Todas las críticas que he llegado a leer sobre esta película son buenas, ni una mala, es increíble tal unanimidad. Por supuesto a mi me encantó, como todo lo que hace Ricardo Darín. A todos sus personajes les imprime una naturalidad asombrosa, como si no estuviera actuando. Resulta curioso después de aquel maravilloso Benjamín de “El Secreto de sus ojos” verle encerrado en un tipo solitario y malhumorado pero con buen fondo. Por otra parte, los argentinos son unos maestros contando dramas salpicados de humor.

Es una película que puede encajar en el género de comedia romántica al que nos tiene tan acostumbrados el cine americano. Es un género que normalmente no me gusta pero que muy de vez en cuando lo veo, previamente mentalizada para ello.
Por eso esta película me resultó entretenida porque tampoco pretende nada más que eso. Con algunas situaciones que nos pueden resultar familiares y nos sacan al menos una sonrisa. Destacando sobre todo la actuación de sus dos protagonistas Adriana Ugarte y Hugo Silva al cual agradezco haya dejado de mostrar sus abdominales que tanto lució en la serie Los hombres de Paco para podernos centrar en su interpretación. Papel que ha dejado a sus otros 2 compañeros de reparto que de momento no aspiran a nada más que a lucir cuerpos, por otro lado espléndidos.

Decepcionante. Me encanta el cine argentino por eso fui a verla, casi nunca me decepciona sobre todo los actores que suelen ser excelentes pero en este caso debo decir que me aburrió soberanamente. Sé que la película, si la analizas, tiene trasfondo y mensaje pero me resultó tan sumamente tediosa que soy incapaz de sacarle más jugo. Los personajes me caían fatal, no se salvaba ninguno. Y la mayor parte del tiempo pensé si de verdad iba a pasar algo más, con la esperanza de que la historia mejorase, pero no fue así.