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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
11 de enero de 2012
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gusta el cine de Bertolucci. Creo que bajo la sempiterna provocación de sus películas subyacen unas ansias de vida enormes, su cine nos incita al deseo de trascender el vouyeurismo al que todo espectador está ligado para dejar de serlo y vivir las vivencias de sus personajes, a veces rodeados de las peores circunstancias, como en “Novecento”, pero siempre llenos de vida. Esto es lo que hace especial a Bertolucci, la vida que su cine nos insufla en grandes cantidades, y es que cuando uno de sus personajes abraza, nosotros abrazamos con él.

En absoluto considero a “Soñadores” como una película sobre mayo del 68. Considero que en esta ocasión este mayo del 68 solo es un contexto, una excusa para poder entender el proceder de los personajes, su rebeldía, sus ansias de discordancia, sus ganas de estallar y la natural concupiscencia del despertar sexual que unida a un movimiento emergente y de carácter insurreccional multiplican de manera considerable el resultado de sus actos. “Soñadores” es una película sobre la amistad, el amor por el cine y el despertar sexual.

Si “Soñadores” es provocativa, no lo es, en mi opinión, gracias a las escenas de sexo explícito, estas escenas no me provocan, las acepto con naturalidad; en cambio, lo que sí me provoca, lo que no soporto, lo que me azota y me desgarra es la impersonalidad de los dos hermanos, que viven permanentemente uno al lado del otro y son incapaces de vivir separados. Esta carencia de personalidad, esta pusilanimidad frente a la vida es la que los arrastra a la masa informe del comunismo, donde la voluntad personal queda subyugada por la voluntad común del partido.

Se sabe que Bertolucci es un director detallista (y en esta ocasión no iba a serlo menos), que además ha heredado de su antigua faceta como poeta y de su colaboración con Pasolini el sentido del color y la musicalidad, y es que todo en sus películas, hasta el detalle más nimio, está ahí por algo, como pasa con los objetos; tenemos la sensación de que ningún objeto es solo algo inerte y decorativo, estos objetos están revestidos de una elocuencia sugestiva, como el Delacroix con la cabeza de Marylin Monroe avisándonos de que ese pasillo nos ha transportado desde el mundo frío, sobrio y estirado de los padres al cálido, cinéfilo, lascivo y díscolo mundo de Theo e Isabelle.

Esta película aunque es un regalo para todos los cinéfilos no alcanza las cumbres cinematográficas que han alcanzado otros films de Bertolucci debido a su temática sexual casi monopolizadora y a que en lugar de crear escenas legendarias se encarga de recordarlas y retratarlas, como aquella de “A band apart” en el museo del louvre. Tengo la sensación de que este film jamás podrá ser un clásico puesto que al rendir homenaje la mayor parte del tiempo a otras películas deja de mirarse a sí misma y solo aquellas películas que se tengan a sí mismas como referencia más directa se convertirán en obras de arte inmortales. Notable película para cinéfilos de pro.
12 de junio de 2012
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si prescindimos del sentido alegórico de las obras artísticas en general, no sólo en el cine, nos veremos irremediablemente abocados a eso que yo denomino: “la banalización del arte”. Esta banalización consiste en reducir las obras a los términos más simples, algo a lo que determinadas mentes prosaicas tienden a hacer con asiduidad. Pongo un ejemplo claro de ello: si aseguramos que “El Castillo” de Kafka no es más que la historia de un hombre que no puede acceder a un castillo por ningún medio, la obra pierde todo interés y además de estar cometiéndose una injusticia con ella, se está dejando al descubierto la frivolidad de dicho juicio. Pues bien, esta disertación sobre arte que me he permitido no es gratuita, de ningún modo. Parece ser que Stromboli es una película a la que se ha acusado de banal, al tener un argumento demasiado sencillo. Nada más lejos de la realidad: Stromboli es un film cargado de metáforas, donde no sólo todo lo que se ve ha de interpretarse de manera literal sino que además hay que hacerlo de manera metafórica para poder disfrutar de esta gran película y lo que es más importante, no ser injustos con ella. En esta época de suntuosidades frívolas, esta cinta no se hubiera estrenado ni en el festival de Málaga, ya que es una película con pocos diálogos, donde prácticamente sólo hay una actriz en la pantalla, ¡pero qué actriz!, y donde todo se reduce al tormento de dicho personaje. Si analizamos la película veremos que está llena de contrastes donde dos culturas diferentes se encuentran en clara pugna: por un lado tenemos a los habitantes de la isla que emigran a los Estados Unidos en busca del sueño dorado de la diosa bastarda: la fortuna; y por el otro, a los que desean seguir viviendo en la tierra en que crecieron, aguantando los envites de la naturaleza. Digamos que están los conservadores y los progresistas, y el personaje de Ingrid Bergman, una mujer culta, hija de burgueses venidos a menos que no se resigna a vivir en la isla rodeada de paletos, pertenece a estos últimos. Durante toda la película vemos al hombre en clara pugna con la naturaleza: cuando los hombres se enfrentan al mar para pescar, cuando el volcán los obliga a huir o cuando el personaje de Ingrid Bergman intenta de modo infructuoso acallar a su naturaleza que le ordena que abandone esa cárcel donde se encuentra prisionera. Si se quiere ser justo con este film, tenemos que tener en cuenta que en aquella época no existían los Almodóvar y apenas se hacían películas protagonizadas por mujeres –o, al menos, en proporción- y mucho menos en que se denunciasen las cárceles en que vivían millones de mujeres de todo el mundo tiranizadas por un ambiente opresor y maridos déspotas. Pues ésta es otra de las muchas alegorías con que cuenta la película: la esclavitud, aunque no entendida del modo tradicional, sino una esclavitud más sofisticada y cobarde.

Se puede seguir leyendo abajo, en relidad no contiene spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Mi opinión sobre esta película es que es una acertadísima crítica social, filmada e interpretada con gran sensibilidad por el matrimonio Rossellini-Bergman, donde el maestro se sirve de las metáforas para mostrar algunas de las miserias que nos han corroído y siguen haciéndolo, como la parte en que el cura le pide al personaje de Bergman que se encomiende a la providencia para salir de sus problemas y que supone una acerada crítica a la iglesia y sus siervos desprovistos de humanidad.
6 de enero de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Huston se moría, sí, pero no se resignaba a morirse sin haber adaptado lo único adaptable que escribió su admirado James Joyce. Y lo hizo; medio muerto, pero lo hizo. Y bendita la hora. John Huston era un rebelde que sentía admiración por el escritor mas rebelde que ha habido a nivel narrativo. Cuentan que cuando era adolescente su madre le dio a leer el Ulises de Joyce y desde entonces siempre sintió admiración por Joyce e Irlanda, país en el cual acabaría nacionalizándose.

Adaptar el relato “Los muertos” es tremendamente complicado porque prácticamente todo el relato es una preparación para su majestuoso y desgarrador final, por lo que el ritmo del relato y del film es muy lento y se le puede acusar de que no sucede nada, y es que efectivamente es así. Tanto en el relato como en el film el valor de la primera parte radica casi exclusivamente en la estética; en el relato, en la bella prosa de Joyce, que aquí utiliza una narración tradicional prescindiendo de su carácter díscolo e innovador, mientras que en el film la belleza radica en la música de piano, en sus decorados, en el vestuario, y en esa luz blanca y mortecina con la que Huston rodea las caras de los actores, cual si ya estuvieran muertos. Esta es una adaptación sorprendentemente fiel, tanto, que parece como si John Huston hubiese dotado de vida a los personajes, no hay nada añadido o recortado, por lo que leer el relato o ver la película resulta casi lo mismo, se nota el profundo respeto que Huston sentía hacia Joyce.

“Los muertos” abarca diversos temas como la religión, el amor, el nacionalismo, el alcoholismo o la hipocresía de los salones burgueses, pero por encima de todo, es un film que nos habla sobre la importancia de nuestros recuerdos y un sencillo homenaje a todas esas personas que han pasado por nuestras vidas y que ya no están con nosotros, sobre las reminiscencias que sus actos dejan en nosotros y de la importancia de trascender a la naturaleza mediante nuestros actos en vida.

A John Huston siempre le costó dotar a sus películas de un carácter romántico, de explotar lo que su amigo James Agee definió como el lado femenino del arte, aunque en esta, su última película, por momentos podemos seguir observando algunas reticencias al respecto, al final, John Huston en los últimos minutos de su carrera y de su vida, deja a un lado todo su cinismo y crueldad para con el espectador y se libera de todos sus pudores, siendo el John Huston mas humano de toda su carrera.

Mientras hollywoood pasaba por la peor década de su historia a Huston no se le ocurre otra cosa que rodar una película de carácter intimista, con un ritmo demasiado lento y con un reparto formado por actores irlandeses (excepto su hija Angélica). Una película demasiado europea o demasiado buena para lo que se hacía en esa época. Una despedida a la altura del genio díscolo e inconformista que fue John Huston. Una magistral adaptación de un magistral relato de un magistral escritor. Magistral.
19 de diciembre de 2011
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La máxima cinematográfica de Frank Capra era la siguiente: “En el cine no hay normas. Sólo pecados. Y el pecado capital es el aburrimiento.” Capra intentó a la lo largo de su carrera no serle infiel a este principio y lo consiguió con creces. Pero si de algo se ha acusado al cine de Capra ha sido de su optimismo desaforado y de su ingenuidad, pero creo que este hecho responde al deseo del director de hacer que las cosas sean perfectas en el arte, puesto que en la vida no lo son. Del deseo de hacer que toda una generación, en una época desencantada por los horrores de la guerra y la miseria de la posguerra, volviesen a soñar.

Todo en esta película es maravilloso, desde el comienzo de los créditos iniciales, en los que vemos a “Annie Manzanas” con su cesto caminar bajo la lluvia, abriéndose paso por la acera en la que todos, con sus bellos trajes y paraguas, se apartan al ver a una mujer de estética tan desagradable; este comienzo supone toda una lección de cómo se presenta a un personaje principal y sus condiciones sin que haga falta ni una palabra. Es muy de resaltar en esta cinta, el uso minimalista de la música, ya que el punto fuerte de la cinta es el guión y la velocidad entre uno y otro diálogo, con lo que hubiese sido desastroso el uso desmesurado de música. Pero evidentemente, nada sería del guión si no estuviera interpretado por un reparto tan magnífico e incuestionable en el que aunque todos están inmejorables, se eleva por encima de todos los demás, una Bette Davis irrenunciable, de ojos brujos y magia infinita, que nos lo entrega todo con cada uno de sus gestos y movimientos y se hace dueña de toda la pantalla con una facilidad inusitada, por algo la apodaron la “Reina de Hollywood” y “La primera dama del cine en blanco y negro”, y es que contar con Bette Davis para una película significaba tener a la que muy probablemente sea la mejor actriz de todos los tiempos.

En “Un ganster para un milagro” podemos ver los rasgos inherentes de las historias de Capra: solidaridad, optimismo, fe, romanticismo, esperanza e ingenuidad. Esta es una película a la que se le podría atribuir el mejor elogio que se me ocurre, que no es otro que decir que ha sido rodada por un niño o por un hombre con alma de niño, que no ha perdido la magia, y que a través de su arte intenta liberarnos de nuestro letargo o largo ensueño a nosotros, los realistas, los adultos, los muertos, que ya no creemos en la magia de los cuentos. Y es que esta película, desde el primer fotograma al último, no es otra cosa que un derroche de magia y de cómo hacer comedias con elegancia, algo que abundaba en el Hollywood de la época y que murió con directores como Capra, Lubitsch o Wilder. Ésta es una manera de hacer cine que ya no existe. En definitiva, esta es una obra maestra irrenunciable, una película cargada de buenas intenciones e imposible de olvidar, además de ser el film con el que todo director soñaría despedirse de este hermoso arte. Un cuento inolvidable.
6 de enero de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bonita pero irregular fábula en la que Steven Spielberg, el mejor director de su generación, nos enseña que el amor consiste en hacer feliz a la persona que amamos aunque para ello tengamos que renunciar a formar parte de su vida y que para obtener la libertad primero hay que saber darla.

Esta película cumple a la perfección aquello que dijo el crítico mas influyente de la nouvelle vague, André Bazin, de que toda película incluso las peores, esas con las que nos quedamos dormidos, contienen al menos cinco minutos de pura magia, de auténtico cine.

Aunque por momentos este film es profundamente romántico y esté cargado de buenas intenciones, resulta asombroso que esté dirigido por el maestro Spielberg, pues no se ve su sello por ningún lado (excepto en la aparición de alguna bicicleta), esta película podría estar dirigida por cualquiera de los cientos de directores que existen en Hollywoood y que cuando realizan una película no la dotan de un sello propio, de un carácter personal. El cine de Spielberg es reconocible, nos bastan unos cuantos fotogramas para saber que una película es suya, su bonita fotografía siempre esta presente, algo que en este caso no sucede. Esta parece ser una película desheredada de su autor, sin padre, en la que de vez en cuando pugna por salir un poco de la magia de Spielbreg, que se apaga con demasiada facilidad. Sus bromas, aunque no caen nunca en lo vulgar carecen de chispa, resultan demasiado anodinas. Su argumento es tremendamente predecible y esto puede llega a aburrir. Aun así esta película es interesante porque contiene la última interpretación de ese ángel llamado Audrey Hepburn, y porque, como he dicho anteriormente, aunque irregular, este film contiene algunos minutos de buen cine y no pretende otra cosa que entretener y brindarnos una valiosa moraleja.
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