Lejos una de las mejores películas que mi retina ha captado. En una película da igual la fotografía, la banda sonora, los actores hasta el mismo guión. Lo importante es la idea y lo que ésta provoca en nosotros. A pesar de su bajo presupuesto el propósito de la película se cumple, los sentimientos encontrados y el cuestionamiento es lo que logra y eso se agradece. Con esta única y original creación, nos da a entender que nuestros actos pueden ser nuestras propias pesadillas y que depende de nosotros para que cambie el rumbo. Lo especial es que no sea demasiado tarde, porque en darnos cuenta, podemos perder lo que más queremos e incluso hasta nuestra propia esencia.

Ink es una película que nos saca por 100 minutos de la realidad y nos sumerge en lo que estamos perdiendo con el tiempo, la autocrítica y la imaginación.