Es una de esas tardes en las que estas en el video club y al ver que ninguna novedad es lo suficientemente atractiva, te decantas por hacer una visita a la estantería de los clásicos. Y de pronto la ves. Evidentemente no esta muy solicitada ya que tiene mas de 30 años. La coges y llegas a casa. Y descubres que nada ha cambiado. Linda Blair sigue en la cama sucia y poseída. El padre Karras asustado y confuso. Y el padre Merrin viejo y cansado en la que sabe que será su última batalla. Pero lo mejor de todo es que en ti no ha cambiado nada. Que sigue asustándote la música, los efectos y en definitiva toda la historia que hace que no puedas quitar los ojos de la pantalla. Una de las más grandes películas del cine fantástico de todos los tiempos que aun hoy te hace preguntarte si eso podría ocurrir de verdad.
Disfrútala

Debo reconocer que tardé en descubrirla. Sabía que existía y que tarde o temprano nos encontraríamos. Pero era muy niño cuando llegó y temí no entenderla pero al final vino a mí una tarde de sábado. El encuentro fue fantástico porque reí, llore y sobre todo senti la historia de una mujer nacida para sobrevivir en un mundo hostil. Nos hicimos amigos y de vez en cuando nos reencontramos cuando necesito sentirla de nuevo. Si alguna vez te sientes solo, búscala. Te hará darte cuenta que nada es imposible y que nuestra oportunidad llega cuando menos te lo esperas, aunque tarde. Una maravillosa historia de esas que quedan en ese rinconcito del alma donde guardamos las cosas que alguna vez nos hicieron felices.


Lo mejor: Los actores y la historia

Lo peor: Que se termine

Hay películas que te hacen sonreír. Películas que sin ser descacharrantes te plantan una sonrisa en la cara que no se va desde el principio hasta el final. Este es el caso de la opera prima de Iciar Bollaïn. Una historia sencilla que cuenta una historia que le podría pasar a cualquiera pero con talento y gracia. Mucha gracia. Silke esta como siempre, pero la chispa de la película recae en Candela Peña que se marca un papel de amiga para siempre, con su pizquita de gracia y su poquito de mala leche. No se puede pedir más

Tener la capacidad de cagarte en todo lo cagable por medio de una película es algo que muy pocos consiguen. Este es el caso de los creadores de la serie más bizarra de todos los tiempos. South Park llegó a nuestras vidas en horas intempestivas con su lenguaje obsceno y su crítica bestial hacia el American Way of Life. ¿Y que queréis que os diga? Que es cojonudo. Después de tener que luchar contra el sueño nos llegó la versión en celuloide de la serie que lejos de ser acomodaticia, como ha sido el caso de la película de Los Simpson, reflejaba bastante bien el espíritu de la serie, contando a su manera las relaciones tranquilas pero tensas que existen entre yankees y canadienses. Vamos lo que aquí podríamos llamar la relación entre madrileños y catalanes. La peli lo tiene todo. Muere Kenny, Sadam Hussein se nos presenta como una marica dominante con el pobre Satán y todos los personajes están a la altura de lo que se esperaba de ellos. Una gozada vamos.

¿Qué hace que una película sea buena o mala? Muchas veces me dan rabia los críticos porque ponen a parir una película que a mi me ha encantado. Que me ha llegado. Y esta me llego. Creo que es una de esas pelis bonitas para ver solo o en compañía de alguien a quien quieras mucho. Las dos protagonistas están perfectas en sus papeles y protagonizan un tour de force sentido y en mi opinión, genial. Una entretenida película para disfrutar

Lo mejor: Susan Sarandon, Julia Roberts, la cuidada dirección y la historia

Lo peor: No tengo nada que decir.