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Críticas ordenadas por utilidad
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5,6
437
5
5 de noviembre de 2011
5 de noviembre de 2011
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esforzado intento de adaptación del clásico de la literatura del Romanticismo. Rodada en exteriores del norte de España es la historia de amor que surge entre un melancólico profesor de griego y la madre de un alumno.
A pesar del buen hacer de la realizadora, el guión no pasa de discreto, echando en falta escenas que habrían cerrado mejor el círculo argumental. Fría y academicista en ocasiones, acertada en otras, resaltaría el papel del protagonista. Un siempre interesante Eusebio Poncela.
Bella banda sonora y valiente el proyecto de una Pilar Miró que trazaba su camino a contracorriente del cine de su época.
A pesar del buen hacer de la realizadora, el guión no pasa de discreto, echando en falta escenas que habrían cerrado mejor el círculo argumental. Fría y academicista en ocasiones, acertada en otras, resaltaría el papel del protagonista. Un siempre interesante Eusebio Poncela.
Bella banda sonora y valiente el proyecto de una Pilar Miró que trazaba su camino a contracorriente del cine de su época.

8,0
3.086
9
27 de octubre de 2011
27 de octubre de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obviaré los detalles técnicos de sobra conocidos y me centraré en lo principal. "Napoleón" de Abel Gance es, sencillamente, una grandísima película; grande en metraje, grande en lo que comunica al espectador.
Sin embargo, no nos llamemos a engaño. Estamos ante un film que no pretende ser exhaustivo ni fiel a la vida real del corso. De hecho, el teniente de artillería estaba fabricado de un material más prosaíco (nunca disimuló su odio a Francia y trató de encabezar una revuelta independentista en su Córcega natal). Digamos que es el típico personaje que aflora en tiempos convulsos y que cambia de chaqueta según sople el viento... y el dinero. Dicho esto, "Napoleón" de Abel Gance es, ante todo, "la biografía del héroe". Héroe en abstracto, se entiende. Y como tal es impagable.
Sin embargo, no nos llamemos a engaño. Estamos ante un film que no pretende ser exhaustivo ni fiel a la vida real del corso. De hecho, el teniente de artillería estaba fabricado de un material más prosaíco (nunca disimuló su odio a Francia y trató de encabezar una revuelta independentista en su Córcega natal). Digamos que es el típico personaje que aflora en tiempos convulsos y que cambia de chaqueta según sople el viento... y el dinero. Dicho esto, "Napoleón" de Abel Gance es, ante todo, "la biografía del héroe". Héroe en abstracto, se entiende. Y como tal es impagable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Desde la primera escena de la batalla de las bolas de nieve. Con la emoción y el lirismo del águila que se posa en el cañón. Todo revela el idealismo del personaje, sus aspiraciones, su superioridad forjada en la soledad de una lóbrega niñez.
No podemos olvidar la escena de "La marsellesa" en el Club de los Jacobinos, cuando estrecha la mano de Rouget de L´Isle ("gracias, con vuestro himno nos habéis ahorrado muchos cañones"). Es la expresión de un film adornado con grandes gestos que solo el cine mudo puede reflejar en su auténtica emoción. Detecto una leve incoherencia en su desfile revolucionario: nos muestra a un Robespierre y un Marat siniestros, para luego hacer de ellos un panegírico en la escena de la solitaria Convención Nacional. Pero representa una minucia en la orquestación final. Película inacabada (no podía ser de otra manera), su extensísimo metraje jamás se nos antoja pesado.
No podemos olvidar la escena de "La marsellesa" en el Club de los Jacobinos, cuando estrecha la mano de Rouget de L´Isle ("gracias, con vuestro himno nos habéis ahorrado muchos cañones"). Es la expresión de un film adornado con grandes gestos que solo el cine mudo puede reflejar en su auténtica emoción. Detecto una leve incoherencia en su desfile revolucionario: nos muestra a un Robespierre y un Marat siniestros, para luego hacer de ellos un panegírico en la escena de la solitaria Convención Nacional. Pero representa una minucia en la orquestación final. Película inacabada (no podía ser de otra manera), su extensísimo metraje jamás se nos antoja pesado.

7,5
21.651
7
28 de octubre de 2011
28 de octubre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable historia donde confluyen pasiones, sentimientos e ideas contradictorias. Culpabilidad, arrepentimiento. Un aristócrata que entra en el juego del apaciguamiento con los nazis para luego ser manipulado por ellos. Un honesto mayordomo absurdamente imbuido de su misión. Y en el lado opuesto un americano que se atreve a escupirle la verdad a la cara de un mundo y una diplomacia que, en breve, serán barridos por el viento de la historia. La gazmoñería ("cant") de una Europa que acaba ahogada en palabras y altanería. Y en medio de esta diatriba la figura nítida, pulcra, adorable, del personaje de Emma Thompson.
Y aquí entra el aspecto subjetivo de mi crítica: la Thompson va tapada hasta las orejas y viste con colores oscuros. Pero, de modo increible, irradia un "erotismo" que he hallado raramente en alguna película posterior. Y para aclarar conceptos, aquí erotismo lo contextualizo por lo sugerido a los sentidos y no necesariamente en un plano sexual. Es lo que intuimos, lo que percibimos en ese oceano de la bucólica campiña inglesa. Presumimos una gran pasión y por ende, una enorme frustración de "lo que pudo haber sido y no fue".
Y aquí entra el aspecto subjetivo de mi crítica: la Thompson va tapada hasta las orejas y viste con colores oscuros. Pero, de modo increible, irradia un "erotismo" que he hallado raramente en alguna película posterior. Y para aclarar conceptos, aquí erotismo lo contextualizo por lo sugerido a los sentidos y no necesariamente en un plano sexual. Es lo que intuimos, lo que percibimos en ese oceano de la bucólica campiña inglesa. Presumimos una gran pasión y por ende, una enorme frustración de "lo que pudo haber sido y no fue".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
De porqué no la besé cuando la tuve tan cerca en la biblioteca, leyendo aquella ñoña historia de amor. Del motivo que impulsó al señor de la casa a expulsar a aquellas dos pobres chicas judías, y que amargó el resto de su existencia... Del tiempo inexorable y fugaz... Finalizo: una cinta de bella factura, esmerada a lo Ivory, y a revisar con deleite.

7,8
100.649
4
15 de marzo de 2013
15 de marzo de 2013
19 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezaré negando el habitual aserto que afirma que esta cinta ha envejecido con dignidad, porque no creo que sea así. Incluso con los años se va disipando la buena impresión que me provocó la ambientación. Aunque –ahora que caigo- si uno no ha vivido en el siglo XIV se hace difícil proclamar que “está soberbiamente ambientada” (“ma, se non è vero è ben trovato”).
La premisa que da origen a la novela es la existencia (real) de un manuscrito denominado “Tractatus Coislinianus” que versa sobre unos comentarios al que se dice fue el segundo libro de Poética de Aristóteles. Dicho libro perdido en el devenir del tiempo, habría tratado sobre la Comedia. A partir de aquí la idea se expande en una trama detectivesca que promete en sus inicios una sesión de cine entretenida; finalidad que logra a un nivel discreto.
El madurito atractivo monje y el novicio en una traslación de Holmes-Watson con hermosa campesina incluida, se mueven por un siniestro monasterio invitados por el abad para indagar una serie de crímenes. Sin faltar el “alter ego” al protagonista. Como no: un malvado y poco agraciado inquisidor de aviesa intención. Una combinación de elementos que enmarca, para mi gusto, un conjunto endeble y algo incoherente que a poco no se viene abajo.
Pero nos llevan al huerto, porque Guillermo de Baskerville es Eco/Annaud y Adso somos todos los espectadores, impresionables y dispuestos a ser conducidos.
Porque, en realidad, ¿qué nos quieren vender; cual es el punto unificador? ¿Una historia de amor adolescente con la excusa de la intriga? ¿Una batahola de acerados dardos contra los curas aprovechando las aguas de la misteriosa Edad Media? ¿Un alegato a favor del empirismo sobre el oscurantismo?
Si uno se ha asomado a la compleja sociedad medieval, se debe reconocer que Guillermo de Baskerville tiene de monje lo que yo de astronauta (empezando por la humildad). Es un ilustrado o un potencial seguidor de Lutero que conecta con el espectador agnóstico/ateo del siglo XXI, pero no es un franciscano ni un hombre del Medievo. Y en este punto, a mi juicio, es donde se encuentra el aspecto más fatuo de la película.
La premisa que da origen a la novela es la existencia (real) de un manuscrito denominado “Tractatus Coislinianus” que versa sobre unos comentarios al que se dice fue el segundo libro de Poética de Aristóteles. Dicho libro perdido en el devenir del tiempo, habría tratado sobre la Comedia. A partir de aquí la idea se expande en una trama detectivesca que promete en sus inicios una sesión de cine entretenida; finalidad que logra a un nivel discreto.
El madurito atractivo monje y el novicio en una traslación de Holmes-Watson con hermosa campesina incluida, se mueven por un siniestro monasterio invitados por el abad para indagar una serie de crímenes. Sin faltar el “alter ego” al protagonista. Como no: un malvado y poco agraciado inquisidor de aviesa intención. Una combinación de elementos que enmarca, para mi gusto, un conjunto endeble y algo incoherente que a poco no se viene abajo.
Pero nos llevan al huerto, porque Guillermo de Baskerville es Eco/Annaud y Adso somos todos los espectadores, impresionables y dispuestos a ser conducidos.
Porque, en realidad, ¿qué nos quieren vender; cual es el punto unificador? ¿Una historia de amor adolescente con la excusa de la intriga? ¿Una batahola de acerados dardos contra los curas aprovechando las aguas de la misteriosa Edad Media? ¿Un alegato a favor del empirismo sobre el oscurantismo?
Si uno se ha asomado a la compleja sociedad medieval, se debe reconocer que Guillermo de Baskerville tiene de monje lo que yo de astronauta (empezando por la humildad). Es un ilustrado o un potencial seguidor de Lutero que conecta con el espectador agnóstico/ateo del siglo XXI, pero no es un franciscano ni un hombre del Medievo. Y en este punto, a mi juicio, es donde se encuentra el aspecto más fatuo de la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La inadecuación al contexto del protagonista puede descolocar a los conocedores del periodo; y porque -aunque la cosa no me está aburriendo del todo- me da el tufo que tratan de inocularme el rollo “new age” con las consabidas y trilladas imágenes de los monjes cobrando el diezmo a los míseros siervos de la gleba, los intercambios carnales con campesinas buenorras tiznadas hasta las cejas, (sesión de sexo entre cacerolas), debate sobre el lujo del clero o la escena final de indignación revolucionaria campesina.
Ciertamente el espectador lo ve venir y, paradojas del consumo, abre la boca hambriento y reclama su ración anti-clerical, porque en el fondo el mejunje no está mal aderezado. Por ello, este film colmará el apetito de todos aquellos que gozaron con la insufrible “Ágora” de Amenábar (de “El Código da Vinci” no escribo porque no comento cine infantil).
Concluyendo, no es mi objetivo negar los aspectos lúgubres del clero, pero la balanza queda descompensada. Y al final nos quedamos, indefectiblemente, en la periferia o la anécdota, lejos de la verdad, encantados de habernos conocido y “qué peli tan chula, abajo la Inquisición”.
Si Guillermo de Baskerville salva unos pocos libros del pavoroso incendio final es porque la Iglesia los había salvado y copiado antes de desaparecer. No debe olvidarse.
Por lo demás, si uno no se la toma demasiado en serio, puede hasta hacerte pasar la tarde.
Ciertamente el espectador lo ve venir y, paradojas del consumo, abre la boca hambriento y reclama su ración anti-clerical, porque en el fondo el mejunje no está mal aderezado. Por ello, este film colmará el apetito de todos aquellos que gozaron con la insufrible “Ágora” de Amenábar (de “El Código da Vinci” no escribo porque no comento cine infantil).
Concluyendo, no es mi objetivo negar los aspectos lúgubres del clero, pero la balanza queda descompensada. Y al final nos quedamos, indefectiblemente, en la periferia o la anécdota, lejos de la verdad, encantados de habernos conocido y “qué peli tan chula, abajo la Inquisición”.
Si Guillermo de Baskerville salva unos pocos libros del pavoroso incendio final es porque la Iglesia los había salvado y copiado antes de desaparecer. No debe olvidarse.
Por lo demás, si uno no se la toma demasiado en serio, puede hasta hacerte pasar la tarde.

6,1
27.037
8
31 de enero de 2012
31 de enero de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Confieso que tengo pocas referencias del cine elaborado por Eastwood como director. Decidí acercarme al cine más cercano esperando encontrar un film en la estela de Oliver Stone tipo "JFK" y "Nixon". En esta cinta, satisfactoria en la mayoría de los aspectos, no visualizaremos el desmadre y bombardeo de imágenes ni el montaje desmadrado de "JFK" (ni su demagogia "progre"). El biografiado J. Edgar Hoover sale bastante bien parado en una historia que no evita las materias más vidriosas de su vida (su misoginia, su presunta homosexualidad, cincelada aquí con suma delicadeza). Y que no llega a ser retratado como un héroe, pero tampoco como un oportunista -apelativo que sí usa contra McCarthy- que chantajeaba a los Kennedy. Más bien se nos antoja que es un carácter patológicamente desconfiado en su patriotismo, que no duda en emplear cualquier atajo legal con tal de derrotar a sus bestias negras: el comunismo y la delincuencia organizada. De su presunto racismo se vislumbra bien poco, y aunque carga las tintas contra Luther King no se expresa de modo contundente...
Los "flash-backs" están manejados con soltura y todos los elementos dramáticos dosificados armoniosamente... Y qué decir de DiCaprio: literalmente se sale en algunos planos. Se encamina hacia un "Oscar" con paso firme. Me ha sorprendido gratamente y con nota.
Pretendiéndolo o no, Eastwood ha confeccionado una buena biografía americana, que no te puedes quitar de la cabeza al salir del cine. Sales enganchado a ella durante un buen rato. Eso la hace recomendable....Y mi pregunta es: ¿se exagera cuando se habla de seguridad nacional-o sea, era este hombre un radical derechista-, o bien Hoover estaba en lo cierto, que se debe estar siempre alerta?... La actualidad internacional nos debería dar la respuesta.
Los "flash-backs" están manejados con soltura y todos los elementos dramáticos dosificados armoniosamente... Y qué decir de DiCaprio: literalmente se sale en algunos planos. Se encamina hacia un "Oscar" con paso firme. Me ha sorprendido gratamente y con nota.
Pretendiéndolo o no, Eastwood ha confeccionado una buena biografía americana, que no te puedes quitar de la cabeza al salir del cine. Sales enganchado a ella durante un buen rato. Eso la hace recomendable....Y mi pregunta es: ¿se exagera cuando se habla de seguridad nacional-o sea, era este hombre un radical derechista-, o bien Hoover estaba en lo cierto, que se debe estar siempre alerta?... La actualidad internacional nos debería dar la respuesta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quizá falten referencias más expresas a la época Kennedy, que podría haber dado mucho juego a pesar de alargar el metraje (no es esencial, de todas formas). La escena con Robert Kennedy es clave ("qué quiere de mí Sr. Hoover"; "dígale al Presidente que tengo una copia a buen recaudo").
Siempre impactante la soberbia adaptación (lástima de un maquillaje que resulta hilarante en el personaje de Clyde Tonson) y los escenarios de los desfiles presidenciales, que Hoover observa desde el balcón de su despacho, como un monarca que ve pasar los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca. Desconozco si es cierto que se inyectase "compuestos vitamínicos"; sí lo es en John Kennedy que recibía inyecciones de anfetaminas de un tal Dr. Jacobson... Para mi gusto, demasiado atractivo el actor que encarna a Nixon. Y la escena de los "fontaneros" presidenciales buscando infructuosamente los archivos secretos tras fallecer Hoover presagian el "Watergate" y terminan de hacerte empatizar con el viejo director del FBI. Quizá les diría desde el Más Allá: "Después de mí, el diluvio".
Siempre impactante la soberbia adaptación (lástima de un maquillaje que resulta hilarante en el personaje de Clyde Tonson) y los escenarios de los desfiles presidenciales, que Hoover observa desde el balcón de su despacho, como un monarca que ve pasar los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca. Desconozco si es cierto que se inyectase "compuestos vitamínicos"; sí lo es en John Kennedy que recibía inyecciones de anfetaminas de un tal Dr. Jacobson... Para mi gusto, demasiado atractivo el actor que encarna a Nixon. Y la escena de los "fontaneros" presidenciales buscando infructuosamente los archivos secretos tras fallecer Hoover presagian el "Watergate" y terminan de hacerte empatizar con el viejo director del FBI. Quizá les diría desde el Más Allá: "Después de mí, el diluvio".
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