La película que nos trae Lynch vuelve a retarnos intelectualmente para dejarnos desnudos ante la imaginativa, aparentemente insaciable de este director, y a la inteligencia que muestra al situarnos totalmente pasmados ante el televisor como si tuviéramos 5 años, sabiendo que hemos visto algo pero no exactamente qué.

Con esta película Lynch deja a un lado la tarea de director, sin abandonarla por completo, ni mucho menos, elevándose a la categoría de escritor-poeta-director con un guión milimétricamente estudiado y unas imágenes de una poesía oculta y extraña que nos hace pensar si lo que estamos viendo tiene algún sentido o solo se están riendo de uno. Además el director deja a un lado la artificiosidades técnicas de la cámara y se centra en lo esencial de la imagen, con lo que el rodaje en primera persona se vuelve casi constante en el film, como si el espectador estuviera en los ojos del personaje en casi todo momento, casi siendo un personaje espectador.

El director consigue dar una vuelta de tuerca a la narrativa natural del cine mostrando imagines y situaciones atemporales, actores que representan a más de un personaje y personajes con múltiples personalidades sin ninguna explicación previa ni tampoco al final del film.

Las actuaciones de los actores no deja ninguna duda del talento que poseen, sobre todo “doña” Watts cuya actuación no dejo ni una nominación a los Oscar, dejando al jurado de estos prestigiosos premios en Babia, donde permanecen desde hace ya mucho tiempo.

El tramo final de la película resulta revelador y sirve para intentar completar el puzle del inmenso océano de piezas que resulta ser esta película. Hay muchas y diferentes teorías de lo que significan todas las escenas en un conjunto pero yo no daré la mía ya que puede servir de condicionamiento para el lector y debe tener un significado para cada persona, ya que el principal objetivo de Lynch no es el de contar una historia, sino el de desencajar al espectador de su butaca y hacerle pensar, elevando su film a la categoría de cine de culto.