Os Crebinsky, retranca gallega en su máximo exponente.
Resuena la palabra "ternura" en la cabeza de todo aquel que se atreve a ver una película de guión y rodaje tan independientes como gallegos. Miguel de Lira y Sergio Zearreta nos transportan a la cápsula de Mijaíl, Theodor y Muchka; un lugar seguro, bondadoso y estéticamente inmejorable.
A medida que transcurre el film, las risas y los llantos llegan a nosotros como las crebas que el mar arrastra a las manos de los hermanos Crebinsky. Absurda pero certera, la película nos enseña a creer en la bondad del ser humano después de todo; al mismo tiempo que divierte con sus escasos pero firmes diálogos (los protagonistas en raras ocasiones llegan a enlazar más de tres palabras seguidas).
Espléndida interpretación de Miguel de Lira, quien con un sólo gesto transmite más que con cien mil palabras.
No hace falta mencionar la grandiosidad de los paisajes gallegos, siempre verdes y preciosos. ¡Y llueve!