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Críticas ordenadas por utilidad
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6,1
29.795
4
31 de octubre de 2010
31 de octubre de 2010
166 de 217 usuarios han encontrado esta crítica útil
Morales intenta homenajear al maestro del suspense. Sin embargo, tropieza con un thriller que se le va de las manos y su homenaje se queda simplemente en el parecido físico entre los dos Norman Bates.
Lo cierto es que la película no empieza mal. Se plantea un interesante caso de un supuesto suicidio del que poco a poco se van averigüando cosas. Bueno el planteamiento de la ceguera que permite al director tener la (no)iluminación a su favor.
Sin embargo, la película pierde fuelle hacia la mitad del metraje. El espectador se da cuenta de que no es una película de terror, sino que lo que le produce esa tensión es sólo la música. Siempre la maldita música falseándolo todo.
El colofón viene al final, a la hora de buscar explicaciones. Guillem se enreda, se pilla los dedos y no convence. Las preguntas que ha planteado a lo largo del filme no están a la altura de las "explicaciones". Y tampoco es que esas preguntas fuesen nada del otro mundo. Lo típico en un típico thriller: ¿quién? ¿cómo? ¿por qué?...
A Guillem se le quedan grandes unas preguntas no tan grandes
Lo cierto es que la película no empieza mal. Se plantea un interesante caso de un supuesto suicidio del que poco a poco se van averigüando cosas. Bueno el planteamiento de la ceguera que permite al director tener la (no)iluminación a su favor.
Sin embargo, la película pierde fuelle hacia la mitad del metraje. El espectador se da cuenta de que no es una película de terror, sino que lo que le produce esa tensión es sólo la música. Siempre la maldita música falseándolo todo.
El colofón viene al final, a la hora de buscar explicaciones. Guillem se enreda, se pilla los dedos y no convence. Las preguntas que ha planteado a lo largo del filme no están a la altura de las "explicaciones". Y tampoco es que esas preguntas fuesen nada del otro mundo. Lo típico en un típico thriller: ¿quién? ¿cómo? ¿por qué?...
A Guillem se le quedan grandes unas preguntas no tan grandes
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película tiene momentos surrealistas totales que chocan demasiado:
1. ¿qué hace la niña pequeña en la casa del asistente cuando se resuelve que él es el asesino? ¿Ha cogido el coche del padre, lo ha arrancado y les ha seguido a los otros dos? ¿Cómo es que el otro no al escucha ni la ve? surrealismo es poco
2. ¿a santo de qué viene que la vieja de los Serrano en realidad no esté ciega? ¿qué aporta eso? ¿qué explicaciones se dan a que lo oculte? ¿Por qué el hijo la mata?
3. ¿era necesario que el asesino fuese una copia de Anthony Perkins? Supongo que sí, porque ahí se queda el homenaje. Lo interesante de Norman Bates era su enfermedad, la lucha entre sus dos personalidades por hacerse con el control de su cuerpo y de su mente. Norman Bates no era un loco más, era un loco con razón. Sin embargo, el asesino que nos encontramos aquí es un loco sin más. El rollo que del final sobre la soledad del personaje que es la que le hace fijarse en las ciegas ya que que parecen ser las únicas que advierten su presencia frente a una sociedad que no le hace caso; no cuela, está demasiado visto, demasiado manido.
En fin, salgo del cine, llego a mi casa, escribo esto y me voy a revisionar Psycho para quitarme el mal sabor de boca. Me detengo. Cambio de opinión. Quizá sea demasiado cruel. Además, las comparaciones son odiosas. Mejor me acuesto.
1. ¿qué hace la niña pequeña en la casa del asistente cuando se resuelve que él es el asesino? ¿Ha cogido el coche del padre, lo ha arrancado y les ha seguido a los otros dos? ¿Cómo es que el otro no al escucha ni la ve? surrealismo es poco
2. ¿a santo de qué viene que la vieja de los Serrano en realidad no esté ciega? ¿qué aporta eso? ¿qué explicaciones se dan a que lo oculte? ¿Por qué el hijo la mata?
3. ¿era necesario que el asesino fuese una copia de Anthony Perkins? Supongo que sí, porque ahí se queda el homenaje. Lo interesante de Norman Bates era su enfermedad, la lucha entre sus dos personalidades por hacerse con el control de su cuerpo y de su mente. Norman Bates no era un loco más, era un loco con razón. Sin embargo, el asesino que nos encontramos aquí es un loco sin más. El rollo que del final sobre la soledad del personaje que es la que le hace fijarse en las ciegas ya que que parecen ser las únicas que advierten su presencia frente a una sociedad que no le hace caso; no cuela, está demasiado visto, demasiado manido.
En fin, salgo del cine, llego a mi casa, escribo esto y me voy a revisionar Psycho para quitarme el mal sabor de boca. Me detengo. Cambio de opinión. Quizá sea demasiado cruel. Además, las comparaciones son odiosas. Mejor me acuesto.

5,0
17.141
3
11 de marzo de 2010
11 de marzo de 2010
123 de 142 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver esta nueva adaptación de una novela que me fascina y recomiendo encarecidamente; y me parece de las peores adaptaciones que he visto de novela a cine. Como adaptación me ha parecido un 1, y como película (por aquello de que es bastante entretenida y Oliver Parker tiene algunos detalles interesantes) es un 5. Conclusión: (1+5)/2 = 3
Vale, está bien que te saltes trozos porque todo no cabe en 2 horas, o que retoques determinados momentos para darle un toque personal; pero de ahí, a inventarse el 50% de la película, hay un trecho.
Por dios Parker, no era tan difícil hacerlo, sólo tenías que filmar lo que Wilde te describe en el libro! Tenías al mejor guionista que podrías haber tenido y has despreciado su trabajo y desaprovechado su ayuda. Una auténtica pena.
Vale, está bien que te saltes trozos porque todo no cabe en 2 horas, o que retoques determinados momentos para darle un toque personal; pero de ahí, a inventarse el 50% de la película, hay un trecho.
Por dios Parker, no era tan difícil hacerlo, sólo tenías que filmar lo que Wilde te describe en el libro! Tenías al mejor guionista que podrías haber tenido y has despreciado su trabajo y desaprovechado su ayuda. Una auténtica pena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El comienzo ya es un adelanto de lo que vamos a ver: ostias por todos los lados al gran Oscar Wilde. ¿Cómo se le ocurre comenzar con el asesinato de Basilio Hallward? Pero esa no es ni de lejos el invento más estrambótico y vergonzoso de Parker. La invención de una historia de amor con una supuesta hija de Lord Henry (digo supuesta poque en el libro no existe tal hija), o la muerte del hermano de Sybila Vane atropellado por el metro; son entre otras, una de las peores locuras de Parker.
Lo mejor: algo que Parker tenía facil: sacar a la luz determinados detalles que Wilde no pudo debido a la censura. Estos son las relaciones homosexuales de Dorian, las escenas explícitas de sexo tanto con mujeres como con hombres (y todo a la vez), y el coqueteo con las dorgas que reflejan muy bien el cambio de Dorian de un chico tímido, reservado e inocente; en un auténtico vividor y un hombre corrupto. También dentro de esto hay lugar para muchas exageraciones como la práctica de relaciones sadomasoquistas y la presencia de la heroina. Pero bueno, este tipos de detalles se pueden catalogar como pasables...
Otro de los puntos que refleja bien la película es el cambio de Dorian. Se refleja muy bien ese cambio que sufre el protagonista y se profundiza bastante en la psicología del personaje, sin embargo, este hábil manejor termina por írsele de las manos a Parker y termina por presentarnos a un Dorian muchísimo más corrupto y violento del que nos encontramos en el maravilloso libro de Wilde.
Lo peor: en esta sección tengo bastante que elegir, pero me quedo con lo que más me ha repateado: el final. El final del libro es espectacular en todos los sentidos (narrativo, filosófico, estético...) y Parker lo convierte en un final horrible, con un incendio absurdo, un descubrimiento por parte de Harry y su supuesta hija totalmente irreal y una última escena que sobra, no aporta nada, y desentona con el final violento e impactante (la últina escena en la que lord Henry habla por teléfono con su mujer). Eso sí, hay que reconocer que impacta bastante ver el cuadro totalmente demacrado después de que se nos haya ocultado durante toda la película (algo que tampoco ocurre en el libro)
Lo mejor: algo que Parker tenía facil: sacar a la luz determinados detalles que Wilde no pudo debido a la censura. Estos son las relaciones homosexuales de Dorian, las escenas explícitas de sexo tanto con mujeres como con hombres (y todo a la vez), y el coqueteo con las dorgas que reflejan muy bien el cambio de Dorian de un chico tímido, reservado e inocente; en un auténtico vividor y un hombre corrupto. También dentro de esto hay lugar para muchas exageraciones como la práctica de relaciones sadomasoquistas y la presencia de la heroina. Pero bueno, este tipos de detalles se pueden catalogar como pasables...
Otro de los puntos que refleja bien la película es el cambio de Dorian. Se refleja muy bien ese cambio que sufre el protagonista y se profundiza bastante en la psicología del personaje, sin embargo, este hábil manejor termina por írsele de las manos a Parker y termina por presentarnos a un Dorian muchísimo más corrupto y violento del que nos encontramos en el maravilloso libro de Wilde.
Lo peor: en esta sección tengo bastante que elegir, pero me quedo con lo que más me ha repateado: el final. El final del libro es espectacular en todos los sentidos (narrativo, filosófico, estético...) y Parker lo convierte en un final horrible, con un incendio absurdo, un descubrimiento por parte de Harry y su supuesta hija totalmente irreal y una última escena que sobra, no aporta nada, y desentona con el final violento e impactante (la últina escena en la que lord Henry habla por teléfono con su mujer). Eso sí, hay que reconocer que impacta bastante ver el cuadro totalmente demacrado después de que se nos haya ocultado durante toda la película (algo que tampoco ocurre en el libro)

5,2
7.054
5
11 de julio de 2012
11 de julio de 2012
37 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seeking Justice (o El Pacto, si se prefiere la libre traducción al español) no es ni la película del año, ni pasará a la historia como un gran thriller; pero por lo menos es un filme que se deja ver y que los 110 minutos que dura se hacen al espectador bastante amenos.
La película cuenta la historia de Will Gerard (Nicolas Cage), un profesor de Nueva Orleans felizmente casado con Laura Gerard. La tranquilidad en la vida del matrimonio se ve truncada cuando un asaltante anónimo viola a Laura a la salida de su ensayo de teatro. Cuando Will acude al hospital a ver a su mujer, conoce a un desconocido que se hace llamar Simon (Guy Pearce), un representante de una banda que le ofrece a Will un trato: ellos se encargan de acabar con quien violó a su mujer y él, a cambio, puede que les tenga que hacer algún favorcillo en el futuro. Will acepta el trato, algo que traerá tranquilidad a sus vidas, pero no por mucho tiempo…
Cualquier persona que haya visto dos películas de Hollywood en su vida sabe por dónde van los tiros. Y ese el principal fallo del filme: su previsibilidad. La película responde a la definición clásica de thriller y, por ello, sabemos en todo momento cómo se va a desarrollar. Es el típico thriller en el que los malos son muy malos y muy feos; y los buenos son muy buenos y muy guapos. Parece escrita por un guionista novel que no se quiere pillar los dedos en su primera película y desarrolla paso a paso todo lo que ha aprendido en sus clases de guión.
Pero ojo, tampoco se puede considerar esto como una crítica tremebunda. No es fácil escribir un thriller coherente en el que se mantenga la atención del espectador, así como no es fácil narrarlo. El australiano Roger Donaldson es un director experimentado y eso se nota. La película está narrada de manera ágil y Donaldson utiliza de manera aceptable las armas que le pone a su disposición el cine: muchos movimientos de cámara, montaje paralelo, ángulos aberrantes, cambios de foco… todo ello sin salirse de las normas “establecidas”.
El australiano está acostumbrado a tratar con grandes estrellas de la talla de Al Pacino, Anthony Hopkins o el propio Nicolas Cage; pero no parece que sepa sacar todo el potencial que llevan dentro (o puede que el guión tampoco les deje). Cage, Jones y Pearce están correctos. Y punto.
En definitiva, Seeking Justice es una película de manual. Un thriller al uso. Ni el director ni los guionistas se quieren pillar los dedos. No se los pillan y eso nos da como resultado una película entretenida pero nada más. Una película que, al verla, tenemos la sensación de que ya la hemos visto antes cientos de veces. No pasará a la historia, ni por lo bueno ni por lo malo.
La película cuenta la historia de Will Gerard (Nicolas Cage), un profesor de Nueva Orleans felizmente casado con Laura Gerard. La tranquilidad en la vida del matrimonio se ve truncada cuando un asaltante anónimo viola a Laura a la salida de su ensayo de teatro. Cuando Will acude al hospital a ver a su mujer, conoce a un desconocido que se hace llamar Simon (Guy Pearce), un representante de una banda que le ofrece a Will un trato: ellos se encargan de acabar con quien violó a su mujer y él, a cambio, puede que les tenga que hacer algún favorcillo en el futuro. Will acepta el trato, algo que traerá tranquilidad a sus vidas, pero no por mucho tiempo…
Cualquier persona que haya visto dos películas de Hollywood en su vida sabe por dónde van los tiros. Y ese el principal fallo del filme: su previsibilidad. La película responde a la definición clásica de thriller y, por ello, sabemos en todo momento cómo se va a desarrollar. Es el típico thriller en el que los malos son muy malos y muy feos; y los buenos son muy buenos y muy guapos. Parece escrita por un guionista novel que no se quiere pillar los dedos en su primera película y desarrolla paso a paso todo lo que ha aprendido en sus clases de guión.
Pero ojo, tampoco se puede considerar esto como una crítica tremebunda. No es fácil escribir un thriller coherente en el que se mantenga la atención del espectador, así como no es fácil narrarlo. El australiano Roger Donaldson es un director experimentado y eso se nota. La película está narrada de manera ágil y Donaldson utiliza de manera aceptable las armas que le pone a su disposición el cine: muchos movimientos de cámara, montaje paralelo, ángulos aberrantes, cambios de foco… todo ello sin salirse de las normas “establecidas”.
El australiano está acostumbrado a tratar con grandes estrellas de la talla de Al Pacino, Anthony Hopkins o el propio Nicolas Cage; pero no parece que sepa sacar todo el potencial que llevan dentro (o puede que el guión tampoco les deje). Cage, Jones y Pearce están correctos. Y punto.
En definitiva, Seeking Justice es una película de manual. Un thriller al uso. Ni el director ni los guionistas se quieren pillar los dedos. No se los pillan y eso nos da como resultado una película entretenida pero nada más. Una película que, al verla, tenemos la sensación de que ya la hemos visto antes cientos de veces. No pasará a la historia, ni por lo bueno ni por lo malo.
Miniserie

7,0
20.115
7
13 de octubre de 2010
13 de octubre de 2010
18 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cocinero Sergio Mimica-Gezzan nos ha enseñado la receta para realizar una adaptación muy buena de una novela a un soporte audiovisual. Lo primero que necesitamos son unos buenos ingredientes:
El primero de ellos es el tiempo. Debemos plantearnos si lo que queremos adaptar se nos va a quedar demasiado largo como para cocinar un buen plato. Por ejemplo, no podemos reducir a poco más de dos horas de cine novelas de más de 500 páginas (véase Millennium o Harry Potter). La elección de un formato televisivo es, por tanto, idónea a mi parecer ya que te da la posibilidad de guardar gran fidelidad a la obra original.
El segundo elemento que tenemos que tener en cuenta es la innovación. Muy importante no confundir este ingrediente con la invención (un error muy frecuente en la mayoría de las adaptaciones). Innovar es desarrollar determinados aspectos de la obra original que el cocinero considere interesante para darle un mayor empaque a la obra o actualizarla. Inventar, en cambio es hacer lo que te venga en gana (véase “El retrato de Dorian Gray” (2009)). Éste es en mi opinión el punto fuerte de Mimica: ahonda en determinados temas de manera muy interesante que modernizan más si cabe las historias que en ella se cuentan aportándole otra dimensión.
El tercer ingrediente importante son los actores. Posiblemente el ingrediente más difícil de elegir y más cuando la novela es tan extensa y los personajes tan profundos como los de “Los Pilares de la Tierra”. También aquí acierta Mimica con unos actores que, al margen del físico (yo particularmente me esperaba a una Aliena más pivón), son un vivo reflejo de los personajes que nos muestra Follet. Mención especial para Ian McShane (el obispo Waleran) que, en mi opinión, es, sin duda, quien mejor trabaja en toda la serie.
Sin embargo, no es una adaptación perfecta. Tiene fallos, pero continúo en el Spoiler.
El primero de ellos es el tiempo. Debemos plantearnos si lo que queremos adaptar se nos va a quedar demasiado largo como para cocinar un buen plato. Por ejemplo, no podemos reducir a poco más de dos horas de cine novelas de más de 500 páginas (véase Millennium o Harry Potter). La elección de un formato televisivo es, por tanto, idónea a mi parecer ya que te da la posibilidad de guardar gran fidelidad a la obra original.
El segundo elemento que tenemos que tener en cuenta es la innovación. Muy importante no confundir este ingrediente con la invención (un error muy frecuente en la mayoría de las adaptaciones). Innovar es desarrollar determinados aspectos de la obra original que el cocinero considere interesante para darle un mayor empaque a la obra o actualizarla. Inventar, en cambio es hacer lo que te venga en gana (véase “El retrato de Dorian Gray” (2009)). Éste es en mi opinión el punto fuerte de Mimica: ahonda en determinados temas de manera muy interesante que modernizan más si cabe las historias que en ella se cuentan aportándole otra dimensión.
El tercer ingrediente importante son los actores. Posiblemente el ingrediente más difícil de elegir y más cuando la novela es tan extensa y los personajes tan profundos como los de “Los Pilares de la Tierra”. También aquí acierta Mimica con unos actores que, al margen del físico (yo particularmente me esperaba a una Aliena más pivón), son un vivo reflejo de los personajes que nos muestra Follet. Mención especial para Ian McShane (el obispo Waleran) que, en mi opinión, es, sin duda, quien mejor trabaja en toda la serie.
Sin embargo, no es una adaptación perfecta. Tiene fallos, pero continúo en el Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una vez tenemos los ingredientes es hora de ponerse a cocinar.
En mi opinión el cocinero comete su primer fallo obviando la parte del viaje de Jack por la península Ibérica. Tranquilos, no es ningún tipo de orgullo patrio lo que me llevó a enfadarme tanto con esto. Simplemente creo que este viaje, que Ken Follet narra tan maravillosamente en su novela, aportaba algo distinto al libro, nos ayudaba a ver cómo Jack pasa de post-adolescente a hombre y nos muestra su más que interesante relación con una chica morisca de Toledo. Mimica se quitó este viaje de encima de un plumazo, haciendo que parezca que éste tiene una duración de apenas una semana y privándonos de unas maravillosas vistas como son las de la España morisca. Se podría pensar que se ha hecho para ahorrar dinero, pero viendo los nombres de quienes participaban en la adaptación (Ken Follet, Ridley Scott…) dudo que sea una cuestión de peseta.
Sin embargo, también hay que apuntar a su favor que, a la hora de innovar, Mimica realiza un gran trabajo. Entre los temas más interesantes que el cocinero añade a la obra original se encuentra la confesión por parte del subprior Remigius de su homosexualidad (un tema muy moderno; ya que, aunque siempre ha estado dentro de la Iglesia, es en nuestros tiempos cuando empieza a relucir) y una muy acertada relación carnal entre William Hamleigh y su madre.
Por cierto, para terminar con la receta es imprescindible que no amargues la última visión de tu plato que va a tener el espectador mostrándole al protagonista con una perilla ridícula que intente simular de manera inútil el paso del tiempo.
A modo de resumen, el libro (si existiese un “bookaffinity”) sería un 8 y, como la adaptación es buena pero no perfecta, se lleva un 7.
En mi opinión el cocinero comete su primer fallo obviando la parte del viaje de Jack por la península Ibérica. Tranquilos, no es ningún tipo de orgullo patrio lo que me llevó a enfadarme tanto con esto. Simplemente creo que este viaje, que Ken Follet narra tan maravillosamente en su novela, aportaba algo distinto al libro, nos ayudaba a ver cómo Jack pasa de post-adolescente a hombre y nos muestra su más que interesante relación con una chica morisca de Toledo. Mimica se quitó este viaje de encima de un plumazo, haciendo que parezca que éste tiene una duración de apenas una semana y privándonos de unas maravillosas vistas como son las de la España morisca. Se podría pensar que se ha hecho para ahorrar dinero, pero viendo los nombres de quienes participaban en la adaptación (Ken Follet, Ridley Scott…) dudo que sea una cuestión de peseta.
Sin embargo, también hay que apuntar a su favor que, a la hora de innovar, Mimica realiza un gran trabajo. Entre los temas más interesantes que el cocinero añade a la obra original se encuentra la confesión por parte del subprior Remigius de su homosexualidad (un tema muy moderno; ya que, aunque siempre ha estado dentro de la Iglesia, es en nuestros tiempos cuando empieza a relucir) y una muy acertada relación carnal entre William Hamleigh y su madre.
Por cierto, para terminar con la receta es imprescindible que no amargues la última visión de tu plato que va a tener el espectador mostrándole al protagonista con una perilla ridícula que intente simular de manera inútil el paso del tiempo.
A modo de resumen, el libro (si existiese un “bookaffinity”) sería un 8 y, como la adaptación es buena pero no perfecta, se lleva un 7.

8,0
113.381
6
26 de marzo de 2012
26 de marzo de 2012
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin llegó a España la comedia del año. Más de 18 millones de espectadores en Francia. Alabada por público y crítica. Y encima ¡francesa!, para presumir de cultureta con los amigos diciendo que vas al cine a ver una película francesa. ¡Si es que lo tiene todo!... ¿De verdad?
Lo cierto es que cualquier persona que vaya a ver Intocable, si se ha informado antes, irá con unas expectativas altas: “Una comedia que reconcilia lo irreconciliable”, “Magnífica, hilarante, humanista, inteligente y fresca”, “Brillante guión”, “Rodada primorosamente”… son algunas de las múltiples alabanzas que ha recibido el filme fuera y dentro de Francia. Alabanzas que parecen demasiado generosas a la salida del cine.
La película, desde luego, es divertida. Basada en una historia real, narra la relación entre Philippe, un aristócrata tetrapléjico, y Driss, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel al que contrata como cuidador. Tanto François Cluzet como (el sorprendente) Omar Sy lo bordan. Derrochan química en pantalla representando a la perfección la atracción de los polos opuestos y forman un dúo tan gamberro como simpático que le sacará más de una carcajada. A ritmo de Vivaldi y Earth Wind and Fire, y entre trajes de etiqueta y chándal, transcurre una agradable y ligera comedia que le hará pasar un buen rato, pero que dudo mucho que recuerde de aquí a un par de años.
Es curioso, porque la mejor arma de la película coincide con su principal punto débil: el guión. Olivier Nakache y Eric Toledano nos muestran todo su ingenio con una colección de gags desternillantes y unos diálogos muy ágiles, durante dos horas en las que se respira ¿demasiada? positividad. Y es que en el filme francés, parece que todo va bien. No ocurre nada malo. Los puntos de giro son demasiado débiles. No hay desarrollo. No hay anti-trama. La película se puede resumir en: negro empieza a trabajar con minusválido, negro y minusválido se lo pasan muy bien, negro deja de trabajar con minusválido, minusválido conoce chica.
Estamos, pues, ante una película ligera y agradable, que deja sonrisa pero no deja poso y cuyo estrepitoso éxito de taquilla es comprensible si tenemos en cuenta que uno de los principales (y más loables) objetivos del cine no es otro que el de entretener y hacernos olvidar nuestros problemas (que bastantes tenemos). Sin duda, ver el filme es una buena alternativa a un domingo sin nada que hacer, pero no esperen encontrar en Olivier Nakache y Eric Toledano los nuevos Billy Wilder y Woody Allen.
Lo cierto es que cualquier persona que vaya a ver Intocable, si se ha informado antes, irá con unas expectativas altas: “Una comedia que reconcilia lo irreconciliable”, “Magnífica, hilarante, humanista, inteligente y fresca”, “Brillante guión”, “Rodada primorosamente”… son algunas de las múltiples alabanzas que ha recibido el filme fuera y dentro de Francia. Alabanzas que parecen demasiado generosas a la salida del cine.
La película, desde luego, es divertida. Basada en una historia real, narra la relación entre Philippe, un aristócrata tetrapléjico, y Driss, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel al que contrata como cuidador. Tanto François Cluzet como (el sorprendente) Omar Sy lo bordan. Derrochan química en pantalla representando a la perfección la atracción de los polos opuestos y forman un dúo tan gamberro como simpático que le sacará más de una carcajada. A ritmo de Vivaldi y Earth Wind and Fire, y entre trajes de etiqueta y chándal, transcurre una agradable y ligera comedia que le hará pasar un buen rato, pero que dudo mucho que recuerde de aquí a un par de años.
Es curioso, porque la mejor arma de la película coincide con su principal punto débil: el guión. Olivier Nakache y Eric Toledano nos muestran todo su ingenio con una colección de gags desternillantes y unos diálogos muy ágiles, durante dos horas en las que se respira ¿demasiada? positividad. Y es que en el filme francés, parece que todo va bien. No ocurre nada malo. Los puntos de giro son demasiado débiles. No hay desarrollo. No hay anti-trama. La película se puede resumir en: negro empieza a trabajar con minusválido, negro y minusválido se lo pasan muy bien, negro deja de trabajar con minusválido, minusválido conoce chica.
Estamos, pues, ante una película ligera y agradable, que deja sonrisa pero no deja poso y cuyo estrepitoso éxito de taquilla es comprensible si tenemos en cuenta que uno de los principales (y más loables) objetivos del cine no es otro que el de entretener y hacernos olvidar nuestros problemas (que bastantes tenemos). Sin duda, ver el filme es una buena alternativa a un domingo sin nada que hacer, pero no esperen encontrar en Olivier Nakache y Eric Toledano los nuevos Billy Wilder y Woody Allen.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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La película se puede resumir en: negro empieza a trabajar con minusválido, negro y minusválido se lo pasan muy bien, negro deja de trabajar con minusválido, minusválido conoce chica.
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