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5,8
10.772
6
28 de abril de 2023
28 de abril de 2023
52 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
No dejo de preguntarme ¿dónde se han dejado el criterio muchos de estos críticos "modernos"?
Me explico:
Cuando vi la primera, allá a principios de los ochenta, 1982 creo recordar, tuve el absoluto convencimiento de que me encontraba ante un clásico instantáneo. La fuerte personalidad de su director, el ritmo que alcanzaba su climax y su poderío visual la convertían en historia del cine.
Cuando vi la de Fede Alvarez, en 2013, comprobé como el paso de los años y las mejoras y facilidades técnicas ayudaban a conseguir un producto posiblemente mejor acabado. Pero pese a ello muy alejada de los grandes hallazgos visuales de Raimi en la primera. La aprobé, pero sin ninguna duda muy inferior a la original y totalmente deudora de esta.
Ahora tenemos este "renacer", que no solo no aporta absolutamente nada, sino que eleva a cliché todos los elementos explotados por Alvarez, pura fotocopia de ideas sin nada con lo que sorprender. Y por el camino olvidando el poderoso nervio de Raimi en la planificación.
No me ha parecido ni mala ni buena, sino un extraño producto sin personalidad propia que respira por inercia.
Tras verla en el cine, le puse a mi mujer el clásico de Raimi, película que no había visto, y se sorprendió muy gratamente. Le enganchó más, se agarró al sillón y disfrutó esa tensión que tiene a partir de su mitad a tope. Posiblemente se vean los maquillajes anticuados, los medios de rodaje muy ajustados, o la falta de presupuesto. Pero es en la NARRATIVA visual donde te atrapa. Ese uso del montaje, los tiempos, los planos (asfixiantes y claustrofóbicos) y hasta el creativo e inteligente uso del sonido. Te atrapa y no te suelta hasta el final.
Todo esto se ha olvidado por el camino. Y ahora tenemos este Evil Dead "El Renacer" que no destaca por absolutamente nada, salvo repetir sin gracia lo que ya experimentó Alvarez en el 2013.
Háganse un favor, y disfruten el Evil Dead original de la mejor manera que puedan. Verán como a pesar de no disponer de cámaras digitales de última generación ni sistemas informáticos de montaje, ese Bruce Campbell aterrorizado y sudoroso seguirá siendo la idea a batir.
Ah... y de homenaje a Carpenter o El Resplandor nada. Dos puñeteros planos quasi plagiados y nada más. Creo que el concepto homenaje está bastante desvirtuado.
Película que se olvidará en pocos días. Quedando a lo sumo como la sombra de la de Alvarez, siendo a su vez esta una mera actualización técnica, que no narrativa, del gran clásico de los ochenta.
Me explico:
Cuando vi la primera, allá a principios de los ochenta, 1982 creo recordar, tuve el absoluto convencimiento de que me encontraba ante un clásico instantáneo. La fuerte personalidad de su director, el ritmo que alcanzaba su climax y su poderío visual la convertían en historia del cine.
Cuando vi la de Fede Alvarez, en 2013, comprobé como el paso de los años y las mejoras y facilidades técnicas ayudaban a conseguir un producto posiblemente mejor acabado. Pero pese a ello muy alejada de los grandes hallazgos visuales de Raimi en la primera. La aprobé, pero sin ninguna duda muy inferior a la original y totalmente deudora de esta.
Ahora tenemos este "renacer", que no solo no aporta absolutamente nada, sino que eleva a cliché todos los elementos explotados por Alvarez, pura fotocopia de ideas sin nada con lo que sorprender. Y por el camino olvidando el poderoso nervio de Raimi en la planificación.
No me ha parecido ni mala ni buena, sino un extraño producto sin personalidad propia que respira por inercia.
Tras verla en el cine, le puse a mi mujer el clásico de Raimi, película que no había visto, y se sorprendió muy gratamente. Le enganchó más, se agarró al sillón y disfrutó esa tensión que tiene a partir de su mitad a tope. Posiblemente se vean los maquillajes anticuados, los medios de rodaje muy ajustados, o la falta de presupuesto. Pero es en la NARRATIVA visual donde te atrapa. Ese uso del montaje, los tiempos, los planos (asfixiantes y claustrofóbicos) y hasta el creativo e inteligente uso del sonido. Te atrapa y no te suelta hasta el final.
Todo esto se ha olvidado por el camino. Y ahora tenemos este Evil Dead "El Renacer" que no destaca por absolutamente nada, salvo repetir sin gracia lo que ya experimentó Alvarez en el 2013.
Háganse un favor, y disfruten el Evil Dead original de la mejor manera que puedan. Verán como a pesar de no disponer de cámaras digitales de última generación ni sistemas informáticos de montaje, ese Bruce Campbell aterrorizado y sudoroso seguirá siendo la idea a batir.
Ah... y de homenaje a Carpenter o El Resplandor nada. Dos puñeteros planos quasi plagiados y nada más. Creo que el concepto homenaje está bastante desvirtuado.
Película que se olvidará en pocos días. Quedando a lo sumo como la sombra de la de Alvarez, siendo a su vez esta una mera actualización técnica, que no narrativa, del gran clásico de los ochenta.

6,4
19.306
5
17 de agosto de 2024
17 de agosto de 2024
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me ha gustado Alien Romulus: falta total de personalidad. No innova ni aporta nada relevante en la narrativa, salvo copiar todos los elementos ya presentes en las entregas anteriores de la franquicia. Es como si la película dependiera completamente de la nostalgia y las fórmulas ya probadas, sin atreverse a explorar nuevos caminos o darle un giro fresco al universo de Alien.
A nivel técnico, tanto en fotografía como en arte, es innegablemente correcta (excepto ese horrible y ridículo CGI). La atmósfera opresiva, los efectos visuales, y la meticulosa recreación de los escenarios son impecables, pero, a pesar de esto, no se siente inspirada. Todo el esmero en la producción no logra disimular la carencia de un alma propia en la película. Alien Romulus parece un ejercicio de estilo vacío, un tributo a lo que ya hemos visto, sin ofrecer nada que realmente sorprenda o emocione a los seguidores de la saga o a los nuevos espectadores. Fede ha metido todos los elementos presentes en las seis películas precedentes, ha añadido su fórmula en forma de concentrado de Don't Breath, lo ha batido todo meticulosamente mirando de reojo a Ridley, y ha parido esto.
En resumen, mientras que la película es técnicamente lograda, el uso de un cuestionable CGI mal ejecutado y su falta de originalidad y creatividad la convierte en una experiencia olvidable.
A nivel técnico, tanto en fotografía como en arte, es innegablemente correcta (excepto ese horrible y ridículo CGI). La atmósfera opresiva, los efectos visuales, y la meticulosa recreación de los escenarios son impecables, pero, a pesar de esto, no se siente inspirada. Todo el esmero en la producción no logra disimular la carencia de un alma propia en la película. Alien Romulus parece un ejercicio de estilo vacío, un tributo a lo que ya hemos visto, sin ofrecer nada que realmente sorprenda o emocione a los seguidores de la saga o a los nuevos espectadores. Fede ha metido todos los elementos presentes en las seis películas precedentes, ha añadido su fórmula en forma de concentrado de Don't Breath, lo ha batido todo meticulosamente mirando de reojo a Ridley, y ha parido esto.
En resumen, mientras que la película es técnicamente lograda, el uso de un cuestionable CGI mal ejecutado y su falta de originalidad y creatividad la convierte en una experiencia olvidable.

4,2
1.027
1
3 de enero de 2018
3 de enero de 2018
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Horrorosa película. Monótona, con planificación de telefilme sin ningún interés visual. Me ví obligado a soportarla por no quitársela a mis invitados.
Es inconcebible que un actor de la talla de James Franco esté aquí.
Me es imposible comprender las supuestas buenas críticas que supuestamente le han dedicado en la página principal de filmaffinity.
Tiempo completamente perdido.
Es inconcebible que un actor de la talla de James Franco esté aquí.
Me es imposible comprender las supuestas buenas críticas que supuestamente le han dedicado en la página principal de filmaffinity.
Tiempo completamente perdido.
9
19 de mayo de 2015
19 de mayo de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es la científica constatación de que siendo capaz de manejar el lenguaje visual no hace falta mucho más para atrapar al espectador y llevarlo a una experiencia sensorial intensa y adrenalitica. Guión... ¿Qué guión? ¿Acaso lo necesita? Es tal el poderío visual de Miller que precisamente ahí tenemos los peores minutos de la película, cuando se detiene en escenas de diálogo. La herencia de Búster Keston sigue viva. Fury Road no es una película, es una experiencia sensorial.
5
12 de diciembre de 2024
12 de diciembre de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Furiosa", el tan esperado spin-off/precuela de Mad Max: Fury Road (2015), llega con una gran carga de expectativas, heredada del éxito apoteósico de la película de George Miller. Sin embargo, a pesar de contar con un universo y personajes intrigantes, la película falla en capturar la magia visceral y única de su predecesora. En lugar de ofrecer una expansión fascinante del mundo post-apocalíptico, Furiosa se pierde en una narrativa extensa, visiblemente menos arriesgada y excesivamente cargada de elementos innecesarios, que desvirtúan lo que hizo especial a Fury Road.
Una de las principales diferencias que destaca al comparar ambas películas es el ritmo. Fury Road fue aclamada por su estructura casi de "viaje continuo", donde la acción y la narrativa se entrelazaban de forma tan vertiginosa que apenas había tiempo para respirar. Cada secuencia estaba cargada de tensión, violencia y adrenalina, con una estética visual impecable y de ritmo frenético. En cambio, Furiosa es excesivamente lenta y pesada, especialmente en su primer acto, que se enfoca en una construcción de personajes y conflictos que, aunque necesarios, no están tan bien desarrollados ni son tan apasionantes como los de Fury Road. Los momentos de acción se sienten interrumpidos por diálogos largos y tramas secundarias que no aportan lo suficiente al desarrollo central de la historia.
La película parece buscar un mayor trasfondo emocional, centrándose en el origen de Furiosa y sus motivaciones. Sin embargo, esto provoca una desconexión con la premisa original de Fury Road, donde el enfoque era mucho más directo y menos intelectual. La sutileza de los personajes en Fury Road —especialmente de Furiosa, quien era en gran medida un enigma— se pierde en Furiosa, que trata de ofrecer un perfil psicológico profundo de la heroína, pero termina por humanizarla en exceso, restándole el misterio que la hacía fascinante.
Si algo definió Fury Road, fue su acción ininterrumpida y visualmente espectacular. La película de Miller llevó la acción a un nivel de arte, combinando efectos prácticos con explosiones que parecían sacadas de un sueño delirante, pero al mismo tiempo con una sensación palpable de peligro. Furiosa, en cambio, aunque tiene algunas escenas de acción impactantes, parece estar atrapada entre querer seguir ese legado y, al mismo tiempo, adaptarse a una estética más moderna y menos arriesgada. Las escenas de persecución y combate son, en muchos casos, predecibles y carecen de la energía caótica que hizo famosa a Fury Road. No hay un villano tan memorable como Immortan Joe, y aunque el antagonista principal, Dementus, tiene momentos de presencia, no llega a generar el mismo impacto ni a ser tan intimidante.
Además, Furiosa peca por recurrir a un mayor uso de CGI en comparación con la robusta estética de efectos prácticos que definió Fury Road. Esto se nota especialmente en los momentos de batallas masivas, donde las explosiones y las secuencias de destrucción parecen perder peso y autenticidad, volviéndose algo artificial y desconectado del mundo tangible de Fury Road.
En cuanto al elenco, Furiosa sufre por la falta de una química tan sólida como la que vimos entre Charlize Theron y Tom Hardy en Fury Road. Anya Taylor-Joy, en el papel titular, no logra transmitir la misma fuerza que Theron, a pesar de sus indudables cualidades actorales. Su interpretación de Furiosa carece del magnetismo y la determinación inquebrantable que definieron al personaje en la película de 2015, y parece más una versión diluida de la heroína que todos esperábamos ver. La comparación es inevitable, y, lamentablemente, Taylor-Joy no logra llenar los grandes zapatos de Theron.
Por otro lado, el villano interpretado por Chris Hemsworth, aunque con un enfoque completamente diferente al de Hugh Keays-Byrne como Immortan Joe, no tiene la misma presencia intimidante. Hemsworth ofrece una interpretación de Dementus mucho más carismática y algo cómica, que en lugar de resultar aterradora, genera más desconcierto sobre qué tono intenta transmitir la película.
Fury Road presentó un mundo post-apocalíptico complejo, vibrante y visceral, que rápidamente se convirtió en uno de los mayores logros cinematográficos de la década. El desierto, los vehículos, los colores y los personajes extravagantes conformaban un ecosistema único y fascinante. Furiosa, por su parte, intenta expandir ese universo pero, en lugar de hacer que se sienta más profundo o detallado, lo diluye. Los nuevos elementos del mundo —como los diferentes grupos de sobrevivientes o las nuevas ciudades— no se exploran con la misma intensidad ni con la misma vitalidad, y por momentos, la película parece estar más interesada en dar un espectáculo visual genérico que en ofrecer una visión rica y compleja de este mundo devastado.
Furiosa no es una película mala, pero es un claro paso atrás respecto a la maestría de Mad Max: Fury Road. La falta de un ritmo acelerado, la menor inventiva en las secuencias de acción, y la subestimación de lo que hizo tan especial al personaje de Furiosa dejan la sensación de que esta precuela podría haber sido algo mucho más ambicioso. En lugar de aportar al universo de Mad Max, Furiosa se siente más como una sombra difusa de su antecesora, incapaz de hacerle justicia a la magnitud de lo que ya se había logrado.
Una de las principales diferencias que destaca al comparar ambas películas es el ritmo. Fury Road fue aclamada por su estructura casi de "viaje continuo", donde la acción y la narrativa se entrelazaban de forma tan vertiginosa que apenas había tiempo para respirar. Cada secuencia estaba cargada de tensión, violencia y adrenalina, con una estética visual impecable y de ritmo frenético. En cambio, Furiosa es excesivamente lenta y pesada, especialmente en su primer acto, que se enfoca en una construcción de personajes y conflictos que, aunque necesarios, no están tan bien desarrollados ni son tan apasionantes como los de Fury Road. Los momentos de acción se sienten interrumpidos por diálogos largos y tramas secundarias que no aportan lo suficiente al desarrollo central de la historia.
La película parece buscar un mayor trasfondo emocional, centrándose en el origen de Furiosa y sus motivaciones. Sin embargo, esto provoca una desconexión con la premisa original de Fury Road, donde el enfoque era mucho más directo y menos intelectual. La sutileza de los personajes en Fury Road —especialmente de Furiosa, quien era en gran medida un enigma— se pierde en Furiosa, que trata de ofrecer un perfil psicológico profundo de la heroína, pero termina por humanizarla en exceso, restándole el misterio que la hacía fascinante.
Si algo definió Fury Road, fue su acción ininterrumpida y visualmente espectacular. La película de Miller llevó la acción a un nivel de arte, combinando efectos prácticos con explosiones que parecían sacadas de un sueño delirante, pero al mismo tiempo con una sensación palpable de peligro. Furiosa, en cambio, aunque tiene algunas escenas de acción impactantes, parece estar atrapada entre querer seguir ese legado y, al mismo tiempo, adaptarse a una estética más moderna y menos arriesgada. Las escenas de persecución y combate son, en muchos casos, predecibles y carecen de la energía caótica que hizo famosa a Fury Road. No hay un villano tan memorable como Immortan Joe, y aunque el antagonista principal, Dementus, tiene momentos de presencia, no llega a generar el mismo impacto ni a ser tan intimidante.
Además, Furiosa peca por recurrir a un mayor uso de CGI en comparación con la robusta estética de efectos prácticos que definió Fury Road. Esto se nota especialmente en los momentos de batallas masivas, donde las explosiones y las secuencias de destrucción parecen perder peso y autenticidad, volviéndose algo artificial y desconectado del mundo tangible de Fury Road.
En cuanto al elenco, Furiosa sufre por la falta de una química tan sólida como la que vimos entre Charlize Theron y Tom Hardy en Fury Road. Anya Taylor-Joy, en el papel titular, no logra transmitir la misma fuerza que Theron, a pesar de sus indudables cualidades actorales. Su interpretación de Furiosa carece del magnetismo y la determinación inquebrantable que definieron al personaje en la película de 2015, y parece más una versión diluida de la heroína que todos esperábamos ver. La comparación es inevitable, y, lamentablemente, Taylor-Joy no logra llenar los grandes zapatos de Theron.
Por otro lado, el villano interpretado por Chris Hemsworth, aunque con un enfoque completamente diferente al de Hugh Keays-Byrne como Immortan Joe, no tiene la misma presencia intimidante. Hemsworth ofrece una interpretación de Dementus mucho más carismática y algo cómica, que en lugar de resultar aterradora, genera más desconcierto sobre qué tono intenta transmitir la película.
Fury Road presentó un mundo post-apocalíptico complejo, vibrante y visceral, que rápidamente se convirtió en uno de los mayores logros cinematográficos de la década. El desierto, los vehículos, los colores y los personajes extravagantes conformaban un ecosistema único y fascinante. Furiosa, por su parte, intenta expandir ese universo pero, en lugar de hacer que se sienta más profundo o detallado, lo diluye. Los nuevos elementos del mundo —como los diferentes grupos de sobrevivientes o las nuevas ciudades— no se exploran con la misma intensidad ni con la misma vitalidad, y por momentos, la película parece estar más interesada en dar un espectáculo visual genérico que en ofrecer una visión rica y compleja de este mundo devastado.
Furiosa no es una película mala, pero es un claro paso atrás respecto a la maestría de Mad Max: Fury Road. La falta de un ritmo acelerado, la menor inventiva en las secuencias de acción, y la subestimación de lo que hizo tan especial al personaje de Furiosa dejan la sensación de que esta precuela podría haber sido algo mucho más ambicioso. En lugar de aportar al universo de Mad Max, Furiosa se siente más como una sombra difusa de su antecesora, incapaz de hacerle justicia a la magnitud de lo que ya se había logrado.
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