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España España · Arroyomolinos
Críticas de Alfred Kralik
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Críticas 11
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
23 de abril de 2024
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como ocurre a menudo, parece que todos y cada uno de nosotros hayamos visto una película diferente: yo he visto menos Frankenstein y más arte y filosofía.

A poco del comienzo ya me evocaba al Candido de Voltaire, al Quijote de Cervantes, al Myshkin de Dostoievski, a la Scout Finch de Harper Lee, al Kaspar Hauser...

Todos ellos espíritus libres, de bondad innata, aprendiendo y creciendo a través de un viaje a lo largo de la curiosidad, de la imaginación o de la geografía. La Bella de Alasdair Gray tiene ese perfil bien, aunque no íntegramente, representado en la película (en el libro algunos personajes quedan peor parados que en la pantalla).

La única referencia a Shelley y su monstruo de Frankenstein es precisamente su inocencia inicial y su respuesta iracunda, llegado el momento, a los males de la sociedad. Asimismo esta el "puzzle" del craneo de Godwin Baxter, que me parece solo decorativo y el hecho de la "frankesteiniana" creación de Bella como justificación de su apertura al mundo desde cero.

Aparte de las alusiones al espíritu libre y al librepensamiento de Voltaire, Leinbniz, Rabelais..., están las fascinantes imágenes de los edificios, los decorados y los paisajes, que evocan el naturalismo, el modernismo, el art déco, art noveau; de Laprade, de Gaudí, de Mucha... También algunas referencias explícitas (me pareció ver la fachada del Palazzo Zuccari en Roma, aunque no se visita Roma en la película).

La extraña música de la banda sonora puede chocar, pero es acorde con las imágenes y además tenemos ese breve y bello fado de Carminho y ese impagable loco baile de salón que no sé por qué me evocó al Último tango en Paris y al Profumo di donna.

Algunos se han quejado del uso-abuso del gran angular y el "ojo de pez". A mi me parece imprescindible para disfrutar de los excelentes decorados y sobre todo esas cúpulas en planos anti-cenitales que tanto me recordaba el uso innovador que hacía Orson Welles en Ciudadano Kane.

En fin: todo pura estética.

Para los que han creído ver apología de la pedofilia, para su tranquilidad yo no lo veo así: metiéndonos en el imaginativo supuesto de lo imposible (un cerebro de bebé en un cuerpo adulto), no olvidemos que ese cerebro infantil se ubica en el cuerpo de una mujer de veinticinco años y los estímulos sensoriales de sus tegumentos y órganos sexuales con sus conexiones neuro-endócrinas podrían hacer madurar aceleradamente el cerebro de ese engendro y ya no sería tan "bebé"; así al menos se representa en la película.

La prostitución no aparece más que circunstancialmente y de una forma provisional como forma de subsistir y de autosuficiencia. Y del feminismo para que hablar.

El resto Lanthimos lo convierte en una historia de amor incondicional: Bella experimenta la vida sin inhibiciones pero se mantiene fiel hasta el final a aquel a quien le ha ofrecido su mano y Max McCandles, otro ser bondadoso (no así en la novela), se mantiene firme en su amor a ella a pesar de los muchos motivos que tendría para rechazarla según los convencionalismos de la época.

Podría extenderme en todo lo demás que de positivo he recibido de la obra, por ejemplo el excelente trabajo de Emma Stone, pero de eso ya se ha escrito mucho y ya está bien por hoy.

El título de esta crítica se lo dedico a los que, tal como figura en la expresión matemática, se den por aludidos.
Alfred Kralik
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8
18 de abril de 2022
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pica es un relativamente extraño desorden de la conducta alimentaria conocido desde hace tiempo, pero mal definido en cuanto a causas y evolución. El nombre procede por similitud al comportamiento alimentario de la urraca (nombre científico: Pica pica).

El director apuesta fuerte al tratar de explicar en la pantalla lo que de por si resulta difícil de explicar a la propia ciencia. Por más absurda que parezca la historia, casos como este son reales; de hecho, el guion está inspirado en el que afectó a una abuela del propio director.

La película cobra verosimilitud porque la protagonista tiene el perfil del individuo en quien con mayor frecuencia puede aparecer este desorden: antecedente de trastorno o trauma psíquico y embarazo.

Ella es el fruto de un acto de violación y por ello es más que probable que padezca la impronta de un ser no deseado; rechazado. Su padre biológico acabó en prisión y el único motivo para que su madre no abortara es el ser "una tarada religiosa de derechas"; dice su propia hija.

Está embarazada y hay una escena en la que ella muestra un rostro de grave preocupación en contraste con la alegría desbordante del marido.

El marido y la familia de éste son unos capullos y no hacen una a derechas, pero ella tampoco es que se lo ponga muy fácil. Aunque es verdad que no sabe por qué hace lo que hace, solo que la hace sentir que controla, pero también está claro que cada vez es más peligroso.

Tal como sucede en los casos reales, la pica en el embarazo parece responder al impulso biológico a ingerir sustancias que convencionalmente no son alimentos ante algún tipo de carencia nutricional; normalmente hierro y/o zinc. Pero esa práctica, llegados a cierto punto puede ser ambiguamente tan perjudicial como beneficiosa.

Todo este planteamiento con sus pormenores y peculiaridades queda bien expuesto al entendimiento, si bien es verdad que se entiende mejor tras haberse documentado mínimamente sobre la pica y sus circunstancias.

En resumen: 93 minutos de una buena puesta en escena, con muy oportunos insertos, que Haley Bennett consigue que para nada se me hayan hecho largos ni pesados, y las escenas que se repiten, lo hacen en la justa medida para crear el ambiente del progreso del trastorno.

Sigo en spoiler.
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Alfred Kralik
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10
18 de abril de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi esta película hace casi un año, pero, tras más de 120 aportaciones, llega tarde mi crítica. Lo que tiene de bueno es que, diga lo que diga, es difícil que incurra en spoiler.

Para la genialidad de Hopkins estaba preparado. Sin embargo, me ví gratamente sorprendido por las intervenciones de las dos Olivia. A la Colman tuve oportunidad de disfrutarla en Tyrannosaur (Redención en España) en un papel mucho más duro, y a la Williams en The Ghost Writer de Polanski (El Escritor en España) en un papel antagónico del que interpreta en esta. El resto de actores ingleses están perfectos.

Bien elegido el escenario de ese piso atemporal que igual podría ser el moderno piso de la hija como el antiguo piso del padre. Igualmente bien elegida la banda sonora.

Se han barajado muy diversas definiciones del concepto de enfermedad y de enfermo casi todas ellas adoleciendo de desacierto o incompletitud. Una de ellas dice que "enfermo es aquel que padece y hace padecer a los demás". No hay otra enfermedad que mejor se adapte a esta definición que el Alzheimer o cualquiera de las variantes de demencia.

Debido a eso, si te ves implicado, es fácil que termines compadeciendo más al cuidador que al enfermo: "el enfermo no se entera de nada el pobre". La película intenta una aproximación al horrible estado de confusión en que se encuentra inmerso el enfermo: "nonsense"; disparate, lo nombra en varias ocasiones el protagonista. De ahí que en algunas críticas la hayan definido como una película de terror.

No suelo puntuar de 10, pero en esta ocasión me he dejado llevar por el sentimentalismo, porqué al final de la película Zeller con Hopkins y Williams nos presenta sabia, justa, bella y magistralmente lo único que vale para abordar esta terrorífica enfermedad cuyas consecuencias se conocen sobradamente, pero de la que no se saben a ciencia cierta las causas y, por tanto, no se puede prevenir ni curar: LA PIEDAD.

Una imagen de La Piedad, ante la peor forma de muerte imaginable, que no desmerece las de MIguel Angel, Gregorio Fernandez, Bouguereau...
Alfred Kralik
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8
17 de abril de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poesía visual.

El relato homónimo de Poe, sobre el que los autores de la película aseguran haber realizado una adaptación libre, se presta a diversas interpretaciones. Sobre lo único en que parecen coincidir todos los que han llevado a cabo dicho empeño es en que el mensaje que contiene gira alrededor de la dicotomía multitud-soledad.

Con la película sucede lo mismo, aunque el mensaje aquí se transmite casi exclusivamente de forma gráfica en lugar de literaria. No hay prácticamente diálogos, solo la letra del par de canciones de la banda sonora es aún más explicita que las imágenes.

El formato cuadrado contribuye a sentir que no estamos viendo sino inspeccionando lo que ocurre al otro lado de un ventanuco; de una mirilla. Solo con que el formato hubiera sido algo redondeado; redondo del todo, nos parecería mirar a través de un catalejo o un microscopio. Escudriñamos, como en el relato a la par que escudriña el narrador.

Juvenal es un diligente conductor del metro, es un muermo, pero su aspecto tranquilo y bonachón, como un profeta o un predicador, transmite relax y paz. Necesita sentirse rodeado del "calor" de la multitud y observarla, pero manteniendo la suficiente distancia como para no "quemarse". Un detalle: sube en un autobús prácticamente vacío, y va con paso decidido a sentarse en el asiento de al lado del otro único pasajero.

De modo que cuando está con ella; una bonita mujer, no hay ni una pequeña muestra de sentir algo de atracción por sus encantos y, aunque es un tópico, no hay nada que resulte tan atractivo para una mujer como esa cierta indiferencia.

Margó, una superior de Juvenal, es controladora del metro, está al día en tecnología informática y su tiempo libre lo dedica casi en exclusiva a ella. De hecho, aparece con una férula en la muñeca probablemente por una tendinitis debida al abuso del teclado y el ratón. Se va a casar y a su pareja la ha conocido a través de un chat.

A partir de aquí, según mi criterio, se acaba lo que pueden haber adaptado del relato de Poe y comienza el propio relato cinematográfico. Sigo en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alfred Kralik
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7
15 de abril de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedo explicar porque he titulado así mi crítica sin hacer spoiler (a propósito: ¿podría alguien cambiar el nombre de "Zona spoiler" por "Zona destripe" en honor a nuestra rica lengua?).

Trata sobre el modelo dual dependiente-cuidador.

El título tan anónimo y genérico de la película alude precisamente a eso: la soledad del anciano solo y dependiente, la difícil conciliación de las obligaciones como asalariado, cónyuge y padre con las de hijo responsable, el problemático acuerdo de reparto equitativo de dichas responsabilidades entre los hermanos, viejos cuidando a otros aun más viejos, etc.

Dichas situaciones son tan repetitivas, están tan extendidas, que son igual de anónimas que cada uno de los muertos en carretera o por agresión con arma blanca o... pero ésta se llama Julia y vamos a conocerla.

La película cuida la fotografía, está cargada de imágenes alegóricas y simbólicas (la centrada y simétrica cruz y el calvario como símbolo de "la cruz con la que he de cargar"). Es intencionadamente lenta para hacernos sentir lo atosigante de esa carga; quizá se han excedido en que los diálogos sean también tan lentos (eso sí resulta un tanto cargante).

Sin embargo, el agobio que manifiesta Julia es poco convincente; no se corresponde con el escaso fastidio que demuestra producir una anciana casi adorable (debieran haberla retratado más puñetera).

Para mí Imanol Arias está de más; casi no se le ve y tampoco era necesaria la aparición explícita del personaje que interpreta. Como reclamo era más que suficiente la estrella protagonista.

De todas formas, yo me decidí a ver la película para disfrutar del trabajo de una gran actriz y de eso no he salido decepcionado: El Retrato de Mujer... es de y para Blanca Portillo, tal como queda bien patente en un momento concreto del metraje.
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Alfred Kralik
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