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Críticas ordenadas por utilidad
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6,5
70.372
6
23 de agosto de 2007
23 de agosto de 2007
291 de 438 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinceramente, no me incumbe para nada cualquier aspecto técnico de esta película. Me importa el contexto y me importa Sharon Stone. Y el paso definitivo para hacer una crítica de esta película y no de, por ejemplo, 'Este poli es un panoli', viene dado tras ver escrito el nombre del grupo de hxc melódico 'Bad Religion' con tilde en la o en una crítica de otra película de este mismo director. Confieso que me flipan estos detalles. Del mismo modo también disfruto con el usuario que comienza sus críticas con un "Hola". Joder, este tipo de golpes de humor, muchas veces involuntarios, son de los que me alegran las mañanas.
CONTEXTO: La primera mitad de los 90 se recuerda, fundamentalmente, por una lucha trepidante entre dos grandes amantes de la belleza femenina y por qué no decirlo, de los buenos coños.
En una esquina del cuadrilátero tenemos a Paul Verhoeven, el holandés salido. En sus inicios le gustaba filmar escenas tórridas en películas que no tienen el menor interés, excepto si tu nick es Grandine. Luego le dio por la ciencia ficción violenta y con supuesto mensaje, rollo Desafío Total o Robocop, para volver en los 90 con lo que más le hacía feliz: los chochitos.
En la otra esquina del cuadrilátero tenemos a Andrew Stevens, un "hijo-de" que consiguió, por enchufe, trabajar en algunas películas notables. Al lado de actores de gran talento se dio cuenta que era un paquete... un gran paquete lleno de mierda como actor. Entonces este visionario se puso manos a la obra. Primero, pasando olímpicamente del estrellato y de mejorar como actor, mientras fileteaba con playmates en películas de medio pelo, y más tarde montándose en el dólar como productor de, entre otras tonterías: "Los Elegidos", "Campo de batalla: la Tierra", "El arte de la guerra", "Falsas apariencias" o "Cosas que diría con sólo mirarla".
En 1990, Andrew Stevens estrena, por decir algo de una película que fue directamente a los videoclubs y a las madrugadas de Tele5, 'Obsesión en la oscuridad', que escribe y protagoniza para su propio gozo. En ella, y sus posteriores secuelas, hace de vigilante de seguridad en casas de lujo. En el papel femenino, siempre hay una rubia atractiva sospechosa de haber cometido algún tipo de delito, con grandes dotes para la psicología, la manipulación y el noble arte de follar. Y por supuesto, acaba embaucándole. Son un tipo de películas cuya finalidad es ofrecer carnaza para wankers primerizos o viejos verdes. Y, efectivamente, hacia la segunda mitad de los 90 yo representaba al primer sector, cuando Andrew Stevens se ventilaba a esa gran MILF llamada Shannon Tweed y repetía una y otra vez la misma fórmula con títulos como "Seducción sin límite", "Sueños prohibidos", "Venganza de mujer", etc., casi siempre con sus respectivas secuelas-fotocopias.
-sigue abajo-
CONTEXTO: La primera mitad de los 90 se recuerda, fundamentalmente, por una lucha trepidante entre dos grandes amantes de la belleza femenina y por qué no decirlo, de los buenos coños.
En una esquina del cuadrilátero tenemos a Paul Verhoeven, el holandés salido. En sus inicios le gustaba filmar escenas tórridas en películas que no tienen el menor interés, excepto si tu nick es Grandine. Luego le dio por la ciencia ficción violenta y con supuesto mensaje, rollo Desafío Total o Robocop, para volver en los 90 con lo que más le hacía feliz: los chochitos.
En la otra esquina del cuadrilátero tenemos a Andrew Stevens, un "hijo-de" que consiguió, por enchufe, trabajar en algunas películas notables. Al lado de actores de gran talento se dio cuenta que era un paquete... un gran paquete lleno de mierda como actor. Entonces este visionario se puso manos a la obra. Primero, pasando olímpicamente del estrellato y de mejorar como actor, mientras fileteaba con playmates en películas de medio pelo, y más tarde montándose en el dólar como productor de, entre otras tonterías: "Los Elegidos", "Campo de batalla: la Tierra", "El arte de la guerra", "Falsas apariencias" o "Cosas que diría con sólo mirarla".
En 1990, Andrew Stevens estrena, por decir algo de una película que fue directamente a los videoclubs y a las madrugadas de Tele5, 'Obsesión en la oscuridad', que escribe y protagoniza para su propio gozo. En ella, y sus posteriores secuelas, hace de vigilante de seguridad en casas de lujo. En el papel femenino, siempre hay una rubia atractiva sospechosa de haber cometido algún tipo de delito, con grandes dotes para la psicología, la manipulación y el noble arte de follar. Y por supuesto, acaba embaucándole. Son un tipo de películas cuya finalidad es ofrecer carnaza para wankers primerizos o viejos verdes. Y, efectivamente, hacia la segunda mitad de los 90 yo representaba al primer sector, cuando Andrew Stevens se ventilaba a esa gran MILF llamada Shannon Tweed y repetía una y otra vez la misma fórmula con títulos como "Seducción sin límite", "Sueños prohibidos", "Venganza de mujer", etc., casi siempre con sus respectivas secuelas-fotocopias.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Es en esa época cuando Paul Verhoeven ya está consolidado en Hollywood y cuando ve la luz tras contemplar la antes mencionada 'Night Eyes'. Mete a Michael Douglas de protagonista, un tipo que se parece a Andrew Stevens, tanto físicamente como en su vertiente de follador compulsivo ('Atracción Fatal'), y a una Sharon Stone, que la estaba rompiendo ya con papelones en películas como 'Acción Jackson' (con Carl Weathers, el contrincante de Rocky en las dos primeras partes de la saga) o 'Por encima de la ley' (con Steven Seagal y su repertorio de llaves de judo, aikido, sudoku o lo que cojones practique el gominitas), y que además, ya había trabajado con Verhoeven en 'Desafío Total'. Así que tiene la película casi hecha. Con más presupuesto y la trama algo más currada, pero básicamente el mismo patrón del género que popularizó Andrew Stevens.
¿Es verídico todo esto? Pues seguramente no porque, aunque los datos sí que no me los he sacado de la manga, la hipótesis es fruto de un cerebro curtido a base de mierda de todo tipo, pero en el cual todas las piezas de este -por el momento- cuento chino encajan a la perfección.
SHARON STONE: Olvídense de Kim Novak, Rita Hayworth, Jean Simmons o más recientemente de Jessica Lange, Madeleine Stowe, Joan Severance, Kim Basinger, Rebecca Romjin o Scalextric Johansson. Sharon Stone juega en otra división en la liga de femmes fatales del cine. No tiene rival. Hasta su llegada a las pantallas (y especialmente desde 'Instinto Básico') al pene se le conocían dos estados: flácido y erecto, más el término medio llamado coloquialmente 'morcillón/a'. El siguiente estado es el jodido límite, no me atrevo a ponerle nombre: la zona en carne viva, el músculo que se va quedando sin tejido, el frenillo se va a tomar por culo, el escroto se desgarra como una bolsa del Carrefour cuando metes más peso del que puede aguantar y el vello púbico sale despavorido por temor a que todo explote. Poquísima broma con esta actriz, que ha conseguido, entre otras cosas, que le ponga un 6 a esta gran mojonada de película. En la segunda parte debe andar por los 50 y -aún sacándome unos 25 años- sigue desprendiendo la misma fuerza y el mismo encanto, aunque dicha secuela sea mucho peor que ésta.
Y, tanto en el famoso cruce de piernas, como a lo largo de toda la película, fíjense en sus ojos, en el empuje de su mirada y en cada gesto facial, absolutamente dignos de estudio, que es donde reside toda la fuerza del personaje. Parece mentira que esta crítica haya acabado con una frase así después del rollazo de enfermo mental que he soltado.
¿Es verídico todo esto? Pues seguramente no porque, aunque los datos sí que no me los he sacado de la manga, la hipótesis es fruto de un cerebro curtido a base de mierda de todo tipo, pero en el cual todas las piezas de este -por el momento- cuento chino encajan a la perfección.
SHARON STONE: Olvídense de Kim Novak, Rita Hayworth, Jean Simmons o más recientemente de Jessica Lange, Madeleine Stowe, Joan Severance, Kim Basinger, Rebecca Romjin o Scalextric Johansson. Sharon Stone juega en otra división en la liga de femmes fatales del cine. No tiene rival. Hasta su llegada a las pantallas (y especialmente desde 'Instinto Básico') al pene se le conocían dos estados: flácido y erecto, más el término medio llamado coloquialmente 'morcillón/a'. El siguiente estado es el jodido límite, no me atrevo a ponerle nombre: la zona en carne viva, el músculo que se va quedando sin tejido, el frenillo se va a tomar por culo, el escroto se desgarra como una bolsa del Carrefour cuando metes más peso del que puede aguantar y el vello púbico sale despavorido por temor a que todo explote. Poquísima broma con esta actriz, que ha conseguido, entre otras cosas, que le ponga un 6 a esta gran mojonada de película. En la segunda parte debe andar por los 50 y -aún sacándome unos 25 años- sigue desprendiendo la misma fuerza y el mismo encanto, aunque dicha secuela sea mucho peor que ésta.
Y, tanto en el famoso cruce de piernas, como a lo largo de toda la película, fíjense en sus ojos, en el empuje de su mirada y en cada gesto facial, absolutamente dignos de estudio, que es donde reside toda la fuerza del personaje. Parece mentira que esta crítica haya acabado con una frase así después del rollazo de enfermo mental que he soltado.
9
9 de mayo de 2007
9 de mayo de 2007
101 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este SERIAL canadiense, rodado a modo de falso documental, narra la vida diaria de dos ex-convictos, su "reinserción" en la sociedad y sus relaciones con los miembros del parque de caravanas. Es "especial" por la forma en que se van repitiendo unas constantes. A veces suceden acontecimientos atípicos, sí, pero la gracia reside precisamente en esa reiteración de conductas a lo largo de cada capítulo. Puede que fomente el cultivo y el consumo de marihuana, la ingesta de alcohol, que digan más tacos que en El Gran Lebowski, o que hagan apología de la delincuencia a pequeña escala, de la dejadez, de la inutilidad social... pero hay muchos buenos sentimientos en el fondo. Las escenas y frases memorables se suceden a pesar de la mencionada cotidianidad... no sé cómo explicarlo, tengo una empatía desmesurada por los perdedores natos, qué se le va a hacer... Cada personaje que aparece es pura manteca, no tengo favorito.
JULIAN - el "cerebro", el líder, el más sensato de la pandilla.... aparece en cada plano con un cubata en la mano, esté en la caravana, en la biblioteca, en los juzgados, en el coche en plena persecución o en un tiroteo. Superclase.
RICKY - el bruto, el que la caga siempre, el que se escaquea y echa la culpa a los demás (a Cory y Trevor, fundamentalmente). Cultiva maría, suelta millones de tacos, es más ignorante que Esperanza Aguirre, se calienta a la mínima y su mejor acto como padre fue convencer a su hija de 10 años que debía dejar de fumar usando parches de nicotina.
BUBBLES - el entrañable discapacitado. Como no puede conseguir trabajo, porque tiene más dioptrías que un ejército de Woody Allens, se dedica a robar carritos de la compra, tunearlos y ¿venderlos? Eso dice... y yo le creo porque lleva gafas.
J-ROC - el rapero de 30 años que aún vive con su madre, cree que es negro y se comporta como tal. Acaba siempre cualquier frase con un "¿me entiendes?". Un gangsta de medio pelo, el señor de los trapicheos... aglutina todos los clichés del gangsta rap bajo su blanca piel. Ídolo total.
CORY & TREVOR - éstos van siempre juntos... son los esbirros, los cabezas de turco en todas las fechorías que salen mal, siempre pillan, siempre les mangonean (Ricky, su ídolo y "ejemplo" a seguir, siempre les gorronea tabaco). Adorables empanados.
JIM LAHEY - el supervisor del parque de caravanas. Divorciado de la dueña del parque, de ahí que ostente ese cargo. Ex-policía, borracho... es el azote diario de la pandilla, y se toma su trabajo de mierda como si fuera una mezcla entre el Clint Eastwood de Harry el Sucio y el Al Pacino de Heat.
RANDY - el ayudante del supervisor. Gran devorador de hamburguesas. Va siempre sin camiseta, desnudo de cintura para arriba, mostrando su gran panza, aunque él cree que es guapo. El dúo Lahey-Randy es fundamental en la serie. Carismáticos.
Creo que es la mejor comedia sin risas enlatadas que hay actualmente junto con Scrubs, y un peldaño por encima de Arrested Development.
JULIAN - el "cerebro", el líder, el más sensato de la pandilla.... aparece en cada plano con un cubata en la mano, esté en la caravana, en la biblioteca, en los juzgados, en el coche en plena persecución o en un tiroteo. Superclase.
RICKY - el bruto, el que la caga siempre, el que se escaquea y echa la culpa a los demás (a Cory y Trevor, fundamentalmente). Cultiva maría, suelta millones de tacos, es más ignorante que Esperanza Aguirre, se calienta a la mínima y su mejor acto como padre fue convencer a su hija de 10 años que debía dejar de fumar usando parches de nicotina.
BUBBLES - el entrañable discapacitado. Como no puede conseguir trabajo, porque tiene más dioptrías que un ejército de Woody Allens, se dedica a robar carritos de la compra, tunearlos y ¿venderlos? Eso dice... y yo le creo porque lleva gafas.
J-ROC - el rapero de 30 años que aún vive con su madre, cree que es negro y se comporta como tal. Acaba siempre cualquier frase con un "¿me entiendes?". Un gangsta de medio pelo, el señor de los trapicheos... aglutina todos los clichés del gangsta rap bajo su blanca piel. Ídolo total.
CORY & TREVOR - éstos van siempre juntos... son los esbirros, los cabezas de turco en todas las fechorías que salen mal, siempre pillan, siempre les mangonean (Ricky, su ídolo y "ejemplo" a seguir, siempre les gorronea tabaco). Adorables empanados.
JIM LAHEY - el supervisor del parque de caravanas. Divorciado de la dueña del parque, de ahí que ostente ese cargo. Ex-policía, borracho... es el azote diario de la pandilla, y se toma su trabajo de mierda como si fuera una mezcla entre el Clint Eastwood de Harry el Sucio y el Al Pacino de Heat.
RANDY - el ayudante del supervisor. Gran devorador de hamburguesas. Va siempre sin camiseta, desnudo de cintura para arriba, mostrando su gran panza, aunque él cree que es guapo. El dúo Lahey-Randy es fundamental en la serie. Carismáticos.
Creo que es la mejor comedia sin risas enlatadas que hay actualmente junto con Scrubs, y un peldaño por encima de Arrested Development.

7,5
133.072
5
31 de marzo de 2007
31 de marzo de 2007
156 de 281 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mendieta es un jugador que plantea los lanzamientos de penalty a modo de duelo del lejano Oeste. Mantiene la mirada fija en el portero hasta el último instante para definir hacia un lado u otro en función del movimiento del arquero. Todo fría y milimétricamente calculado.
Pues eso me parece V de Vendetta. Y es que el director, que está más pendiente del espectador, que de su "propia" obra, estima que el camino más sencillo para llegar al público es darle lo que quiere. Y no le falta razón, pero yo como soy un listín, y no precisamente de los telefónicos, pues no me dejo querer.
Héroe anti-sistema. Chica guapa. Frasecitas molonas. Efectos chachipirulis. Crítica descarnadamente telettubesca. Todo perfectamente articulado.
Yo también me considero un héroe cuando me tiro un pedo en el ascensor para que el que se suba a continuación sepa a que huelen mis reivindicaciones. Por no hablar de la inventiva que tengo con las frasecitas: 'los ideales son a prueba de pajas" es mi lema. En cuanto a efectos visuales, tengo un arqueo de cejas brutalmente sugestivo. Y la chica... llevo meses bregando con la validadora nº 3 de Filmaffinity, pero nada.
Pues eso me parece V de Vendetta. Y es que el director, que está más pendiente del espectador, que de su "propia" obra, estima que el camino más sencillo para llegar al público es darle lo que quiere. Y no le falta razón, pero yo como soy un listín, y no precisamente de los telefónicos, pues no me dejo querer.
Héroe anti-sistema. Chica guapa. Frasecitas molonas. Efectos chachipirulis. Crítica descarnadamente telettubesca. Todo perfectamente articulado.
Yo también me considero un héroe cuando me tiro un pedo en el ascensor para que el que se suba a continuación sepa a que huelen mis reivindicaciones. Por no hablar de la inventiva que tengo con las frasecitas: 'los ideales son a prueba de pajas" es mi lema. En cuanto a efectos visuales, tengo un arqueo de cejas brutalmente sugestivo. Y la chica... llevo meses bregando con la validadora nº 3 de Filmaffinity, pero nada.

7,8
158.876
3
2 de abril de 2007
2 de abril de 2007
123 de 233 usuarios han encontrado esta crítica útil
La 'teoría del cultivo' de Gebner dice, a grandes rasgos, que el mundo simbólico de los medios y, en particular, de la televisión, cultiva las concepciones del público sobre el mundo real, con lo que ven el mundo real como si fuera el ofrecido por la televisión, la prensa, el cine, etc.
La 'teoría de los chochitos' de Alvin Straight demuestra empíricamente como las mujeres piensan también con la rajita, y que el flequillo no les deja ver el bosque. Y si llevan flequillo hasta en la rajita, servidor pasa de meter su máquina de talar ahí.
Con esta tontería simplemente quiero poner en entredicho la supuesta sensibilidad y complejidad del género femenino. Siempre se dice que somos más simples, como si todos fuéramos como Poli Díaz, y no es así. Puede ser que en el goal average nos quedemos atrás, pero eso no es malo. Me refiero a que dicha simpleza conlleva una mayor autenticidad de sentimientos. En cambio, tanta complejidad promueve fundamentalmente acciones cerebrales y por tanto, sentimientos poco espontáneos y de profundidad dudosa. Ojalá hubiera menos clones de Amélie y más de la Natalie Portman de Beautiful Girls.
La 'teoría de los chochitos' de Alvin Straight demuestra empíricamente como las mujeres piensan también con la rajita, y que el flequillo no les deja ver el bosque. Y si llevan flequillo hasta en la rajita, servidor pasa de meter su máquina de talar ahí.
Con esta tontería simplemente quiero poner en entredicho la supuesta sensibilidad y complejidad del género femenino. Siempre se dice que somos más simples, como si todos fuéramos como Poli Díaz, y no es así. Puede ser que en el goal average nos quedemos atrás, pero eso no es malo. Me refiero a que dicha simpleza conlleva una mayor autenticidad de sentimientos. En cambio, tanta complejidad promueve fundamentalmente acciones cerebrales y por tanto, sentimientos poco espontáneos y de profundidad dudosa. Ojalá hubiera menos clones de Amélie y más de la Natalie Portman de Beautiful Girls.
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