Cuando leí la (Una chica hindú persigue su sueño, ser futbolista, a pesar de la oposición familiar) me imaginé el clásico pastelón con una pobre chica lloriqueando y dando discursos emotivos sobre la libertad para acabar rápida y previsiblemente.

Pero no, estaba muy equivocada, y ahora es una de mis películas favoritas.
Tiene un reparto joven y, por entonces, desconocido(Ahora ya nos suena de algo Keira Knightley o Jonathan Rhys.Meyers,¿no?), que resulta fresco y natural , una buena banda sonora,trata lel tema del choque cultural sin caer en lo demasiado manido o melodramático y tiene algunos diálogos y situaciones muy inteligentes y divertidos.

En un futuro aterrador a lo "1984" o "Un mundo feliz", donde el autoritarismo paternalista de la clase política (corrupta y manipuladora hasta extremos repulsivos) ha convertido la libertad en una farsa, un hombre enmascarado es capaz de cualquier cosa para derrocarla.

En el aspecto técnico, ninguna pega: Fantástica Natalie Portman, un Hugo Weaving que no necesita mostrar su rostro para emocionar, y un montón de secundarios de lujo: Stephen Fry, John Hurt…El ritmo es trepidante, a ratos hipnótico y, a pesar de las limitaciones de ser una adaptación de una novela gráfica tan extensa, la subtrama política está bien narrada.

Aún así, se trata de una película muy dual, o te encanta o la odias. ¿Por qué? Porque V no es un héroe de nobles motivos, es un ser vengativo y sin escrúpulos. Y sin embargo, no puedes sino desear que triunfe. Plantea el dilema que tan fantásticamente explora la serie Dexter: ¿Es un buen hombre haciendo cosas malas, o un mal hombre haciendo cosas buenas? ¿Héroe, o terrorista? Eso queda para el espectador. Hay quien opina que es partidista y se posiciona claramente a favor de V. Yo no lo veo así: Nos muestra su cara más amable, la del héroe apasionado y culto, pero también su lado oscuro, su rabia y su ausencia de moral