La historia intenta ahondar en muchos de los aspectos de la vida de los adolescentes actuales, sin profundizar o abordar con claridad algún aspecto determinado. Entretiene y sirve para pasar el rato, además de ver a Demie Moore en una faceta de una madre soltera desenfocada que le queda bien y la aun no convincente Miles Cyrus buscando desligarse del fantasma de Hanna Montana. En algunos momentos emocionará a los adolescentes que buscan identidad.

Los motivos para ver esta película son diversos; la pasión por el fútbol, el hecho de ser una animación latina de alta calidad técnica, el equipo director- guionista (El secreto de sus ojos) y que es basada en un cuento de Fontanarrosa son suficiente para pagar la entrada al cine. No obstante, la pasión futbolista y literaria se ven un poco opacas en momentos cuando los diálogos parecen divagar o distar del hilo conductor del film, sin embargo sorprende la calidad de la animación y la crítica que subyace al fútbol como espectáculo netamente comercial (un negocio) contrapuesto a la pasión insondable que caracteriza al hincha latino de barriada, es esto lo que en realidad se jugaba en el partido final. Esperaba más, pero es una excelente opción para la consabida cartelera de cine animado que tenemos.

Creatividad es el hilo conductor de esta película, que combina - aparentemente - la trama de cualquier saga de superhéroe con un conjunto de clichés premeditados donde lo uno y lo otro se deja ver como a propósito y satírico resultando en una historia que no se olvidará fácilmente. Cada escena resulta predescible al principio pero inesperada de repente, descrestando con una muestra de creatividad inspiradora. Vayan a verla.

Parece que al cine mexicano actual, en especial la comedia, se le olvidó la grandeza de sus inicios y se enfocó en llevar a la pantalla grande enredos melodramáticos de la pantalla chica. Esta película en un buen ejemplo de ello, agotadora la trama que sucede en una noche de discoteca totalmente desligada a la idea del titulo y de la escena introductoria. No va más allá de cualquier capítulo de una telenovela juvenil a las que nos tiene mal acostumbrado el país azteca.