Me mostré bastante reticente a la hora de decidirme por ver El hobbit, puesto que no acababa de entender como de un libro tan pequeño pudiesen hacer una trilogía tan densa como en El señor de los anillos. Pese a las bajas expectativas que tenía con esta película, pese a las advertencias de que no me gustaría, la curiosidad pudo conmigo. Y las expectativas eran bajas, pero esta película las bajó al inframundo.
Acepto que tiene buenos efectos especiales (que por otra parte, con tanta modernidad tecnológica están eclipsando el poder de un buen guión), acepto que es una adaptación y por ende, hay cambios respecto al libro, acepto que El señor de los anillos es una obra maestra difícil de igualar, y por eso inflo un poco la puntuación.
No me declaro fan de Tolkien, me gustan sus libros, si, pero no soy capaz de ver esa "genialidad" de la Tierra Media de los que muchos hablan y hacen a esta película tan espectacular. Puedo decir que me encanta ver en pantalla el mundo de Tolkien, pero eso también lo vimos en El señor de los anillos, y no fue eso lo que la hizo buena.

El hobbit, dejando de un lado que es poco (y por decir poco ya digo mucho) fiel al libro; es aburrida, extensa hasta el agotamiento y sin ningún atractivo más que el visual. El guión, más que adaptado al libro, parece una triste precuela del Señor de los anillos para que el espectador pueda obtener algunas respuestas a las preguntas que le dejó la trilogía anterior. Y todo eso en conjunto, hace de ello una película tediosa y soporífera, en el que solo esperas ver las grandes escenas como la de los trolls y la de gollum (que, como era de esperar, decepcionantes). No me veo con fuerzas para ver las siguientes entregas para llegar a Smaug y la batalla de los cinco ejércitos, después de esto, me la guardo en mi imaginación.

Mi humilde opinión en general pues, es que por mucho que Peter Jackson idolatre a Tolkien a y sus obras, esta vez el dinero y la codicia le han cegado. Podría haber hecho una obra de arte con sacar una sola entrega, porque ya demostró que puede. Sin embargo ha decidido hacer como otros tantos y venderse, y perder así su valía por ganar unos cuantos miles más.