You must be a loged user to know your affinity with Morricone
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

5,7
18.791
2
20 de marzo de 2025
20 de marzo de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque sigo Filmaffinity desde hace tiempo esta es mi primera crítica, y es que no me he podido resistir.
Hace unas semanas vi Gladiator II, que como a la mayoría de los que aquí escriben me pareció una broma de mal gusto, y me quedaron las ganas de comprobar si Napoleón era aún peor, como muchos comentaban.
Y en efecto, lo es. Si a Gladiator II se le pueden perdonar las inconsistencias históricas (y los tiburones de agua dulce y los simios mutantes, que ya es perdonar) a cambio de un cierto entretenimiento, en Napoleón encontramos las mismas patadas a la historia acompañadas de un inmenso aburrimiento lleno de escenas inconexas y de personajes que aparecen y desaparecen sin que sepamos a santo de qué venían y qué ha sido de ellos.
De eso ya se ha hablado bastante en esta página, así que me centraré en un par de detalles que creo que son una muestra palpable de la desidia de un director que ya está más que de vuelta de todo. Recordemos que el presupuesto de la película fue de 200 millones de dólares, no una producción modesta a la que se le pueden perdonar algunas cosillas.
Cuando en la película Napoleón llega a su exilo en la isla de Elba lo hace a caballo seguido de una banda en la que el pobre flautín sujeta su instrumento con las dos manos por delante, como en un dibujo que podría haber hecho un niño de cinco años. Pero, Ridley, ¿de verdad no tienes un nieto que te diga que no se hace así?, ¿nadie de producción, ningún extra te avisó?, ¿pondrías a un soldado sujetando el sable por la hoja?
La segunda, y mucho mayor, muestra de dejadez también empieza con un flautín, pero termina de forma colosal en una gran batalla. A la hora y cuarenta y seis minutos de película vemos a un pobre soldado tocando el instrumento, pero en lugar de sujetarlo hacia su derecha lo hace hacia su izquierda, una clara muestra de que la imagen está invertida. Seguramente alguien pensó que así quedaría más estética, aunque incorrecta como tantas cosas en la película. A quién le importa a estas alturas. Pero lo malo es que se emplea sin complejos este mismo truco durante la batalla de Borodinó, a la hora y cuarenta minutos. En ella vemos en varios planos a la caballería rusa cargando de izquierda a derecha de la pantalla, y a la francesa de derecha a izquierda, lo lógico si van a acabar estrellándose la una contra la otra. El problema es que todos los jinetes franceses blanden el sable con su mano izquierda, incluyendo a Napoleón. Dudo de que existan registros históricos acerca de un número tan elevado de zurdos en el ejército francés. Está claro que rodaron a los dos ejércitos en la misma dirección y que no se dieron cuenta hasta llegar a la sala de montaje. ¿De verdad que con doscientos millones de dólares no se podía haber encontrado otra solución menos cutre?
Resumiendo: si Gladiator II se puede ver con unas palomitas y en compañía para echar unas risas, Napoleón no sirve ni para echar la siesta, que cuando más a gusto estás te despierta un cañonazo que ni sabes de dónde viene.
Hace unas semanas vi Gladiator II, que como a la mayoría de los que aquí escriben me pareció una broma de mal gusto, y me quedaron las ganas de comprobar si Napoleón era aún peor, como muchos comentaban.
Y en efecto, lo es. Si a Gladiator II se le pueden perdonar las inconsistencias históricas (y los tiburones de agua dulce y los simios mutantes, que ya es perdonar) a cambio de un cierto entretenimiento, en Napoleón encontramos las mismas patadas a la historia acompañadas de un inmenso aburrimiento lleno de escenas inconexas y de personajes que aparecen y desaparecen sin que sepamos a santo de qué venían y qué ha sido de ellos.
De eso ya se ha hablado bastante en esta página, así que me centraré en un par de detalles que creo que son una muestra palpable de la desidia de un director que ya está más que de vuelta de todo. Recordemos que el presupuesto de la película fue de 200 millones de dólares, no una producción modesta a la que se le pueden perdonar algunas cosillas.
Cuando en la película Napoleón llega a su exilo en la isla de Elba lo hace a caballo seguido de una banda en la que el pobre flautín sujeta su instrumento con las dos manos por delante, como en un dibujo que podría haber hecho un niño de cinco años. Pero, Ridley, ¿de verdad no tienes un nieto que te diga que no se hace así?, ¿nadie de producción, ningún extra te avisó?, ¿pondrías a un soldado sujetando el sable por la hoja?
La segunda, y mucho mayor, muestra de dejadez también empieza con un flautín, pero termina de forma colosal en una gran batalla. A la hora y cuarenta y seis minutos de película vemos a un pobre soldado tocando el instrumento, pero en lugar de sujetarlo hacia su derecha lo hace hacia su izquierda, una clara muestra de que la imagen está invertida. Seguramente alguien pensó que así quedaría más estética, aunque incorrecta como tantas cosas en la película. A quién le importa a estas alturas. Pero lo malo es que se emplea sin complejos este mismo truco durante la batalla de Borodinó, a la hora y cuarenta minutos. En ella vemos en varios planos a la caballería rusa cargando de izquierda a derecha de la pantalla, y a la francesa de derecha a izquierda, lo lógico si van a acabar estrellándose la una contra la otra. El problema es que todos los jinetes franceses blanden el sable con su mano izquierda, incluyendo a Napoleón. Dudo de que existan registros históricos acerca de un número tan elevado de zurdos en el ejército francés. Está claro que rodaron a los dos ejércitos en la misma dirección y que no se dieron cuenta hasta llegar a la sala de montaje. ¿De verdad que con doscientos millones de dólares no se podía haber encontrado otra solución menos cutre?
Resumiendo: si Gladiator II se puede ver con unas palomitas y en compañía para echar unas risas, Napoleón no sirve ni para echar la siesta, que cuando más a gusto estás te despierta un cañonazo que ni sabes de dónde viene.

6,8
6.571
9
2 de abril de 2025
2 de abril de 2025
Sé el primero en valorar esta crítica
He visto esta película después de que varias personas me hablaran bien de ella y la realidad ha superado las expectativas. No solamente porque desde hace tiempo el tema tratado me resulte interesante o porque conociera la historia de antemano, sino como producto cinematográfico.
No debe resultar sencillo contar una historia que ya se ha publicado en los medios, pero en esta película se sigue con interés desde el principio hasta la escena final que sirve de epílogo. En ningún momento pierde intensidad y los personajes están bien retratados e interpretados. Además, Eduard Fernández está fantástico en su papel y lo hace realmente creíble, algo fundamental en una película centrada en un único personaje.
También es reseñable la adecuada utilización de los idiomas (español, catalán e inglés, con algún toque de alemán) según la escena o los personajes que interactúan, lo que dota a la historia de cercanía y verosimilitud.
En resumen, es una película que da para pasar una buena tarde viéndola y después tener una buena tertulia con amigos y unas cervecitas acerca de su realización, el tema que describe y, por qué no, los limites de la mentira.
No debe resultar sencillo contar una historia que ya se ha publicado en los medios, pero en esta película se sigue con interés desde el principio hasta la escena final que sirve de epílogo. En ningún momento pierde intensidad y los personajes están bien retratados e interpretados. Además, Eduard Fernández está fantástico en su papel y lo hace realmente creíble, algo fundamental en una película centrada en un único personaje.
También es reseñable la adecuada utilización de los idiomas (español, catalán e inglés, con algún toque de alemán) según la escena o los personajes que interactúan, lo que dota a la historia de cercanía y verosimilitud.
En resumen, es una película que da para pasar una buena tarde viéndola y después tener una buena tertulia con amigos y unas cervecitas acerca de su realización, el tema que describe y, por qué no, los limites de la mentira.

7,0
18.674
4
25 de abril de 2025
25 de abril de 2025
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante casi toda la película estuve realmente enganchado, y si en ese momento me hubieran preguntado por una calificación esta habría sido de ocho o nueve: muy buena ambientación, visualmente atractiva (las ceremonias y los colores de las vestimentas eclesiásticas ayudan), actuaciones convincentes pero comedidas, como corresponde a los personajes, y una buena descripción de las intrigas que orbitan alrededor de cualquier elección. Pero en los últimos minutos estaba todo el rato pendiente de por dónde la podían estropear. En definitiva, si hay que pagar un peaje, se paga...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Parece que cualquier película tiene que tener un mensaje que no se puede alejar un milímetro de la ortodoxia mainstream (algunos presumirán de alternativos, pero en realidad son lo más carca que hay hoy en día). Desde que aparece el personaje del cardenal mexicano en Kabul (¡¿?!) ya sospechamos que el elegido será él, si no el personaje de Ralph Fiennes, pero esto último sería demasiado evidente.
El discurso con el que se gana la confianza del resto de cardenales en muy flojo y cuesta creer que decante el voto, pero más allá de eso para los guionistas no basta con que se trate de un personaje indígena y sacrificado (nadie puede quitar el mérito a esto), sino que demás debe tener órganos sexuales ambiguos. ¿A quién le importa? ¿De verdad era necesario? ¿Toda película tiene que ser un mitin? Ya cansa, la verdad.
El discurso con el que se gana la confianza del resto de cardenales en muy flojo y cuesta creer que decante el voto, pero más allá de eso para los guionistas no basta con que se trate de un personaje indígena y sacrificado (nadie puede quitar el mérito a esto), sino que demás debe tener órganos sexuales ambiguos. ¿A quién le importa? ¿De verdad era necesario? ¿Toda película tiene que ser un mitin? Ya cansa, la verdad.
Más sobre Morricone
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here