Ha sido una grata sorpresa el encontrar a actores tanto archiconocidos a nivel internacional como a otros más del "estar por casa europeo", como la actriz francesa de "Je vais bien, ne t'en fais pas", Mèlanie Laurent (que sigue esa linea dramática), así como al alemán Daniel Brühl.
Contenido interesante del argumento y de las historias. Cada trama es como una pequeña película insertada en la principal, donde dentro de un estilo que hace de base constante, cada una adquiere una personalidad propia. De hecho, Tarantino da un trato bastante "light" respecto a películas anteriores y a lo que podría haber hecho por el marco en el que la ambienta. Vamos, que a los que no les guste Tarantino por las escenas bestias, esta película la pueden ver bastante relajados pero sin dejar muy lejos el cojín...
En cuanto a los personajes, hay caracterizaciones espléndidas pero otras dejan demasiado que desear y quitan encanto a la película resultando ridículas (véase al esperpento de Hitler).
El juego con la cámara da planos que son puro arte. En general, tiene escenas y planos sublimes.
La música que ha tomado Tarantino de su repertorio personal, es más que acertada. La música en sí es chapó. En su fusión con la trama potencia al máximo exponente las impresiones dadas. Es decir, que la música viene a ser tan obra maestra y característica como las bandas sonoras a las que nos tiene acostumbrados Tarantino.