Película honesta y sencilla que habla sin tapujos ni clichés ni florituras de temas incómodos.
El director combina el drama, la comedia y las emociones para dejarnos una película muy notable.

Es un hermoso, sobrio y emocionante trabajo, hecho con autenticidad. El argumento parece sencillo, "pero no..."
Todas las situaciones son verosímiles, al igual que sus personajes, poseedores de múltiples recursos y matices interpretativos.

El director ha convertido la prosa cotidiana en poesía, y ha encontrado el "tempo" narrativo adecuado a la historia que está narrando. Sobre todo la escena final, digna de una gran obra.

Bayona vuelve ha hacer de Bayona.
Película técnicamente impecable al que le sobra parafernalia y le falta sutileza y corazón.

Tras el visionado, me pregunto por qué re-versionar algo que ya funcionó sin aportar nada nuevo.
Incluso, alguna parte de la película de las 90´s, estaba mejor resuelta con infinitos menos medios. Como el momento en el que se estrella el avión contra las montañas.

A veces, el cine de Bayona me recuerda a ese conocido que todos tenemos que quiere hacer de amigo perfecto o de amigo que lo sabe todo.

Película cocinada a fuego lento donde el ritmo y las interpretaciones van de la mano.
Hay escenas con una tensión medida al milímetro. En cada frase, en cada plano.

Quizá la segunda parte de la película peca un poco querer gustarse por parte del director, aunque no por ello pierde realismo y tensión.

La música y el montaje son notables y suman al conjunto.

Recomendable, aunque en mi opinión está un poco sobrevalorada con respecto a otras del señor Sorogoyen.