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5
10 de abril de 2018
10 de abril de 2018
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Amarás al prójimo es una película rara. Para empezar, está en polaco y los tipos que la han subtitulado o eran unos vagos o estaban muy mal pagados. Es posible que la gran cantidad de diálogos que se van desarrollando a lo largo de la historia haya complicado el trabajo de los que ponen las letras debajo de la imagen. Porque, si hay algo por lo que destaca esta película es por la elocuencia de los personajes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La trama no tiene demasiado misterio. El prota es un cura -sacerdote, que parece que mola más- que juega a júrgol con Randy "Comehimenópteros" Hickey (sí, el hermano de Earl el de Me llamo Earl), un montón de chavales pálidos como el vampiro de Crepúsculo y un seguidor de Pearl Jam, cuyo nombre no recuerdo pero que es especialmente importante para entender los acontecimientos.
Una mañana de mayo, el fan de Eddie Vedder -no me extraña que esté deprimido este pavo, si tiene cuatro des en su nombre- se pierde en un campo de maíz y empieza a imitar a un bonobo. Al cura le hace gracia el tema y también se mete al maizal haciendo el reclamo de la hembra en celo. A partir de ese momento no me enteré de mucho porque tenía sueño y es posible que cerrase los ojos en algún momento, no pudiendo leer los famosos subtítulos. Creo que el sacerdote conducía un Renault Megane, estilo versión moderna de Sor Citroën, y también me suena que agarraba una troza de dimensiones bíblicas (jejeje). De hecho, se pone a bailar con un retrato de Benedicto equis uve palito mientras suena una canción de Venom.
Calificación: Domingos de otoño. No recomendada su visualización en días lectivos dado el efecto soporífero que genera.
Cosas buenas: Sólo estar durmiendo es mejor que estar dormido.
Cosas malas: Había dos gañanes en la fila de atrás que hablaban en voz alta. Me faltaban balas. La banda sonora era inquietante, a veces ponían música como si fuese a aparecer un muerto. Me daba miedo.
Vegetación: Salía un bosque de pinos. Yo diría que era una plantación comercial, porque estaban todos como muy bien puestos. También había un tronco seco de vid del que colgaban algunas macetas. Muy guapo.
Una mañana de mayo, el fan de Eddie Vedder -no me extraña que esté deprimido este pavo, si tiene cuatro des en su nombre- se pierde en un campo de maíz y empieza a imitar a un bonobo. Al cura le hace gracia el tema y también se mete al maizal haciendo el reclamo de la hembra en celo. A partir de ese momento no me enteré de mucho porque tenía sueño y es posible que cerrase los ojos en algún momento, no pudiendo leer los famosos subtítulos. Creo que el sacerdote conducía un Renault Megane, estilo versión moderna de Sor Citroën, y también me suena que agarraba una troza de dimensiones bíblicas (jejeje). De hecho, se pone a bailar con un retrato de Benedicto equis uve palito mientras suena una canción de Venom.
Calificación: Domingos de otoño. No recomendada su visualización en días lectivos dado el efecto soporífero que genera.
Cosas buenas: Sólo estar durmiendo es mejor que estar dormido.
Cosas malas: Había dos gañanes en la fila de atrás que hablaban en voz alta. Me faltaban balas. La banda sonora era inquietante, a veces ponían música como si fuese a aparecer un muerto. Me daba miedo.
Vegetación: Salía un bosque de pinos. Yo diría que era una plantación comercial, porque estaban todos como muy bien puestos. También había un tronco seco de vid del que colgaban algunas macetas. Muy guapo.

6,7
26.250
1
10 de abril de 2018
10 de abril de 2018
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer visionamos la última de los hermanos Cohen, cuyo título es muy largo y termina con un nombre impronunciable, así que al que le interese que lo busque por ahí. Llegamos a la Alhóndiga con media hora de antelación, para sacar las entradas y hacer comentarios sobre las cucarachas y uñas que se esconden entre las palomitas. Estaba tan lleno -todo señoras con collares y hombres con monóculos- que nos tocó primera fila, lo que suponía que la pantalla entera no nos entraba en los ojos y teníamos que ver la película a trozos. Como éramos tres nos dividimos de tal manera que uno miraba la parte izquierda, otro la central y el otro la derecha.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Acordamos hacer una reconstrucción de la peli al final de la misma con los detalles aportados por cada uno. La cosa empezó como siempre, con anuncios y poco volumen. Luego salió un barbas con una guitarra acústica y se puso a dar la soba. Resultó ser el prota. La verdad es que todavía no he conseguido entender de qué iba la cosa. En mi cacho de pantalla -el del medio- pude ver a una mujer a la que, según escuchaba decir a otros personajes a los que no veía, todo el mundo se quería tirar. Y también aparecía un asesino de fetos con sed de sangre. Por lo que me contó mi acompañante masculino (un hombre muy elegante y atractivo), en su campo visual apareció un gordo que "se purgaba por todos los agujeros de su cuerpo" y una tía muy fea que tocaba la bandurria. La versión de la fémina que me acompañaba -nunca adivinaríais quién era-, dice que había una señora mayor con una máquina de escribir que levantaba cajas sin ayuda. Y un gato con un escroto enorme. Con lo cual, ninguno de los tres conseguimos sacar una conclusión acerca de lo que quería transmitir la película, ya que no es más que una serie de situaciones inconexas que nada tienen que ver con lo que cuentan en internet. En lo que sí que coincidimos -además de en que les tenían que prohibir a los hermanos Cohen seguir haciendo cine- es en que tuvimos un deja vú de esos hacia el final de la película (era como si la hubiesen puesto en bucle).
Calificación: Adultos de la tercera edad/ninis. Una persona de bien no debería perder el tiempo viendo una mamarrachada como esta.
Cosas buenas: Estar en primera fila permite estirar las piernas.
Cosas malas: La película.
Gordos: Uno, John Goodman.
Inteligibilidad: Como un artículo de Punset.
Calificación: Adultos de la tercera edad/ninis. Una persona de bien no debería perder el tiempo viendo una mamarrachada como esta.
Cosas buenas: Estar en primera fila permite estirar las piernas.
Cosas malas: La película.
Gordos: Uno, John Goodman.
Inteligibilidad: Como un artículo de Punset.

7,2
10.883
10
11 de abril de 2018
11 de abril de 2018
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo pensaba que en Bélgica no había nada más que chocolate y gordos, pero resulta que saben hacer películas como Alabama Monroe, de la que Richard Dawkins se sentirá orgulloso. Trata de una pareja de paletos -él es un tío molón y ella una magufa descerebrada e inútil, llena de tatuajes- que por cosas de la vida tienen que construir un porche (aunque al final creo que era un torche, lo que pasa es que la peli estaba en flamenco y no me enteré bien) en la entrada de su casa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Así contado no parece muy interesante, pero resulta que tienen una hija con un cáncer de esos que te llevan al hoyo y necesita unas células madre para tratar de curarse. En lo que los científicos clonan unos cuantos embriones para poder obtener las famosas células, un córvido se la pega contra el cristal del porche -o torche- y se mata, y en la tele se ve cómo dos pájaros metálicos se estampan contra un par de torres y se muere mucha gente. Entonces aparece en escena Mr. Danger (Chávez, el pueblo no te olvida), diciendo que ha vetado la investigación con embriones humanos por temas morales. Y el paleto prota (Didier para los amigos) pilla un rebote de tomo y lomo porque un montón de personas como su hija están palmando por culpa de unos señores con una serie de creencias religiosas que retrasan e impiden el desarrollo de la ciencia. Ahí es cuando casi aplaudo, pero claro, el resto de la sala tenía un disgusto encima por la pobre niña que tampoco era plan.
Después pasan algunas cosas más que no voy a contar porque es muy largo, y en un concierto de Didier et al. -porque toca en un grupo de bluegrass- nuestro querido amigo barbudo suelta un discurso metiéndose con los creacionistas y toda esa gente que niega la evolución y cree que hay un ente superior que se preocupa por la humanidad, que casi me levanto del asiento y voy a darle un beso a la pantalla. Al final, la magufa tatuada (que cree que su hija es un pájaro) mezcla unas cuantas pastillas y se cae al suelo.
Calificación: Gente bien. Abstenerse Ayatollahs, Papas y fanáticos religiosos en general. Rouco, mejor que tú tampoco la veas. El resto del mundo debería visionarla antes de que el señor Gallardón la censure.
Cosas buenas: Didier pone a todos en su sitio, incluso al mismísimo Dios del antiguo testamento, a quien llama "racista", "misógino", "sádico", "xenófobo" y algún otro calificativo similar. La banda sonora está del copón.
Cosas malas: Todos los personajes tienen los dientes hechos una mierda. Deberían pagarse un dentista con lo que recauden.
Personajes olvidados: Se menciona a Darwin con el tema de la evolución, pero no se acuerdan de Wallace.
Después pasan algunas cosas más que no voy a contar porque es muy largo, y en un concierto de Didier et al. -porque toca en un grupo de bluegrass- nuestro querido amigo barbudo suelta un discurso metiéndose con los creacionistas y toda esa gente que niega la evolución y cree que hay un ente superior que se preocupa por la humanidad, que casi me levanto del asiento y voy a darle un beso a la pantalla. Al final, la magufa tatuada (que cree que su hija es un pájaro) mezcla unas cuantas pastillas y se cae al suelo.
Calificación: Gente bien. Abstenerse Ayatollahs, Papas y fanáticos religiosos en general. Rouco, mejor que tú tampoco la veas. El resto del mundo debería visionarla antes de que el señor Gallardón la censure.
Cosas buenas: Didier pone a todos en su sitio, incluso al mismísimo Dios del antiguo testamento, a quien llama "racista", "misógino", "sádico", "xenófobo" y algún otro calificativo similar. La banda sonora está del copón.
Cosas malas: Todos los personajes tienen los dientes hechos una mierda. Deberían pagarse un dentista con lo que recauden.
Personajes olvidados: Se menciona a Darwin con el tema de la evolución, pero no se acuerdan de Wallace.

7,0
5.274
7
10 de abril de 2018
10 de abril de 2018
2 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de varios meses sin pisar un cine debido a la prohibición que nos impusieron por entrar en la sala con un par de litros de salmorejo y una hogaza de pan, ayer logramos darle pena al tipo de la taquilla y nos dejó pasar. Ataviados con nuestros mejores harapos, pronto nos mezclamos con la multitud de señoras que ya ocupaban sus respectivos asientos. Todo un escaparate de collares ostentosos, por cierto.
La película en la que nos colamos se titulaba "Tierra de Dios", y uno esperaba que tuviese algo que ver con alguna de esas sectas que adoran a zombis con poderes milagrosos; no obstante, resultó ser un documental sobre las distintas estrategias copulatorias de la comunidad rural homosexual del norte de Inglaterra. Es lo que tiene no informarse con antelación sobre lo que vas a ver; en cualquier caso, tampoco supuso un gran problema.
La película en la que nos colamos se titulaba "Tierra de Dios", y uno esperaba que tuviese algo que ver con alguna de esas sectas que adoran a zombis con poderes milagrosos; no obstante, resultó ser un documental sobre las distintas estrategias copulatorias de la comunidad rural homosexual del norte de Inglaterra. Es lo que tiene no informarse con antelación sobre lo que vas a ver; en cualquier caso, tampoco supuso un gran problema.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La historia gira alrededor de una pareja de inadaptados sociales. Uno de ellos, cuyo nombre, como siempre, no recuerdo, no parece ser un individuo con muchas papeletas de verse favorecido por la selección natural, ya que su bajísima tolerancia al alcohol denota unos genes más bien mediocres, tirando a pésimos. De todos modos, al otro tío no le importa demasiado -se ve que andaba muy necesitado- y no le hace ascos a un buen revolcón en la cuadra. No quiero pensar en los parásitos internos que puedan tener, porque las buenas prácticas de higiene brillan por su ausencia en todo el largometraje.
Sea como fuere, el chaval propenso a pillar una cogorza severa con un par de cañas actúa como una lagartija promíscua; repta de bar en bar -lo de reptar es literal, porque del ciego que lleva no se puede mantener en pie- y roba una cópula allí donde puede. Al final, el otro mozo se acaba mosqueando (se ve que no lleva bien lo del poliamor) y se refugia en la Biblia, que es un libro gordo en el que están las respuestas a todas las preguntas. Supongo que de ahí viene el título de la película, o algo.
Lo mejor: Las ovejas y las vacas que aparecen a lo largo de la historia bordan su papel. Espero que también acudan a las ceremonias de entrega de premios, porque realmente son las responsables de que la película valga la pena.
Lo peor: La señora de al lado mascaba chicle como un rumiante y no dejó de hacer observaciones absurdas durante la hora y media que duraba el documental. "Por fin se acaba".
Seguridad vial: Los mozalbetes no acostumbran a llevar casco. También tienen un todoterreno último modelo, al más puro estilo Aranzadi. ¿Quién necesita airbags?
Sea como fuere, el chaval propenso a pillar una cogorza severa con un par de cañas actúa como una lagartija promíscua; repta de bar en bar -lo de reptar es literal, porque del ciego que lleva no se puede mantener en pie- y roba una cópula allí donde puede. Al final, el otro mozo se acaba mosqueando (se ve que no lleva bien lo del poliamor) y se refugia en la Biblia, que es un libro gordo en el que están las respuestas a todas las preguntas. Supongo que de ahí viene el título de la película, o algo.
Lo mejor: Las ovejas y las vacas que aparecen a lo largo de la historia bordan su papel. Espero que también acudan a las ceremonias de entrega de premios, porque realmente son las responsables de que la película valga la pena.
Lo peor: La señora de al lado mascaba chicle como un rumiante y no dejó de hacer observaciones absurdas durante la hora y media que duraba el documental. "Por fin se acaba".
Seguridad vial: Los mozalbetes no acostumbran a llevar casco. También tienen un todoterreno último modelo, al más puro estilo Aranzadi. ¿Quién necesita airbags?

6,7
2.795
6
10 de abril de 2018
10 de abril de 2018
1 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas con títulos guapos, como Los Tomates Asesinos, y otras que te hacen pasar auténtica vergüenza; es el caso de Un Amor de Verano -cuyo título original, en gabacho, es algo así como La Belle Saison, que además da la posibilidad de que cada cual lo pronuncie como le salga-. Superado el mal trago de pedir las entradas en taquilla (la compra por internet es para vagos), nos metimos en una sala con un montón de butacas y una pantalla digna del salón de algún dictador.
El garito en cuestión estaba lleno de señoras de gatos, duras de oído y un poco fascistillas, que celebraban la prohibición de comer en el cine. Lamentablemente estaban equivocadas, y su jolgorio se convirtió en cólera cuando nos vieron sacar una hogaza de pan y un par de litros de salmorejo. Gourrrrrmet.
El garito en cuestión estaba lleno de señoras de gatos, duras de oído y un poco fascistillas, que celebraban la prohibición de comer en el cine. Lamentablemente estaban equivocadas, y su jolgorio se convirtió en cólera cuando nos vieron sacar una hogaza de pan y un par de litros de salmorejo. Gourrrrrmet.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
De la historia de La Belle Saison hay poco que contar. La prota, que se llama Delfín, era una aldeana que un día, después de chupar varios sapos -ya sabéis, usos y costumbres de los pueblos-, decide ir a Paris (oh, qué novedoso, cuéntame más) a acabar con el machismo a hostia limpia. En el fragor de la batalla conoce a una tipa que se da cierto aire a Robert Plant (el mito erótico de Delfín, tal y como reconoce en un momento de la peli) y se vuelven a la aldea a hacer todo tipo de guarrerías -limpiar cuadras, asistir a una vaca que estaba pariendo...-. En una de esas tareas cotidianas, su amiga sufre una lesión en la espalda por no ponerse faja para cargar fardos de heno; total, que salen corriendo para el hospital (igual no corrían mucho, no sé), y justo cuando llega el tren va Delfín y recuerda que se ha dejado el tractor encendido -con lo que gasta un carro de esos-. Tras mirar su txartela de afiliación a Greenpeace y su escasez de dinero en la cartera, decide dejar a su colega tirada en el andén e ir a la granja a apagar el motor. A partir de ahí empiezan a tener mil movidas chungas (lo típico, que si le haces más caso a la cosechadora que a mí, que si te preocupas más por las ovejas...) y parten peras. Una lástima.
Lo mejor: El salmorejo estaba del copón. Buen pan y buen aceite.
Lo peor: Delfín llevaba los discos de Lola Flores en el tractor. Insufrible.
Veredicto de las señoras de gatos: "Oyes, pues sólo hemos visto culos".
Lo mejor: El salmorejo estaba del copón. Buen pan y buen aceite.
Lo peor: Delfín llevaba los discos de Lola Flores en el tractor. Insufrible.
Veredicto de las señoras de gatos: "Oyes, pues sólo hemos visto culos".
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