Hacía meses que se palpaba el regreso de Nolan con una nueva película "de las suyas", y muchos la esperábamos impacientes. Quizá también ayudaban las ganas de volver a ver un buen estreno en la gran pantalla, pero lo cierto es que disfruté como nadie cada segundo de esta película, desde el trepidante inicio hasta los últimos minutos del desenlace. Agarrado a la butaca, intuyendo y descifrando lo que ocurría, o lo que iba a ocurrir, atento a cada acción que estaba por venir. Hacía mucho tiempo que no me veía en esta situación en un cine.

Al ver el tráiler se deduce fácilmente que no va a ser una película sencilla, de las que hay que estar atento para seguir la trama. Pero al pasar algo más de media hora, nos damos cuenta de que "estar atento" se queda corto. Hay que agarrar cada detalle y no soltarlo durante el máximo tiempo posible, y eso pocas películas se atreven a provocarlo. Quizá incluso un segundo o tercer visionado harán de la película un disfrute completo, pero hasta entonces me quedo con la mágica sensación de entender poco y al mismo tiempo entender todo.

Vale decir que encontramos a J.D. Washington con más apariencias de doble cero inexpresivo que de espía internacional, pero que ni de lejos es un estilo que encaje con el personaje ni la película. Pero sí lo completa un Robert Pattinson más acertado, con un papel redondo que consigue que tengamos esa buscada dualidad de sentimientos hacia el personaje.

Todo esto ligado con unos efectos visuales y sonido perfectamente ejecutados, que saben transmitir la tensión adecuada en el momento preciso al cual ya nos trae acostumbrados Nolan.

No es su mejor film, pero sí es sin duda una de las películas del año, al más puro estilo "Nolaniano", surgida de esa necesidad que tiene el director de crear algo nuevo, fuera de lo común y convencional, con lo que deleitarnos en el séptimo arte.

Una película que, sin lugar a dudas, vale la pena ver. Tanto por su trepidante ritmo y efectos especiales como por, sobretodo, el lujo de ver una película hoy en día que nos hace estar pegados al asiento mientras intentamos buscarle una explicación en la trama a lo que estamos viendo.