Películas como esta no se ven todos los días, Gaspar Antillo no busca el camino fácil, no es un cliché más, no es un film para justificar gastos y alimentar a un público que consume sin cuestionar, es un proyecto personal donde se nota el esfuerzo en cada escena, en cada plano, en la totalidad del guion que ésta finamente construido, retoma elementos esenciales del lenguaje cinematográfico, del protagonista Jorge García (Memo) es absurdo no empatizar con su personaje y actuación prodigiosa “Nadie sabe que estoy aquí” no pretende más de lo que es, aunque considero esta menos valorada de lo que se merece.

Como mexicano, católico, universitario de corte positivista y padre de una hija, este film me resulto en más de un sentido incomodo de ver, pero que sea incomodo no significa que sea "malo" y que se deba censurar, no promueve, ni juzga, se limita a exponer una cara de la realidad social que no ha todos nos gusta ver y es más fácil justificarse, lavarse las manos, ofenderse, mirar hacia otro lado o tratar de sepultar este film y a su directora, ¿a quién hay que revisar, al artista, a la obra, al espectador o a la realidad misma que es la que se plasma?; "Mignonnes" no endulza la mirada, destapa lo que se pretende ocultar en el armario.