Podría centrarme en muchos aspectos de la película que me parecen una basura, pero prefiero centrarme en Juan Antonio Bayona. ¿A esto llamas tú una creación? ¿Dónde está tu propia identidad? ¿Dónde está tu forma de contar las historias? El cine no debe dejar de ser arte, independientemente de lo comercial que sea. Juan Antonio Bayona no ha creado arte por ninguna parte. Se ha limitado a imitar patrones de cine ya existentes para crear un producto con éxito asegurado.
Pretende, o esa es la sensación que el film transmite, crear sorpresa y sobrecogimiento. Un terrible error si de antemano conocemos el desenlace de la historia. El enfoque que se le ha dado a la película ha sido completamente erróneo. Se ha limitado a explotar los sentimientos más superficiales combinando escenas de un dramatismo absurdo y música incomprensiblemente "épica". Lo peor de todo es que ha surtido efecto. Nada por aquí, nada por allá, y me saco de la manga un éxito de taquilla.
Lo mejor de la película, sin duda, las recreaciones del tsunami. Todo lo demás no es apto para diabéticos... Una familia increíblemente maravillosa, sin problema alguno, que viaja por sus vacaciones de Navidad a Tailandia. Desde el primer momento me era imposible empatizar con ninguno de los personajes. Todo era tan idílico que rozaba lo surrealista.
También fue divertido el intento fallido por mostrarnos unos niños "héroes", capaces de sacar la madurez y los ánimos que a los adultos nos hubieran faltado. Esa madre moribunda que pide a su hijo de 14 años que se vaya a ayudar a otros... y lo mejor de todo, es que hizo falta que estuviera allí ese chaval para que se reencontrasen familiares y amigos perdidos. Y ese padre que envía a las montañas a sus hijos pequeños, con unos desconocidos... no sé cuánto de veraz tendrá la película, pero a los mortales de toda la vida muchas de las cosas que suceden nos resultan incongruentes y sin sentido. Maniobras típicas del cine norteamericano donde la mayor pretensión de un director a la hora de hacer una película es satisfacer a todo el mundo por igual. Caramelos fáciles de digerir que te deje con buen cuerpo. ¿Para qué vamos a mojarnos? ¿Para qué vamos a implicarnos?
Juan Antonio Bayona, sepa usted que no volveré a ver ni una película más suya. Se ha vendido a las productoras y a los medios. Le dieron a elegir entre dos opciones: hacer una película con identidad propia, única, con posibilidades de pasar a la historia o hacer una película vacía de espíritu, que generase de la nada millones de euros y que dentro de dos años estará más que olvidada. No hay razón para aclarar por qué opción se decantó.
A Tele 5, a todos los espectadores, a los productores: por favor, señores, así no se hace buen cine. Así no se crea industria. Así siempre seguiremos a la sombra del gran gigante de las películas sensibleras y estúpidas. Así no llegaremos a ninguna parte.
Estoy convencida de que si le dieran la misma promoción a otras películas españolas de mayor calidad que han pasado sin pena y sin gloria, habrían tenido el mismo éxito de taquilla que esta o incluso más.