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España España · Valencia
Críticas de Asunmoya
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
8
26 de octubre de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película comienza con dos escenas sin coherencia narrativa aparente, pero que representan a la perfección el motor de la vida de la pareja protagonista: el culto a los grandes iconos de la literatura y el pensamiento. En la primera Nathalie (Isabelle Huppert ) y su marido, ambos profesores de filosofía en París, visitan con sus hijos la tumba del escritor Chateaubriand en Saint-Malo. En la segunda Nathalie se enfrenta a los alumnos que protestan en la puerta del instituto contra la reforma educativa porque impiden el paso a quienes quieren entrar a su clase. Los alumnos la interpelan: “¿Y usted no dice nada? ¿No se siente aludida?” “No he venido para hablar de política, estoy aquí para enseñar a quienes les interese”- responde Nathalie, que en su juventud repartía panfletos del partido comunista. De vuelta al aula la profesora les pide reflexionar sobre un pasaje de "El contrato social": “Si existiese un pueblo de dioses, sin duda se gobernaría democráticamente. Un gobierno tan perfecto no conviene a los hombres” Estas palabras de Rousseau se acomodan bien al momento de desencanto en el que ha entrado la protagonista, los principios ideológicos que hasta el momento han sostenido su vida se tambalean. Empieza para ella un viaje del intelecto a la emoción.

Se tambalea su vida personal a partir del momento en que su marido la abandona. Pero incluso en ese momento sigue sujeta a los pilares de la razón que hasta entonces han sujetado un equilibrio que no era perfecto. Los libros de los filósofos que la pareja adora ocupan en sus vidas un lugar más importante que los sentimientos. Nathalie observa los estantes donde faltan un buen número de libros de culto de su marido y una nota que éste ha dejado para ella antes de abandonar el hogar. Le pide que le guarde un libro de Schopenhauer que no ha conseguido encontrar. Sorprende la reacción de la protagonista, en lugar de dar rienda suelta al dolor, se queja de que su marido se ha llevado algunos de sus libros preferidos.

Incluso en otro duro trance de su vida, el entierro de su madre, la filosofía tendrá un lugar prominente. Podemos ver que Nathalie despide a su madre con unas palabras de un libro que sostiene en sus manos, "Pensamientos", de Pascal. No recuerdo el fragmento leído, pero es significativo que eligiera al filósofo que afirmaba “el hombre no es más que un junco, el más débil de la naturaleza, pero es un junco pensante”

Nathalie es un junco pensante que ve desmoronarse también el edificio del prestigio que había adquirido en su vida profesional. La editorial que publica sus libros la relega en favor de autores que se avienen mejor a las nuevas exigencias de modernidad y de divulgación. Y acaba por derrumbarse también la admiración que su alumno preferido le profesaba cuando éste le reprocha la incoherencia que existe entre sus ideas y la vida burguesa que lleva.

La música acompaña en la película ese camino de la protagonista del intelecto a las emociones. Cuando Nathalie, tras separarse, emprende un viaje al campo con su alumno se escucha en el coche una pieza nostálgica de Schubert, "Auf dem Wasser zu Singen". Pero inmediatamente pasa a escucharse una canción más alegre y desenfadada de Woody Guthrie, "Ship In The Sky", y ya en el final de la película la emoción se hace presente cuando la protagonista canta a su nieta mientras la mece en sus brazos "À la claire fontaine", una preciosa y tierna canción popular francesa. El porvenir se cierra con la calidez de "Unchained Melody", que presagia para Nathalie un futuro más hermoso con menos lugar para el pensamiento.
Asunmoya
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7
13 de noviembre de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la primera parte de la película el protagonista, Daniel Mantovani, que acaba de recibir el Premio Nobel de Literatura, acepta una invitación que llega desde su pueblo natal, Salas, en Argentina , donde será nombrado “Ciudadano Ilustre” Se encuentra en un período de sequía literaria y de negativismo. Ha rechazado y cancelado múltiples eventos literarios de más altura, pero por un impulso quizá nostálgico decide volver al lugar del que huyó cuarenta años atrás.

Se trata de una cinta de metaficción (no justificaré por qué para no desvelar el final de la trama) en la que Andrés Duprat reflexiona sobre el papel de la literatura y el oficio de escritor, sobre lo que se espera de quienes son laureados por sus obras y la desmitificación.

Desde que Mantovani es recogido a su llegada a Argentina en un coche destartalado que lo llevará hasta su pueblo se inicia la desmitificación del personaje al que quieren homenajear. Tras pincharse una rueda el propio escritor arranca unas páginas de una de sus novelas para encender una hoguera y más tarde, el conductor utilizará también algunas hojas del mismo a modo de papel higiénico. La desmitificación viene por tanto de sus paisanos y del propio escritor.

A su llegada a Salas, Daniel se encuentra con un pueblo que continúa siendo tan atrasado como cuando él lo abandonó (es interesante el paralelismo que se establece entre las tres averías que se producen en vehículos que utilizará Mantovani y el atraso del lugar)

En el pueblo recibirá los elogios del intendente, que lo presenta como al prócer de la localidad. Junto a los honores que recibe en los distintos actos que se han organizado con motivo de su visita, empieza a sufrir también el desprecio de quienes se sienten ofendidos por la visión denigrante que el autor vuelca en sus obras sobre el lugar que lo vio nacer. Incluso quienes en principio le muestran una estima aparentemente sincera van dejando aflorar con brutalidad el rencor hacia aquel convecino a quien no perdonan su huida ni su éxito.

A pesar de todo, Daniel Mantovani se mantiene firme en sus convicciones, en su derecho a denunciar la mentira y el oportunismo, en reivindicar la libertad del escritor para retratar su vida y la del entorno en el que vivió su infancia y su juventud aun cuando sea para denigrarlo. Y sostiene que con respecto a un autor sólo cabe una valoración artística y no ética.

La película presenta lo que esperamos del buen cine argentino, unos personajes redondos, llenos de matices y de profundidad psicológica ( que los actores, especialmente, Óscar Martínez -el protagonista- y Daddy Brieva – Antonio, saben defender muy bien) , así como interesantes reflexiones no solo sobre la literatura, sino también sobre los límites entre la realidad o la ficción o incluso sobre la inutilidad de revisitar aquello que en el pasado rechazamos.


Es muy interesante también el giro inesperado del final de la trama que nos hace precisamente preguntarnos hasta dónde llega la realidad y dónde la ficción. No pierdan de vista la flor amarilla que recoge el escritor de la tumba de sus padres y guarda en un cuadernillo. Tal vez ahí tengamos una pista.
Asunmoya
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7
23 de octubre de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me decidí a ver la película ( a pesar de que huyo de las películas con monstruos y todo tipo de seres fantásticos) tras la emisión en un telediario de una pequeña entrevista a algunos espectadores que habían asistido a la proyección. Todos respondían emocionados y con lágrimas aún en los ojos que la película de Bayona era bellísima, que no tenían palabras para describirla.

Es de entender ese aluvión de emociones que la película provoca en espectadores de cualquier edad, adultos, jóvenes, adolescentes. Una lectura literal de la historia contada por Patrick Ness y adaptada maravillosamente por Juan Antonio Bayona nos acerca a los miedos de la infancia, a esos monstruos que perturbaban nuestro sueño y de los que, incluso alcanzada la edad adulta, no conseguimos liberarnos.

Connor O´Malley, un muchacho de trece años, demasiado mayor para ser un niño y demasiado joven para ser un adulto – como explica el narrador, se despierta cada noche a las 12.07 por causa de una pesadilla que lo atormenta. Una noche un monstruo gigantesco nacido del tejo que puede contemplarse desde su ventana irrumpe en sus terrores nocturnos para contarle historias a las que Connor no encuentra ningún sentido. El gigante enfrentará al niño a sus miedos: la enfermedad de su madre que lucha contra el cáncer, el acoso que sufre en el colegio al que no sabe poner freno.

Tras ese plano literal, que despierta en el espectador una sensación de dolor e impotencia, se esconden en la película grandes cuestiones trascendentales que han preocupado al ser humano desde el principio de los tiempos: el conocimiento de la verdad, la dicotomía entre el bien y el mal, la culpa, el castigo...

El tejo milenario del jardín podría ser un trasunto del bíblico árbol de la ciencia del bien y del mal. El gigante-árbol empuja a Connor a buscar en su interior, a descubrir las causas de su tormento. A medida que el niño se aproxima a la verdad , su carácter sumiso se desvanece, su ira va creciendo y estallando en un torrente de destrucción que lo lleva a la culpa. Por querer conocer Adán y Eva fueron expulsados del paraíso. El descubrimiento de Connor le abrirá la entrada a una edad adulta a la que accede, tristemente, demasiado pronto. La verdad se muestra en toda su extensión cuando su abuela le entrega la llave de la puerta por cuya cerradura él buscaba antes descubrir los secretos de una habitación cerrada.

Adán y Eva fueron castigados, como lo fue Caín tras matar a su hermano Abel. Connor no puede entender que en las historias del gigante los malvados vivan una vida feliz,que los bondadosos cometan actos de maldad. “En todos nosotros se encierran el bien y el mal”- le responde el monstruo. Pero el niño no entiende por qué no es castigado cuando destroza todo aquello que encuentra a su paso. Del mismo modo que en Caín las semillas de la violencia contra su hermano fueron sembradas por los constantes elogios de los padres hacia Abel y el desprecio de los sacrificios del hijo labrador por sacar adelante la cosecha, Connor, el hijo que cuida de las tareas de la casa abnegadamente mientras su madre está postrada en la cama, sólo se revelará ante la incomprensión y los reproches de su abuela, ante la invisibilidad con la que le amenaza su compañero. Ya no te golpearé más, a partir de ahora serás invisible, eso te dolerá más – le dice.
Ante este arranque de ira tampoco es expulsado del colegio y de nuevo el muchacho pregunta por qué no lo castigan. Caín fue condenado a no morir mientras quedaran sobre la tierra hombres que hubieran conocido su felonía. Al no ser castigado, Connor tiene que sufrir la peor carga de todas: la tortura de la propia culpa.

Una vez más Juan Antonio Bayona ha volcado el universo de sus miedos infantiles en su cine, como lo hizo en “El orfanato”. “Yo de pequeño pensaba, y esto es cierto, que iba a venir Jack Nicholson en El Resplandor, e iba a entrar con un hacha en mi habitación y me iba a degollar... Esto lo pensaba. Pero cuando tenía siete u ocho años. Yo creo que por eso me gusta tanto el cine de terror, porque es una manera de superar esos miedos" -comenta el joven director en una reciente entrevista. Pero la cinta va mucho más allá. Nos cautiva la belleza del mundo onírico de las historias relatadas por el gigante, la energía vital que surge del tejo, árbol sagrado en el mundo celta. Nos enseña a rechazar el maniqueísmo: nadie es totalmente bueno, ni totalmente malo. Pero, sobre todo nos invita a buscar la verdad, que aun cuando nos produzca un enorme sufrimiento, siempre nos hará más libres.
Asunmoya
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6
23 de octubre de 2016
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VIAJE A ITALIA


Los actores Steve Coogan y Rob Brydon realizan un viaje a través de diferentes regiones de Italia con el propósito de conocer la gastronomía italiana. Visitarán seis restaurantes y el resultado de sus experiencias lo volcarán en un artículo que les han encargado.

Este es el contenido argumental de la película de Michael Winterbottom en la que los protagonistas aparecen como ellos mismos. Los dos amigos aprovechan los desplazamientos en coche y las comidas en torno a una buena mesa para realizar imitaciones de sus ídolos del cine, para evocar escenas de películas míticas. Se pierden en una verborrea que resulta en algunos momentos agotadora para el espectador..

Es en cierto modo una película que por querer abarcar demasiado se queda en nada.

Podría ser una interesante road movie, pero lo que esperamos de este tipo de cintas, como el crecimiento personal, el descubrimiento del compañero de viaje, una transformación vital de importancia, aquí no lo encontramos. No se trata de personajes redondos como lo serían las maravillosas Thelma y Louise. El espectador, al menos yo, espera que algo ocurra, pero llegamos al final de la cinta sin que nada trascendente suceda. Hay algún conato de reflexión sobre la propia existencia que se difumina en el constante alarde de ingenio del que quieren hacer gala los dos protagonistas.

Podría hacernos pensar en esos personajes parlanchines de Woody Allen. En absoluto, los atormentados personajes del genial director vomitan en sus palabras todas sus paranoias, sus frustraciones y consiguen que el espectador llegue a la catarsis liberadora de sus propios problemas personales.

Podría haber sido un himno a los placeres que nos procura un sabroso manjar acompañado de un buen caldo caldo. Tampoco lo es. Los dos amigos hablan y hablan sin descanso, sin apreciar apenas los exquisitos platos que se les presentan con esmero y gusto ante su ojos. !Qué lejos están de la sensualidad rebosante de algunos de esos seres que devoraban la vida en cada bocado de películas que nos hicieron sentir y desear: El festín de Babette, Como agua para chocolate, Chocolat, The lunchbox!

La película ha recibido, no obstante valoraciones muy positivas de los espectadores. No es de extrañar, por otra parte. Las imitaciones de Steve Coogan y Rob Brydon son en general graciosas y en algún caso muy atinadas, Rob Brydon borda la de Hugh Grant. Hay referencias constantes a películas que ya pertenecen a nuestro imaginario cinematográfico como Vacaciones en Roma o El padrino, entre otras. Los paisajes idílicos de Italia son un filón que el director aprovecha para seducir al espectador. ¿Quién no querría sumergirse en las límpidas aguas de la costa amalfitana?

Hay buenos ingredientes para cocinar un buen plato con fundamento, pero al terminar la película tuve la sensación de que sólo me habían servido el aperitivo.
Asunmoya
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