Voy a ir al grano. Es la primera reseña que escribo en FilmAffinity aunque soy asiduo a esta plataforma desde hace muchos años. Y lo hago para avisar aquellos que todavía no han ido a ver “La Sustancia”.
La película no es un Thriller. La película no es una sátira. La película no es una comedia negra. La película es un horror sin sentido alguno.
La primera media hora engaña, es prometedora… Crees que va a plantear el dilema de la eterna juventud, que estarías dispuesto a sacrificar por ella… Pues no. en menos de 30 minutos esta posibilidad se desvanece y se convierte en un despropósito que sinceramente no entiendo a quien puede gustar, exceptuando obviamente a los amantes del gore y las vísceras gratuitas.
Una pena, porque la idea era genial para plantear reflexiones y convertirse en una interesante película de miedo y suspense. Pero se queda únicamente en un triste suspenso.

Recordaba el accidente del vuelo de Spanair ocurrido en el Aeropuerto de Madrid Barajas. Pensaba que recordaba los detalles de lo ocurrido… pero no. Este documental de obligado visionado, pone sobre la mesa muchos detalles que hacen que literalmente se te encoja el estómago de la tristeza y te hierva la sangre de impotencia. Es un relato que pone en evidencia el país bananero en el cual vivimos.
Testimonios, datos, investigaciones… No quiero desvelar nada relacionado con el contenido de estos tres intentos capítulos, pero prepárate para un viaje de angustia y dolor por partes iguales.

Anted de nada he de decir que soy un auténtico fan de los true crime y documentales. Y he de reconocer que se me ha hecho complicado verlo entero sin poder quitarme el nudo en el estómago que me ha producido este trabajo.

Contado en tres capítulos, el ya condenado a 24 años cárcel por abusos sexuales, en un intento sin sentido y difícil de explicar, le pide al director Carles Tamayo contar su vida y tal vez así limpiar su imagen…

El resultado es realmente bueno, a la vez que indignante e impactante. Como es posible que una persona condenada en firme por abusos sexuales a niños esté libremente paseando por nuestro país? Que tipo de justicia nos protege? Víctimas que tiene que taparse la cara y un condenado hablando libremente durante meses en un documental?

La verdad es tan cruda que dan ganas en ciertos momentos de apagar la televisión. Un monstruo que según van pasando los capítulos se va viendo la repugnancia de este individuo.

El trabajo es de un notable resultado y de gran interés periodístico. Enhorabuena.