Rigor histórico inexistente hasta extremos que rozan el ridículo (por ejemplo: los antropónimos romanos como nombre de quienes aún estaban por romanizar, o el concepto de Hispania en boca de quienes eran y se sentían cualquier cosa salvo hispanos, etc.).

Es todo demasiado cutre. Viriato patético, Paulo ridículo. En fin, los personajes distan de ser creíbles.

Vergonzosa.

Una gran película, que nos cuenta una historia de amor creíble y nada cursi (a salvo, claro, la cursilería inherente a todo número musical)i. La interpretación de la protagonista femenina es muy buena. Si acaso pueden ser algo pesados, a veces, los números musicales para quien por no saber inglés tiene que seguirlos leyendo los subtítulos, perdiendo así gozar con la riqueza visual de las imágenes en esos momentos. El final de la película está muy logrado, y quizá sea un de los mejores finales del cine de todos los tiempos.

Acojonante duelo interpretativo: JoanCrawford soberbia, pero Bette Davis roza lo espeluznante.

Y sin embargo no les dieron ningún oscar. Inconcebible. Pero si con una actuación así no te dan un oscar, ¿para qué narices quieres un oscar? Porque queda claro que estás muy por encima del nivel de los susodichos oscares.

No es un drama, es un dramón, con tal dosis de intriga que roza el terror psicológico.

Preciosa.

Las imágenes son bellísimas. A cada momento más bellas si cabe.

El colorido de ropajes y paisajes es de ensueño.

Cierto que el argumento parece un "cuento chino"; ¡¡pero es que es un cuento chino!! Precioso, por cierto.

¿Es una película de artes marciales? Yo más bien diría que es una hermosa historia de amor.

Quizás el nueve que le doy sea algo excesivo; pero es tan linda que darle un ocho me sabía a poco.

Lo siento, pues habrá quien se escandalice, pero me gusta más que El Padrino. En realidad, es la película que más me ha gustado en toda mi vida. Acción, amor, ternura, sexo, amistad, traición, escenas entrañables y una banda sonora maravillosa. Posiblemente, de saber que me llega el fin, decidiría abandonar este mundo viéndola por última vez, y después fenecer tranquilamente con la sonrisa de Robert de Niro tumbado tomando opio.