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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
5
19 de diciembre de 2015
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo poner en contexto esta cinta? ¿Cómo explicar la emoción con la que un fan de la saga acude a verla? No es posible, pero probablemente sea innecesario: Star Wars es un mito popular; casi una religión contemporánea. Muchos confiamos en que J. J. Abrams fuera un digno sumo sacerdote.

Y es que sólo hay que mirar los antecedentes. La Star Wars original es el viaje del Héroe de las Mil Caras de Campbell, el viaje que cada uno de nosotros hacemos hacia la madurez, con un decorado de naves espaciales y samurais con sables-láser. Después, las precuelas, con todos sus fallos, fueron la ampliación del universo y un añadido de profundidad a la historia. Ambas trilogías fueron osadas, cada una a su modo.

Tras ello, ¿qué es esta nueva trilogía? Pues es ni más ni menos que un refrito. Una copia. Un remake. Ver STAR WARS VII es volver a ver STAR WARS IV. Tal cual. Con todas las dolorosas implicaciones.

Y es que todo cuanto ocurre le da a uno la sensación de haberlo visto ya. Nada se arriesga, todo se recupera. Con mejores efectos, eso sí, pero peor contado, pues ya se ha perdido el sentido de maravilla. Y no sólo eso, sino a veces da la sensación de ser incoherente: hay momentos en que, por imitar al EPISODIO IV, la trama avanza a golpe de porlacarismos y deus-ex-machinas, sin respetar las premisas que ella misma ha planteado. Triste, triste, triste. Tras tantos años de espera, esperaba más.

Por lo demás, lo esperable. J. J. Abrams se aprovecha descaradamente de la nostalgia para crear un filme que gustará sí o sí a los fans (o, al menos, les hará pasar un rato entretenido). Personajes aceptables, particularmente Rey y, por supuesto, Han Solo (aunque quizá aquí no esté siendo objetivo). Nueva música de John Williams, que también suena como la original, pero que en este caso es positivo. Buenos efectos especiales. Buen aspecto audiovisual, en general. Emociona volver a ver sables láser y batallas estelares.

En otras palabras: cumple. Sin más. No podía no cumplir copiando a las originales, y Abrams lo sabía. El tiempo nos dirá si perdonamos su cobardía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Conforme la veía, no podía dejar de pensar en lo desaprovechado del planteamiento. El stormtrooper renegado, los nostálgicos del Imperio que quieren recuperarlo, el admirador de Vader que teme no llegar a su altura... ¡Tenía todas las bases para una cinta llena de conflictos morales que ahondara en el alma humana por caminos que las otras trilogías no se atrevieron a recorrer!

Pero ¿qué tenemos en lugar de ello?

Una huérfana encuentra un droide en un planeta desértico. Ha perdido a su dueño y porta información importante en su interior, motivo por el cual los stormtroopers lo están buscando. Un poco sin pretenderlo, acaba llevando el droide con el grupo armado que lucha contra los restos del Imperio... Por supuesto, en compañía de Han Solo y Chewbacca y a bordo del Halcón Milenario. También hay que destacar la cantina, el interrogatorio mediante la Fuerza ante el que, sin embargo, la protagonista resiste; el rescate por parte de alguien con una armadura de stormtrooper y el droide que hace beep-beep (droide este, por cierto, innecesariamente sentimentaloide. ¡Si casi parece Wall·e, leches!). Y, cómo no, el objetivo final es destruir una estación de combate del tamaño de un planeta y con capacidad de destruir sistemas enteros... que sin embargo tiene un ridículo y evidente punto débil en su superficie al que puede accederse fácilmente y que al ser bombardeado un par de veces hace explotar la base entera. ¿De qué me sonará todo esto?

Para finalizar, algunos pensamientos intempestivos sobre la trama:
- ¿De dónde sacó la Primera Orden el tiempo y el dinero para construir un arma que hace ridícula a la Estrella de la Muerte?
- ¿Por qué a nadie parece importarle la destrucción de la Nueva República?
- ¿Por qué Kylo Ren, el personaje más desaprovechado de todos, no se preocupa por no ser tan poderoso como Vader, sino por "no caer en el Lado Luminoso"? Es patético y maniqueo hasta decir basta.
- ¿Por qué la regente de una taberna tiene el viejo sable de Anakin Skywalker? ¿Y por qué cuando le preguntan
por ello desvía el tema y nos quedamos sin saberlo?
- ¿Por qué la chatarrera logra en un ratito, cual ocurrencia feliz, lo que a Anakin o a Luke les costó varias películas conseguir? ¿Ahora el dominio de la Fuerza no requiere entrenamiento o cómo va?
- ¿Por qué la capitana de los stormtroopers accede a levantar los escudos de su base en cuanto le apuntan con un blaster? ¿Es que no hay un mínimo de lealtad en la Primera Orden?
- ¿Por qué un limpiador de inodoros incapaz de matar inocentes se dedica a masacrar a sus antiguos compañeros de toda la vida sin un mínimo pensamiento acerca de ello?
- ¿Por qué el mismo limpiador de inodoros que jamás ha cogido un sable láser le da batalla a un sith experimentado? ¿Y por qué el mismo limpiador de inodoros, que no lleva armadura alguna, no es partido por la mitad al recibir finalmente un sablazo de parte a parte?
- ¿Por qué la chatarrera, con menor entrenamiento aún por no ser stormtrooper, resulta ser mejor aún con la espada que cualquiera de los otros?
- ¿Por qué tras la muerte de Solo (que se veía venir a la legua, dicho sea de paso) Leia corre a abrazar a la desconocida que llevaba con él dos días en vez de a su peludo compañero de toda la vida?
- ¿Qué diantre hace Luke para matar su tiempo libre en ese pedrusco?

En fin. Lamentable es decir poco. Y todavía nos quedan dos más...

PORRA STAR WARS VIII: Visto lo visto y si la cosa sigue así, apuesto a que Rey es hija de Luke y pierde la mano en el siguiente episodio. Ahí lo dejo.
17 de septiembre de 2015 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos vaqueros: Ennis del Mar y Jack Twist. Ambos han sido contratados para cuidar ovejas en la cima de la montaña Brokeback. Estando allí los dos solos, los sentimientos afloran y se inicia una relación, aun sabiendo que no podrá seguirse. Esta es, pues, una cinta sobre amor prohibido. Y no me malinterpretéis, que no todo el amor prohibido es entre hombres: esta historia es universal.

"Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero."

Y sin embargo, el hombre, y mucho menos en los 60, no puede decir lo que ama. Quizá esto sea una suerte, pues si pudiera nos encontraríamos ante una obra más plana y más simple. Más hollywoodiana. Pero no es así. En su lugar, un amor como el narrado no puede ser exhibido, sino que debe reprimirse. Es un amor contenido, como la belleza de este film basado en silencios y miradas. Tan sobrio. Tan capaz de transmitir sin explicar.

Asistimos al intento de dos hombres por llevar vidas normales, o mejor socialmente aceptadas. Miradas huidizas; abrazos fríos a sus mujeres. Y esporádicos encuentros con el compañero, donde vemos al fin pasiones liberadas. Como aderezos, una preciosa fotografía de la América salvaje y una excelente banda sonora.

Como punto negativo, pese a que el romance me parece excelentemente llevado, su precipitado comienzo me dejó bastante insatisfecho. Resulta casi deficiente, como si faltase algo. Por el contrario, el final no puede menos que impactar.

Como mínimo, merece un visionado calmo y reflexivo.
4 de agosto de 2013 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la fuerte insistencia de un amigo mío, ayer vi por fin "Eternal sunshine of the spotless mind". Volví a verla hoy.

He de reconocer que me sorprendió mucho. El protagonista es Jim Carrey, lo que mueve desde el principio a pensar en comedias, y el título español, "Olvídate de mí", no te hace cambiar de idea (de hecho, incluso está catalogada como tal en esta página). Trucos de marketing, supongo, porque en absoluto es una comedia: es un ensayo. Una profunda reflexión sobre el lado más duro, amargo, hiriente y triste del amor.

Resumidamente, es la historia de una pareja. Se conocen, se enamoran, se acostumbran, se distancian... Lo típico, ¿no? Pues eso... Pero al revés. Literalmente al revés: la película empieza in media res y, al más puro estilo "Memento", va retrocediendo en el tiempo hasta el principio cronológico. También aquí, como en el gran film de Nolan, el motivo del desorden temporal son los recuerdos del protagonista, los cuales recorreremos desde el más superficial al más profundo, desde el más nuevo al más antiguo. Y de esta manera iremos viendo (o más bien viviendo) toda la historia de la pareja: desde las cenizas finales a la pasión inicial.

No diré más sobre el guión ya que merece la pena visionarlo y tratar de entenderlo por uno mismo. Sin embargo, lo realmente importante de esta maravillosa película no es su original historia, sino la reflexión sobre las relaciones de pareja. El tratamiento que reciben los momentos vividos, buenos y malos. Y los recuerdos que estos dejan.

Ya dije que quedé sorprendido: a diferencia de cualquier pastelosa comedia romántica hollywoodiense, aquí no se pretende ocultar que el amor no es para siempre y acaba siendo devorado por la rutina. A diferencia de cualquier pastelosa comedia romántica hollywoodiense, aquí no se busca engañar al espectador ofreciendo un mundo color de rosa de parejas que duran eternamente y finales felices. A diferencia de cualquier pastelosa comedia romántica hollywoodiense, "Olvídate de mí" aboga por mostrar una visión realista de las relaciones sentimentales y de cómo los torrentes se diluyen con el tiempo... Y sólo quedan los recuerdos. La amargura de dicha visión, no obstante, queda en parte paliada por el esperanzador mensaje del final: ¿Y qué? ¿Y qué si todo acaba? ¿Y qué si el amor se enfría? ¿Y qué si el aburrimiento invade vuestras vidas y tu pareja ya no te completa? ¿Acaso no habrá merecido la pena la experiencia? Citando, como hizo Kirsten Dunst, a Friedrich Nietzsche: "¿Cómo podrías renacer sin haberte convertido antes en cenizas?".

Es fácil ponerse en el lugar de los protagonistas. Fácil que la película te cale hondo. Fácil recordarla horas después para seguir dándole vueltas... Y es también el mejor modo de verla: imaginar que todo te pasa a ti, sustituirte mentalmente por un miembro de la pareja.

En resumen, es una película íntima y personal, de guión original, montaje sorprendente y perfectamente dirigida. Vedla si sois más de "American Beauty" que de "Los Mercenarios": no os arrepentiréis.
20 de junio de 2011 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de terminar de ver "El secreto de sus ojos" y... ¿qué decir? Difícilmente salen las palabras ante semejante hechizo visual. Las imágenes atrapan, obsesionan, no se van. La música tampoco, un piano suave y delicado. Como suave y delicada es la película entera. Es etérea, fluye. Incluso los momentos más crudos se muestran delicadamente, con dulzura. Es una película sobre un crimen, pero ni siquiera el crimen rompe el ambiente de la película. Además, el crimen no es lo más importante. Lo más importante son las miradas. Lo que vemos es una película sobre miradas. En los ojos de los personajes vemos sus pasiones, sus anhelos, sus afanes. Los actores se funden con su papel y llegas a sentir que Benjamín o Irene existen, que en alguna parte sufren en silencio por las palabras no dichas. Las miradas se funden y entrelazan ante nosotros, revelando el microcosmos que se oculta tras los ojos, los ojos que son los espejos del alma...
Ya lo dije, pero lo repito: es un hechizo, un elaboradísimo conjuro, una magia sutil y armoniosísima que clava en el asiento, ata, enlaza, inmoviliza y sólo permite estremecerse de emoción. No puedo sino agradecer que en el cine quede magia.
6 de julio de 2016 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
I Origins, de Mike Cahill, nos cuenta la historia de Ian, doctorando en biología molecular con una tesis sobre la evolución del ojo a través del árbol filogenético. Con ello, pretende demostrar --agarraos-- la inexistencia de Dios y la absurdez del Diseño Inteligente. Además de tan elevados objetivos, el joven Ian compagina sus estudios con las extravagancias propias de todo buen científico friki, como es el fotografiar ojos de desconocidos. Es estando en ello como a Sofi, una chica de ojos inusuales (ay, la bella Astrid Bergès-Frisbey...) de la que queda prendado (¿y quién no lo haría?).

Tras esta declaración de intenciones comienza una historia romántico-filosófica de gran paralelismo con "Eternal Sunshine of the Spotless Mind" o "100 Days of Summer". Pero ojo, que no todo es lo que parece a simple vista. A eso de la mitad, el film da un giro de 180º y pasa a ofrecernos un producto más parecido a Life of Pi, donde no se sabe que es verdad y qué es ficción, pero manteniendo un tono reflexivo y espiritual. Y ambientado en la India, claro. No obstante, aunque las dos partes puedan parecer muy diferentes, toda la película se unifica por una misma idea: el encuentro entre ciencia y espiritualidad, y cómo la magia permea a veces en la vida de uno. Así, con el ritmo lento y la BSO suave tan típicas de esta clase de largometrajes, el señor Cahill nos introduce en una serie de reflexiones interesantes (¿cómo de seguros estamos de que nuestra vida es tan banal como creemos? ¿Tenemos realmente datos que refuten lo espiritual?). Y sin embargo...

Sin embargo, pese a la riqueza y la importancia del debate, creo que éste se ve en cierto modo empañado por los fallos de guión. Incoherencias, "porlacarismos" y deus-ex-machina varios que arruinan la suspensión de incredulidad y hacen al espectador pensar constantemente "ya, claro, mira qué casualidad". Fallos estos, además, que habrían sido relativamente fáciles de arreglar, y que por ello justo se hacen más imperdonables. El regusto final que deja es insípido.

No se puede negar, no obstante, que la idea base de la peli es fascinante, y que su visionado se disfruta. Aunque su desarrollo podría haber dado mucho más de sí, eso no quita que sus casi dos horas se hagan cortas y además abran debates. Por ello, es una peli para ver en grupo, pareja o trío, y discutir luego sobre ella. Especialmente entre "escépticos" y "mágicos", que se debe disfrutar más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No me gustan los protagonistas: ni Ian ni Karen.

Karen tiene un papel un papel secundario durante toda la película; simplemente está ahí. Cierto es que ayuda a Ian con los experimentos, que le da un hijo, etc., pero por sí misma no hace nada. De hecho, lo único importante que hace en toda la película es descubrir lo del ojo... para que luego sea él el que aparece dando la conferencia sobre el tema. ¡Pero qué leches, si lo hizo todo ella! Pero claro, con el rollo de que no le gusta el reconocimiento, que lo dice al principio, hasta ese protagonismo le quitan, quedando ella de puro fondo... Karen es el del guerrero, la esposa siempre fiel que aguarda al heroico varón y comprende que él debe lograr grandes cosas fuera de casa... mientras ella cose y cocina. Vaya aburrimiento de personaje.

Por el contrario, Sofi es mucho más interesante: tiene identidad propia y mucha iniciativa. Durante toda la primera mitad de la película se dedica a tirar del prota y a llevarle a hacer cosas más allá de su aburrida vida de ratón de laboratorio. Tan fuerte es su influencia que hasta después de muerta aún le afecta: es su recuerdo el que lleva a Ian a visitar la India para seguir con su investigación. Incluso aunque suceda a través de Karen, sucede porque ella sabe que Sofi aún era importante para él --le pilla masturbándose con fotos de ella--. Si la chica india hubiese tenido los ojos de otra persona, Ian no se habría movido. Y eso dice mucho en favor de Sofi.

Es más: creo que es culpa del protagonista no valorar positivamente la cierta infantilidad que Sofi tiene. Pero es que no sólo no la valora, sino que le repele, como confiesa tras la muerte de ella. Se asusta de pensar en tener que pasar toda la vida con ella. Y es que Sofi tenía su propia vida y se labraba su futuro: independiente al de él, aunque fueran paralelos. Y eso mismo era lo bonito, que no le necesitaba, que existía por sí misma. Sin embargo, él no lo ve así, sino que ve que ella no va a plegarse a él y a mimetizarle en todo... y elije en su lugar a Karen, quien sí lo hace. Karen, la que renuncia a todo logro propio para aportárselo a él. La que tiene "celos recesivos" y anima al marido a perseguir sus sueños mientras ella le espera como una buena chica. Lamentable.

Cierta conversación con Priya, la mujer de la India, nos da la clave de su personalidad: él aplaude que el Dalai Lama esté dispuesto a aceptar la ciencia en lugar de sus creencias, pero él mismo no está dispuesto a asumir la espiritualidad. Es decir, que es un fanático camuflado. No es de extrañar que dure años con la chica sin personalidad pero le agobie imaginar un futuro con la chica profunda.

Al final de la película da la impresión de que Ian cambia su visión... pero el final es tan sentimentalmente pornográfico que tampoco podemos estar seguros. Quedará a la opinión de cada uno, me supongo.
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