La segunda parte del Joker tiene cosas buenas: dirección, fotografía, interpretaciones... Otras no tanto, como hacer constantemente referencias a su película predecesora, lo que muestra que tiene poco que contar. Pero el principal problema de esta secuela es que Todd Phillips hace algo que pienso que nunca funciona: ir en contra de lo que se ha construido anteriormente.
Seguramente el mensaje de la película o la intención del director sea correcta o loable, pero no funciona como historia. Imaginemos que en la segunda parte de El Padrino Michael Corleone quiere dejar la mafia y convertirse en un buen ciudadano. O que Walter White en la tercera temporada de Breaking Bad quiere dejar de traficar, ya que es un jaleo y es peligroso...

La película tiene el mérito de intentar agradar por todos los medios a los fans y sólo conseguir cabrearlos más.
Para mi gusto la última trilogía ha ido de Guatemala a Guatepeor: "El despertar de la fuerza" me pareció muy entretenida pero una copia de la original, la de Rian Johnson meritoria pero aburrida y esta última un despropósito galáctico (la conseguí acabar porque la vi durante la pandemia).
Menos mal que nos queda "The Mandalorian".