Música perfecta, imágenes indelebles, actuaciones acordes e incluso precisas, Kubrick filma aquí una de sus mejores obras, quizás la más lograda y la más hermosa visualmente y la más tierna; sobresaliente, sobresaliente, es una película impagable. La tecnología es evidentemente superior en estos tiempos, el tratamiento visual es también superior, los directores de hoy tienen mayores recursos y facilidades, pero Kubrick ha sido un genio y esta película ha añejado hasta nuestros días como el mejor vino.

Enigmática, tensa hasta perder los nervios, Kubrick nos deja una obra de una lectura no tan fácil, se puede ver muchas aristas y muchas direcciones: ¿es una historia de la infidelidad conyugal o una denuncia sobre las costumbres 'secretas' de algunos poderosos? Se han dejido muchas historias relacionadas con la misma e incluso asociándolas con la posterior muerte de Stanley. Es una película que logra enriquecerse y hacerse más densa cada vez que se la ve.

Asombrosa película, aparentemente distante al espectador, posee una belleza y precisión que, sinceramente, no podría equiparar así de fácil con otra obra; es junto a Barry Lyndon lo mejor que ha hecho.

Es la primera gran película del tío Stanley. Divertida, polémica, inteligente, no hay minuto que sobre y que quede redundante, podría ser incluso perfecta. Sobresaliente la performancia de Peter Sellers en tres personajes de alto contraste: realmente de admirar.