Si bien el recurso a la saga original es constante y el esquema es muy parecido a alguna de las primeras películas, esta se ve sin dificultad.
Visualmente rescata Star Wars del desastre de las precursoras y el mundo es real y tangible. Eso hace que identifiquemos el mundo rápidamente y que nos lo creamos.
El guión flojea en algunas partes. Sobre todo en el final, excesivamente grandilocuente y repetitivo. Sin embargo el inicio es sobrecogedor y el desarrollo plantea una serie de interrogantes curiosos que probablemente den que hablar en el futuro. Especialmente en cuanto al personaje de Kylo. Además contiene chistes y referencias constantes que hacen que la película sea más amena.
Los actores están de regular a bien sin más: Riley y Ford aprovechan sus dulces y tanto el actor que interpreta a Poe Dameron como el que da vida a Kylo Ren están bien. Boyega cumple y Fischer está desdibujada.
Y los droides geniales, sobre todo BB8. 3po queda relegado a un muy secundario lugar y R2 aún más, aún siendo más importante.
En definitiva una película de entretenimiento mejorable pero que divierte aún tomando mucho de todas las películas originales. Queda mucho por explicar y por hacer, pero no es mal punto de partida.

Una serie para deleitarse lentamente. Si, no es una serie de acción, no es una serie de ciencia ficción, no es una serie de buenos y malos. Y está diseñada en grupos de capítulos que empiezan flojos pero que van mejorando (el capítulo 1 es flojo, el 3 es bueno; el 4 es bueno, el 6 es muy bueno; y siempre hacia arriba). En The Wire tampoco “pasaba nada” y era la hostia ¿no? Pues aquí sí que pasan cosas, si, pero también se descubren las tribulaciones de los rebeledes, sus problemas internos y sus dificultades para sostenerse.
Por no hablar de los imperiales, que dan miedo, pero que a la
Vez también compiten por el poder entre ellos en un mundo ultra competitivo.
Una serie que habla sobre dilemas Morales tremendos, sobre lo oscuro que es ser rebelde y ser inperial.