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5
10 de septiembre de 2011
10 de septiembre de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película indudablemente entretenida y fácilmente olvidable.
Me da la sensación de que en algún momento el director pensó que podía hacer una película digna e interesante que realmente explicase cómo los simios habían llegado a dominar a los humanos, con la complejidad que eso entraña... pero rápidamente lo desechó. Es más fácil coger a un par de actores de moda, un J.Franco al que me cuesta creerme de científico, y a F.Pinto, bueno, con un papel que da auténtica vergüenza ajena. Unos secundarios tan interesantes como desaprovechados, Lithgow y Brian Cox. Y mezclar con algunos tópicos tan manidos en los últimos años como virus mortales, estallido, contagio... les suena, no? El apocalipsis vende muy bien, pero siempre insinuando el final, no vaya a ser que asustemos a la audiencia.
Es cierto que Caesar es impresionante, una mirada suya salva a esta película del suspenso.
Suspenso que por otra parte, no hubiese tenido mayores problemas en darle por lo que viene en el spoiler...
Me da la sensación de que en algún momento el director pensó que podía hacer una película digna e interesante que realmente explicase cómo los simios habían llegado a dominar a los humanos, con la complejidad que eso entraña... pero rápidamente lo desechó. Es más fácil coger a un par de actores de moda, un J.Franco al que me cuesta creerme de científico, y a F.Pinto, bueno, con un papel que da auténtica vergüenza ajena. Unos secundarios tan interesantes como desaprovechados, Lithgow y Brian Cox. Y mezclar con algunos tópicos tan manidos en los últimos años como virus mortales, estallido, contagio... les suena, no? El apocalipsis vende muy bien, pero siempre insinuando el final, no vaya a ser que asustemos a la audiencia.
Es cierto que Caesar es impresionante, una mirada suya salva a esta película del suspenso.
Suspenso que por otra parte, no hubiese tenido mayores problemas en darle por lo que viene en el spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Toda la parte de los simios en el "centro de maltrato de simios", bueno, con lo interesante que estaba resultando el "despertar de Caesar" a la inteligencia, y de repente, nos introducen un drama carcelario, tan manido, absurdo, con unos "malos" tan ridículos, y encima, que vuelva a casa a por las cápsulas para "otorgarles inteligencia a sus amigos".. sin comentarios.
- A F.Pinto, creo que las 2 frases que dice en toda la película, una cuando muere el padre del protagonista, y otra en el puente... espero que fuese la traducción. ¿De verdad un actor no puede negarse a decir algo o modificar el guión?
- El momento de agresividad para proteger a Lithgow del mono protagonista, me parece uno de los momentos más interesantes y arriesgados, pero a partir de entonces, incomprensiblemente, no sólo no volvemos a ver esta actitud sino que se dedica a proteger la vida de los humanos cuando a alguno de sus amigos simios se le va a ir la mano.
- La policía de San Francisco, bueno, tienen que hacer inventario, igual 1 helicóptero, 4 o 5 coches y unos cuantos caballos no es demasiado para una ciudad de varios millones de personas. Por cierto, ¿por qué cuando los monos cruzan tranquilamente por la estructura debajo del puente, NO CONTINUAN POR DEBAJO DEL PUENTE? Su inteligencia todavía no es suficiente para evitar un conflicto. Como la nuestra.
- ¿Cuántos monos hay en la carpa y el laboratorio? 30, 80, 200, 5000? Son todos inteligentes indefinidamente, o hasta que dure el efecto del virus inhalado? Porque vale, Caesar lo tenía geneticamente, pero el resto... Suponemos que el virus te da una fuerza y habilidad, que aunque estés durante años en una jaula medio atrofiado y medicado, inmediatamente a tu liberación puedas romper cristales, dar saltos de varios metros, escalar el Golden Gate (sus torres tiene más de 200m. de altura)... etc etc
Bueno entre muchas cosas más, pero lo que peor me ha parecido con diferencia, es que lo único a lo que tenían que aferrarse y respetar es la frase final de la película de C.Heston, en la que se insinua lo que podía haber ocurrido (no se habla de virus que yo recuerde), y bueno, la película acaba, y yo en ningún momento entiendo que a continuación venga la época de dominio de los simios. Será que no tengo suficiente imaginación.
Gracias Rupert Wyatt, tienes un gran futuro.
- A F.Pinto, creo que las 2 frases que dice en toda la película, una cuando muere el padre del protagonista, y otra en el puente... espero que fuese la traducción. ¿De verdad un actor no puede negarse a decir algo o modificar el guión?
- El momento de agresividad para proteger a Lithgow del mono protagonista, me parece uno de los momentos más interesantes y arriesgados, pero a partir de entonces, incomprensiblemente, no sólo no volvemos a ver esta actitud sino que se dedica a proteger la vida de los humanos cuando a alguno de sus amigos simios se le va a ir la mano.
- La policía de San Francisco, bueno, tienen que hacer inventario, igual 1 helicóptero, 4 o 5 coches y unos cuantos caballos no es demasiado para una ciudad de varios millones de personas. Por cierto, ¿por qué cuando los monos cruzan tranquilamente por la estructura debajo del puente, NO CONTINUAN POR DEBAJO DEL PUENTE? Su inteligencia todavía no es suficiente para evitar un conflicto. Como la nuestra.
- ¿Cuántos monos hay en la carpa y el laboratorio? 30, 80, 200, 5000? Son todos inteligentes indefinidamente, o hasta que dure el efecto del virus inhalado? Porque vale, Caesar lo tenía geneticamente, pero el resto... Suponemos que el virus te da una fuerza y habilidad, que aunque estés durante años en una jaula medio atrofiado y medicado, inmediatamente a tu liberación puedas romper cristales, dar saltos de varios metros, escalar el Golden Gate (sus torres tiene más de 200m. de altura)... etc etc
Bueno entre muchas cosas más, pero lo que peor me ha parecido con diferencia, es que lo único a lo que tenían que aferrarse y respetar es la frase final de la película de C.Heston, en la que se insinua lo que podía haber ocurrido (no se habla de virus que yo recuerde), y bueno, la película acaba, y yo en ningún momento entiendo que a continuación venga la época de dominio de los simios. Será que no tengo suficiente imaginación.
Gracias Rupert Wyatt, tienes un gran futuro.

7,2
86.951
8
28 de diciembre de 2011
28 de diciembre de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá es que anteayer ví MI4. Pero esta película me ha encantado.
Es buen cine. Sin más. Y eso ahora mismo es mucho. Se percibe el esfuerzo en la elección de la música, brillante, en su conjunción con los planos, transportándote por momentos a L.A., en la fotografía, cada enfoque, cada mirada, el interior de un coche, una habitación de hotel, un taller mecánico, una ciudad. En los créditos. En el final de la película. En la vestimenta del protagonista, el reloj, las gafas. En un guión pulcro, preciso.
El ritmo de la película es pausado, pero deliciosamente acompañado de una música y fotografía, que hacen que momentos relativamente lentos, se conviertan en especiales. Y poco a poco iremos conociendo al protagonista, por sus miradas, sus reacciones. Sobran las palabras. Y cuando cambian las circunstacias, sus actos serán la manera de mostrarnos su pasado.
Son muchos los momentos de esta película, en la que la tensión a la que se somete al espectador es tan real, que te incomoda en el asiento; te revuelves buscando un atisbo de teatralidad, que te saque de ahí, de esas oleadas de realismo que te golpean. La violencia aparece y desaparece, sin aviso. La fuerza de algunas secuencias es sobrecogedora.
No podía sacarme de la cabeza la historia de violencia de Cronenberg. Quizá demasiado presente.
Pero un conjunto equilibrado, honesto. Con grandes actuaciones. Con una precisión en la dirección increible, que convierten en disfrute cualquiera de los cien minutos del film. Y que te reconcilia con pagar una entrada.
Una película con carisma.
A partir de ahora creo que conduciré con guantes.
Es buen cine. Sin más. Y eso ahora mismo es mucho. Se percibe el esfuerzo en la elección de la música, brillante, en su conjunción con los planos, transportándote por momentos a L.A., en la fotografía, cada enfoque, cada mirada, el interior de un coche, una habitación de hotel, un taller mecánico, una ciudad. En los créditos. En el final de la película. En la vestimenta del protagonista, el reloj, las gafas. En un guión pulcro, preciso.
El ritmo de la película es pausado, pero deliciosamente acompañado de una música y fotografía, que hacen que momentos relativamente lentos, se conviertan en especiales. Y poco a poco iremos conociendo al protagonista, por sus miradas, sus reacciones. Sobran las palabras. Y cuando cambian las circunstacias, sus actos serán la manera de mostrarnos su pasado.
Son muchos los momentos de esta película, en la que la tensión a la que se somete al espectador es tan real, que te incomoda en el asiento; te revuelves buscando un atisbo de teatralidad, que te saque de ahí, de esas oleadas de realismo que te golpean. La violencia aparece y desaparece, sin aviso. La fuerza de algunas secuencias es sobrecogedora.
No podía sacarme de la cabeza la historia de violencia de Cronenberg. Quizá demasiado presente.
Pero un conjunto equilibrado, honesto. Con grandes actuaciones. Con una precisión en la dirección increible, que convierten en disfrute cualquiera de los cien minutos del film. Y que te reconcilia con pagar una entrada.
Una película con carisma.
A partir de ahora creo que conduciré con guantes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La cantidad y calidad de los enfoques del director realmente me sorprendieron y encantaron durante toda la película. Especial mención a mostrarnos la pelea final a través de las sombras... y tantos otros.
Impresionante el tiroteo en la habitación. Y la tensión que emana en muchos momentos de la película.
Negativamente, aunque no desmerece el conjunto, he encontrado alguna cosa que me chocaba al verlo,
-En la persecución principal de la película, me extraña que el Chrysler 300, (que debe pesar 2000kg). le durase en una carrera más de 200 m. al Mustang.
-Cuando golpea al coche de Ron Perlman, tras sacarle de la carretera junto a la playa, y le desplaza varios metros, el coche de Ryan Gosling (creo que no tiene nombre en la película), se queda en lo alto, con las luces dadas. Lo lógico sería que tuviese el frontal destrozado. Posiblemente, algo se me ha escapado a mí, dudo que en una película así, que he visto cada detalle cuidado al máximo, no lo hayan hecho a drede.
-Y no sabemos qué pasa con el chófer, en ese impacto, que va con el cinturón y en el otro lado del coche, dudo que hubiese muerto.
-La aguja de las revoluciones no se mueve en toda la película, en el, por cierto, nostálgico y maravilloso plano del interior del coche, con los ojos del protagonista en el retrovisor.
Impresionante el tiroteo en la habitación. Y la tensión que emana en muchos momentos de la película.
Negativamente, aunque no desmerece el conjunto, he encontrado alguna cosa que me chocaba al verlo,
-En la persecución principal de la película, me extraña que el Chrysler 300, (que debe pesar 2000kg). le durase en una carrera más de 200 m. al Mustang.
-Cuando golpea al coche de Ron Perlman, tras sacarle de la carretera junto a la playa, y le desplaza varios metros, el coche de Ryan Gosling (creo que no tiene nombre en la película), se queda en lo alto, con las luces dadas. Lo lógico sería que tuviese el frontal destrozado. Posiblemente, algo se me ha escapado a mí, dudo que en una película así, que he visto cada detalle cuidado al máximo, no lo hayan hecho a drede.
-Y no sabemos qué pasa con el chófer, en ese impacto, que va con el cinturón y en el otro lado del coche, dudo que hubiese muerto.
-La aguja de las revoluciones no se mueve en toda la película, en el, por cierto, nostálgico y maravilloso plano del interior del coche, con los ojos del protagonista en el retrovisor.

5,9
52.529
8
26 de septiembre de 2011
26 de septiembre de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que comienzas a disfrutarlas mucho antes de su estreno. Y otras cuyo valor aumenta con el poso que dejan en tu recuerdo. Creo que el árbol de la vida puede encajar en ambas.
Esta película es un tremendo ejercicio de sugerencia y profundidad, en la que Terrence Malick, sin ningún respeto por los convencionalismos del cine, nos golpea con la violencia de una realización en la que la fidelidad a sí mismo y la valentía son las notas dominantes. Sólo alguien muy valiente, puede arriesgarse a hacer algo así. La narración no responde a ningún orden lineal y si a los impulsos inteligentes y precisos de un director, del que impresiona la capacidad para captar instantes, y a través de su sencillez transmitirnos la humanidad, los sentimientos, el amor. En definitiva, la vida.
La belleza fotográfica del film es absolutamente sobrecogedora, y junto a una maravillosa música, hace que haya momentos en que la conjunción de ambas formen un total armonioso y perfecto al que parece que sólo puedes responder con lágrimas.
Pero, a pesar de todo ésto, la película no es perfecta.
Lo divino y lo humano.
La sinopsis nos muestra a una familia americana, un padre encarnado por brad pitt, cuya manera de educar es, a menudo cruel, y enfocada a triunfar en esta vida material, el camino de lo humano, y una madre Jessica Chastain, con una imagen virginal, cuya sensibilidad y tacto nos conducen a sentimientos de bondad, amor a los demás, en definitiva, al camino de lo divino. Y a sus hijos. Ante esa elección. Como todos nosotros.
Pero Malick va más allá... ¿A dónde conducen esos caminos? ¿Dónde queda todo ésto en la inmensidad de la creación? ¿Por qué ocurre lo malo y lo bueno? Quizá el preguntarnos estas cosas sea parte de su propósito. Y parte de la respuesta.
Y la infancia, la parte más misteriosa y maravillosa de nuestra vida; a través de momentos, instantes fugaces, rodados con una precisión y sencillez impresionantes, nos muestra el triste paso a la madurez. Y es ahí dónde el director muestra su brillantez, a través de los planos cercanos, la posición y el movimiento de la cámara. Y hace que volvamos a querer ser niños. Quizá el único momento en el que somos realmente felices.
Pero es el exceso de pretensiones lo que perjudican a la película. La plasticidad de la creación se convierte en una tentación, de cuyas imágenes se abusa. Desorientándote por momentos. La parte final es, como mínimo, desconcertante, y no cierra una película redonda. Y el mundo moderno, con Sean Penn sobreactuando constantemente es, en mi opinión, exagerado e innecesario. Son demasiadas reflexiones las que ha intentado expresarnos, desligando la trama y generando confusión en algunos momentos. Es, en definitiva, excesivamente ambiciosa. Aunque quizá eso sea un acierto.
O un maravilloso error.
Esta película es un tremendo ejercicio de sugerencia y profundidad, en la que Terrence Malick, sin ningún respeto por los convencionalismos del cine, nos golpea con la violencia de una realización en la que la fidelidad a sí mismo y la valentía son las notas dominantes. Sólo alguien muy valiente, puede arriesgarse a hacer algo así. La narración no responde a ningún orden lineal y si a los impulsos inteligentes y precisos de un director, del que impresiona la capacidad para captar instantes, y a través de su sencillez transmitirnos la humanidad, los sentimientos, el amor. En definitiva, la vida.
La belleza fotográfica del film es absolutamente sobrecogedora, y junto a una maravillosa música, hace que haya momentos en que la conjunción de ambas formen un total armonioso y perfecto al que parece que sólo puedes responder con lágrimas.
Pero, a pesar de todo ésto, la película no es perfecta.
Lo divino y lo humano.
La sinopsis nos muestra a una familia americana, un padre encarnado por brad pitt, cuya manera de educar es, a menudo cruel, y enfocada a triunfar en esta vida material, el camino de lo humano, y una madre Jessica Chastain, con una imagen virginal, cuya sensibilidad y tacto nos conducen a sentimientos de bondad, amor a los demás, en definitiva, al camino de lo divino. Y a sus hijos. Ante esa elección. Como todos nosotros.
Pero Malick va más allá... ¿A dónde conducen esos caminos? ¿Dónde queda todo ésto en la inmensidad de la creación? ¿Por qué ocurre lo malo y lo bueno? Quizá el preguntarnos estas cosas sea parte de su propósito. Y parte de la respuesta.
Y la infancia, la parte más misteriosa y maravillosa de nuestra vida; a través de momentos, instantes fugaces, rodados con una precisión y sencillez impresionantes, nos muestra el triste paso a la madurez. Y es ahí dónde el director muestra su brillantez, a través de los planos cercanos, la posición y el movimiento de la cámara. Y hace que volvamos a querer ser niños. Quizá el único momento en el que somos realmente felices.
Pero es el exceso de pretensiones lo que perjudican a la película. La plasticidad de la creación se convierte en una tentación, de cuyas imágenes se abusa. Desorientándote por momentos. La parte final es, como mínimo, desconcertante, y no cierra una película redonda. Y el mundo moderno, con Sean Penn sobreactuando constantemente es, en mi opinión, exagerado e innecesario. Son demasiadas reflexiones las que ha intentado expresarnos, desligando la trama y generando confusión en algunos momentos. Es, en definitiva, excesivamente ambiciosa. Aunque quizá eso sea un acierto.
O un maravilloso error.
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