acción vistosa y frenética para ser una entrega dual, íntima e intensa. Skyfall no será una obra maestra redonda, pero sí se acerca muchísimo y da una sorpresa tremebunda ofreciendo a Bond algunos ases y caminos nunca antes tomados (o tomados de manera diferente), colocándole entre lo bueno y lo malo, entre lo heroico y lo mezquino. Esto llena de vida una película que derrocha energía sin parar y entretenimiento palomitero, de calidad y elegante. Quien no le guste el viaje es porque no quiere.