Esperaba poco de esta película. Había visto el trailer y me hice una falsa idea de lo que podía ser. Así que me la enchufé con un bol de palomitas esperando pasar un rato de pensar poco y/o echarme una medio siesta pero Oh! SORPRESA!

Quitando algún diálogo medio tontuno y la desubicación que producen las primeras secuencias resulta un film delicioso e inspirador. Buena idea, engranaje perfecto, impecable ejecución y un final brillante que dejará a los espectadores totalmente satisfechos.

Recomendaría esta película a las personas que sufren de insatisfacción, ansiedad o depresión. Yo estoy bien (al menos creo que tengo una vida plena) y, aun así, se me encendió una luz maravillosa, una luz vital que me decía:

"¿A qué esperas? El mundo es tuyo!. Cualquier cosa que desees está en tus manos. Nunca dejes de soñar y nunca pares de moverte y de disfrutar y disfrutar de todo lo que te ofrece la vida!... ¡Eh, chica, tienes el mundo entero a tus pies!"

Así que pasé el resto del día soñando y sonriendo, como si estuviera enamorada. :) Qué cosa tan dulce, Ben!

Circula por ahí un vídeo real donde una mujer descuartiza a un caballo vivo, lo hace lentamente y el caballo sufre una agonía indescriptible. Leí sobre este vídeo pero no tengo ningunas ganas de verlo: No necesito vivir esa experiencia porque ya me puedo hacer un idea del sufrimiento y el horror. Sin embargo, habrá gente que querrá ver ese vídeo: lo mismo pasa con funny games.

Al que le guste deleitarse con el dolor ajeno encontrará en este film una experiencia feliz. Las mentes sensibles, en cambio, acabarán angustiadas preguntándose porqué narices no han elegido otra película para pasar el rato.

Haneke parece saber lo fácil que resulta generar morbo y angustia recreándose en el dolor extremo. A víctimas más inocentes, a más dolor y a más retorcimiento y recreación en los matices sórdidos de la tortura mejor.